Antes de que el saber estuviera alojado en la Wikipedia o en las series de televisión,
todo se podía encontrar en los libros. Aunque, el mundo del libro, pese a los
filtros académicos de calidad, también era inabarcable, si uno tenía siete
vidas como los gatos o una sola, pero larga, podía hacerse la ilusión de que leería,
no todos los libros, pero sí los fundamentales.
El lector ávido iba comprobando, conforme más leía, que la mayor parte
de las cosas que se le iban ocurriendo se encontraban ya en los libros. Y
sufría curas de humildad cada dos por tres. Hasta llegar al convencimiento de
que todo estaba escrito y que no había nada nuevo bajo el sol. Hoy, conforme
los saberes se han ido volcando en la red, en forma de enciclopedias digitales
o de colecciones inabarcables de libros electrónicos o de tesis doctorales, de artículos universitarios o de divulgación científica, se agudiza la sensación
de que todo está en Internet y de que jamás llegaremos a abarcarlo. Y lo que no
está en las redes sociales, se refugia en las series de televisión. Estoy
viendo la primera temporada de True
Detective y cosas que yo creía (claro, por ignorancia), que se me habían
ocurrido sólo a mí, las oigo en boca de uno de los dos detectives -en la del ligeramente anarquista y algo disruptivo-, que
investigan unos crímenes satánicos. ¡Qué desilusión! La idea de que uno es muy
original, que ya con la invención de la imprenta sufrió un tremendo golpe,
ahora con las series y las enciclopedias digitales, se desvanece del todo,
porque todo está en ellas y lo poquito que no está, te lo puedes encontrar en
cualquier libro.
Una gran reflexión....
ResponderEliminarSaludos
La filosofía pastillera de "True Detective" es auténticamente interesante. Su relativamente joven guionista ha debido leer libros. Cuando los lectores sean sustituidos por los "wikitores" ¿qué ocurrirá?
ResponderEliminarGracias y saludos.