martes, 29 de diciembre de 2009

Ombligos y coronillas



Habrá que firmar algún manifiesto, como propone Krahe en su ontológica canción No todo va a ser follar (ver aquí). La cosa tiene que estar muy mal porque todos los días me llegan varios emails con manifiestos que debo firmar.  En el último que se me ha colado en el buzón me piden que me pronuncie en contra de las injerencias de la jerarquía católica  en asuntos “que no le competen y que afectan a creyentes y no creyentes”.
             Estoy de acuerdo en rechazar la injerencia de la Iglesia Católica en todos los asuntos que no le competen, e incluso en los que le competen. Firmo también en contra de que el presidente del Gobierno no haya denunciado ya el Concordato con la Santa Sede.
Pero advierto en los comportamientos de los obispos un agónico estertor extraviado. Más daño del que los obispos se han hecho a si mismos asistiendo a las manifestaciones tocados con gorrillas blancas de devotos  de base no les podemos hacer nosotros con nuestros manifiestos. ¡Con el trabajo que le ha costado a la casta sacerdotal, desde el Levítico, armar su productivo oficio de mediadores entre la divinidad y los fieles! Encumbrados, simbióticos con el poder terrenal y el económico,  subidos a púlpitos y altares revestidos de pontifical, dirigiendo, castigando, predicando, excluyendo, premiando desde las alturas a la grey humillada, para que ahora lleguen estos obispos peatonizados y se dejen arrastrar por la multitud vestidos de viudos de luto y coronados con gorrillas de 'productores' de los cincuenta, azotados por el sol. Tapan ahora con la gorra la coronilla que venía siendo el signo prestigioso de su ministerio, con el que les indicaban a los jóvenes que la sabiduría radica  en la ancianidad alopécica. Su poder se ha devaluado: ellos tapan sus coronillas, mientras que jóvenes trendys católicas, exhiben en las mismas ‘manis’, el signo del poder joven: el oxímoron del ombligo arrugado en la planicie triunfante de sus vientres.
Yo no soy quien para aconsejarles, pero si quieren recuperarse algo que vuelvan al latín y nosotros a nuestros quehaceres. Y si hay que firmar algún manifiesto, pues se firma que todo no va a ser follar.

sábado, 26 de diciembre de 2009

La pena de ser estatua con pene en Granada


La fuente del Salón

A la espera de la creación de una ONG -¿Estatuas granadinas en la frontera del mal gusto?-que se ocupe de los intereses de las maltratadas estatuas granadinas, me haré cargo de oficio de su defensa. En este blog se han tocado ya los casos de la dedicada a José Antonio en la plaza de Bibataubín y de la erigida a Agustín Lara, cumple ahora dar la cara por la del atlante desnudo de la nueva fuente del Paseo del Salón.




Tan poco preparada para sufrir los agravios de las batallas de la edad como la de Agustín Lara. Si aquella olvida que el canón para estatua con pretensiones de permanencia ya lo habían fijado los griegos, desde la época arcaica, anclando los dos pies de las esculturas humanas firmemente al suelo,esta del atlante, descuida también el modelo clásico. Los escultores griegos, en lo tocante a desnudos masculinos, diseñaron unos penes juveniles, retraídos y prudentemente erectos, para que nadie saliera perjudicado en las comparaciones. Pero, en Granada, el artista, asustado quizá por "las políticas de género" en boga, ha esculpido para nuestro hombre un pene larguirucho, flácido y repulsivo, que muestra un desprecio por el mundo helénico suicida en lo que se refiere a tallas con pene.
Si ser estatua sedente, como la de Lara, ya resulta insufrible, la pena de ser estatua con pene en Granada, es flagelante (¿flacidante?).

