¿Quién unge a quién?
Ya los hombres se tocan. Todavía sin ternura, quizá de forma interesada, pero lo cierto es que, sobre todo los políticos, son muy aficionados a tocar a varones adultos de éxito. No sólo los tocan, los anclan. Quieren hacer suyas sus hazañas. Sarkozy, ayer, en el nido de águilas que es el col del Tourmalet, clavó sus dedos de gavilán en la clavícula de Contador: el gavilán francés, le indicaba a la paloma hispana que él podía ganar el tour uno, dos o tres años, pero que la vuelta a Francia era suya. Es muy arriesgado, hoy en día, besar a un niño, cogerlo en brazos. A eso sólo se atreve Juan y Medio. Es menos imprudente, si no tienes detrás una institución que te proteja como la Iglesia Católica, manosear a un deportista de elite que a un niño. El rey también atrajo hacia sí, e intentó besarlos, a los dos futbolistas catalanes que se habían atrevido a cubrirse con la senyera en el estadio Soccer City de Johannesburgo. No le importó mucho que los chicos se sintieran incómodos. Se vio cariño en el monarca, pero también advertencia: “vosotros no os escapáis de mí, no os escapáis de España, por muy bien que juguéis al fútbol”. También se tocan, aunque traumáticamente, los futbolistas cuando meten un gol. Todos se echan encima del goleador. Los delicados de pecho a veces escatiman en goles para que el equipo no le rompa las costillas, en la celebración.
Ibrahimovic y Pique fijan la estrategia
Amor sí hay, a veces, entre ellos. Pero del tipo del que Platón prescribía para los jóvenes guerreros de Atenas, con un argumento sólido: en la batalla, defenderá mejor tus espaldas un compañero que te ame, que uno que no te quiera. Sin duda es lo que el delantero Ibrahimovic le está solicitando al defensa Piqué en la foto: que le cubra las espaldas cuando él entre en combate con la hueste enemiga.
Hasta la fecha en España, parecía que los únicos hombres a los que la sociedad les permitía que se tocaran eran a los extremeños, por lo que veo esta tendencia tactil, se va extendiendo....
ResponderEliminarSon de todas formas unos tocamientos muy ritualizados. Como los de los jugadores de baloncesto que cada vez que encestan se rozan las palmas de las manos, o los de los tenistas en los partidos de dobles que también se palmean, ganen o pierdan el punto. Lo raro es que un futbolista, de forma espontánea, se salga del rito y le toque las nalgas o los extremos a un compañero.
ResponderEliminarLove is in the air...
ResponderEliminares una foto montada el que la puso es un hijo de puta mama pene chupa berga homo sexual que fotografia mierdas que no le importan ese fotagrafo es un hijo de puta chupa berga
ResponderEliminarAnónimo, lo veo, como a Dante, perdido por una selva oscura de penes y vergas. Ya sabe que en la Divina Comedia se dice que el que entra en ese infierno ha de abandonar toda esperanza de salir de el indemne.¡Qué bueno!, ¿No?
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