Autorretrato de Juan Vida
El pasado lunes
me perdí por una selva oscura de políticos y de asesores de campaña electoral,
en la inauguración de la exposición del pintor granadino Juan Vida en el Cuarto
Real de Santo Domingo. Estaba la flor del bipartidismo. Cosa rara. Normalmente
en Granada los concejales y diputados provinciales del Partido Popular acuden,
sobre todo, a las procesiones para darse pisto, al pregón de Semana Santa para
figurar y a la interpretación de alguna romanza de zarzuela en el Teatro Isabel
la Católica, para beber en las raíces de su formación musical. Ellos no suelen
alejarse mucho de la calle Ganivet y de las cervecerías de la calle Navas. Los
del PSOE celebran sus fastos culturales por la Biblioteca de Andalucía, donde suelen
organizar sus actos chiripitiflauticos de lecturas, presentaciones de libros,
exposiciones y sesiones reivindicativas de los derechos de la mujer o actos en
defensa de cosas muy buenas para todo el mundo. Hace poco me convocaron para
leer un texto, en la una sala de la Biblioteca de Andalucía, en contra de los
malos tratos a la mujer, que no me dejaron elegir y que me dieron poco antes
del comienzo del acto, aunque yo les había pedido que me lo enviaran por
correo, para ensayarlo. El texto no tenía nada que ver con los malos tratos a
la mujer y además había que leerlo delante de un enorme cartel con las siglas
del PSOE. Cuando vi que un acto tan necesario se organizaba para estrujarlo
políticamente, eché a correr en mi moto. Sentí la misma sensación de alivio,
conforme escapaba, que cuando me largaba del rezo del Santo Rosario en los Maristas
de Jaén. Es muy difícil verlos juntos. Pero en la exposición “Vida en el Cuarto
Real” de pasado día 11, se juntaron todos, como se juntan, en el Festival de
Música y Danza en la heladería de los Italianos. Las dos Granada reconciliadas
en torno a nuestro pintor más conocido y a las especialidades de Cecilia di Rocco. Hubo esa noche un momento muy emotivo;
fue cuando el alcalde, que lleva un cámara
de TG7 acoplado a su hardware, a solas con él, en mitad del patio que da
entrada al Cuarto, le hablaba posiblemente de la pintura de Vida. Pensé que el
responsable último de que estatuas tan feas como la dedicada a la Sanidad
Pública o la del tío bestia ese de la Fuente de las Batallas, ese endriago de
bronce apelotonado y deforme que asusta a los paseantes en la Fuente de las Batallas,
hubiera disfrutado con los cuadros del pintor granadino era un síntoma de que
su educación estética mejora. Estoy seguro de que, si sale reelegido, se
ocupará, al menos, de que los pedestales
de las estatuas con las que estropea la educación estética de nuestros
escolares, no contengan faltas de ortografía que no queda bonito que una Ciudad
de Literatura, como la nuestra, no sepa ni siquiera escribir.
Muy bueno....y pictórico !
ResponderEliminarSaludos
Esperemos que el pedestal del bipartidismo haya empezado a pudrirse y podamos ver, en Granada y fuera de ella, cómo se desmorona el monumento antidemocrático que sostiene.
ResponderEliminarGracias y saludos.