jueves, 24 de diciembre de 2009

Los entrañables powerpoints de Navidad



Dalai Lama
Pánfilo, nuestro jubilado disruptivo,  es, sobre todo,  un Peter Pan que se muere por escandalizar. ¡Con el ruido que hay y lo difícil que resulta que se le oiga a uno ahí fuera!  Migra de un chat a otro, intentando sorprender con sus propuestas.  Se coló en el de “Las entrañables fiestas que se nos avecinan” y preguntó sin compasión: “¿Qué empacha más en Navidad, los mantecados o los buenos sentimientos?”.  Esperaba respuestas destempladas, pero sólo tuvo la de Pánfila, que, no se sabe cómo, lo  encuentra allá dónde coloca sus cuestiones. Pánfilo está un poco preocupado y se teme que, en cualquier momento, ella haga la pregunta que le obligaría a abandonar los chats por una temporada, para no encontrársela. Pero Pánfila es muy inteligente, sabe que todavía la cosa no está madura, y pospone el momento de espetarle, “¿Pánfilo, tú crees que lo nuestro tiene futuro?”.
Por lo pronto se contenta con desconcertarlo con respuestas como ésta: “Sí, Pánfilo, en Navidad, hay algo que empacha mucho más que mantecados y buenos sentimientos: los mensajes de PowerPoint.  Suelen ir acompañados de música chill-out, de Pink Floyd, de Jean Michael Jarre y/o  de Enya.  No les puede faltar algo bien traído del  Dalay Lama. Por ejemplo, aquello de:”Aprende las reglas para que sepas incumplirlas cuando conviene”.   Los mensajes de Powerpoint , los conocidos PPS, han servido de vehículo de las blandas esencias del pensamiento guay: como estamos bien comidos, bien lavados, no llegan aquí, por ahora, las bombas de los suicidas y además me he fumado un porrito y lo veo todo de puta madre, pues vamos a llevarnos bien todos, que es mejor. Muchos de estos PPS, proceden de despachos de la Administración,  donde legiones de funcionarios colocados a dedo por el partido más votado, untados en los parfums de los  anuncios navideños, dejan ver en sus  mensajes lo encantados que están con la situación y lo modernos y cojonudos que son”.   Pánfila no ceja: “En sus PPS hacen lo posible por aparecer un poquito laicos, muy feministas, que eso de halagar a las damas da votos, empeñados en ponerle una "a" al final a cualquier palabra (enlace de interés), un poquito comprensivos con la diversidad, ecologistas, aunque su verde resulte algo desvaído,  predicadores de la contención espontánea del consumo, pero consumistas enloquecidos, en su práctica diaria. Pacifistas, embarazadas, catalanistas, pero ministras de la Guerra Cariñosa, en la que se muere y se mata sin estridencias. Partidarios de las parejas homosexuales, pero sin valor para ofrecerles, en su día,  lo único que el Estado puede ofrecerle a cualquier ciudadano: un contrato plausible de convivencia; incapaces de remitir a Rouco y a Pertegaz a los que querían un matrimonio como los de toda la vida.  Es la 'guaysería', que la crisis está poniendo contra la pared, en la que cabe incluir al mismísimo  OPUS DEI, que asegura a sus seguidores que uno puede salvarse, estando en el mundo y disfrutando de todo lo bueno, dando testimonio de Jesús, entre nuestros sirvientes colombianos que nos crían los nueve hijos que nos ha mandado el Señor, mientras que nosotros nos manifestamos en contra del aborto (siempre que no sea el que se ven obligadas a practicar las mujeres de nuestra familia) o  en defensa de la familia (mientras dejamos indefensa  la de nuestros criados colombianos), pero, estoaquí sí, sin renunciar al poder y al dinero. Y luego al cielo. Ahora que la Eternidad va a estar un poco más entretenida, porque  los santos ya pueden llevarse a la Gloria  su portátil  y  bastantes GBs de memoria con los juegos, documentos y programas que más distraigan a cada bienaventurado. La cantidad de GBs dependerá de lo bueno que se haya sido. Si has sido del montón, te vas a tener que pasar la Eternidad charlando con tu tía María, en la mesa camilla. Pero si realmente has sido puntero,  podrás llevarte todos los GBs que quieras. Vas a poder ser eterno y no morir de aburrimiento”.
Pánfilo, asustado, rápidamente se marchó a un chat donde se debatía la ocurrencia del ministro de Educación de mantener en los institutos a los jóvenes hasta los 18 años. Espera que Pánfila no lo siga.


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Los niños crudos y en el desayuno


Rafael, Capilla Sixtina

ENTIENDO que te preocupes, lector sensible, y que te percibas como un monstruo, si sientes en algún momento a lo largo de estos entrañables días de fiesta deseos de atentar física o psíquicamente contra un niño pelmazo. Todo se confabula contra ti, porque desde el siglo XIX el hijo es para la Europa burguesa el porvenir de la familia, su imagen proyectada y soñada, su modo de lucha contra el tiempo y la muerte. Y en la primera década del siglo XXI,  un niño es, en nuestras sociedades desarrolladas y envejecidas por un bajo índice de natalidad, un bien precioso y escaso al que hay que cuidar y mimar.Es natural, pues, que no te haya servido de nada, para calmar tu conciencia y aplacar el rechazo familiar que tu actitud escocida con los pequeños tiranos ha provocado, tu limpísima ejecutoria: las muchas navidades, los innumerables días de año viejo y de año nuevo y de Reyes que no has cedido a la llamada de la selva, manteniendo incólume el pabellón de la ternura y del amor por los niños frente a la rigidez y la rudeza en el trato con ellos, propias de otros tiempos y de otras circunstancias.

Porque —tenlo claro—, si has sentido en alguna comida familiar de estas fiestas deseos de apretar (si bien con suavidad) el cuello de un niño impertinente, has atentado en tu interior —sin tú saberlo--contra un voraz consumidor de juguetes, turrones, pañales y colonias. Si has levantado tu mano pecadora contra uno de ellos, has socavado las mismas columnas, los basamentos, de la clave de bóveda de la producción: la familia, que cada vez se configura más como una unidad universal de consumo, y, en consecuencia, eres culpable de lesa economía.
Tampoco te va a reconocer nadie las veces que afeaste el exabrupto de los que añoraban a Herodes y su política de exterminio.
Ni siquiera podrás echarle la culpa de tu felonía a los malos ejemplos que has recibido del cinematógrafo rancio. ¿Quién te aceptará como autoridad la de Groucho Marx, que no accedió a comerse un niño crudo en una de sus películas porque ya había desayunado? Y de menos te servirá aun la cita del cómico W. C. Fields, un personaje gruñón, bebedor, deshonesto y antisocial que se atrevió en varios de sus filmes a proporcionar coscorrones y patadas en el culo a pequeños encantadores.
El inconsciente colectivo de  principios del milenio parece que tiene una deuda antigua que saldar con la infancia y no se atreve ni siquiera a mirar de mala manera a un pequeño, por insoportable que éste haya llegado a ser. A las clases medias, en los albores de 2010, no les sirven ya, ni siquiera, las propuestas de las pedagogías libertarias que preconizaban que hay que educar a los hijos para ellos mismos, no para nosotros, admitir que sus «intereses» pueden no coincidir con los nuestros, con los del grupo familiar; no olvidar que tendrán que asumir ellos solos su destino, y por consiguiente fomentar el desarrollo de su iniciativa, incluso cultivar una cierta indeterminación que preserve su capacidad de libertad. Lo que se lleva ahora es no educar a los niños. El mejor padre no es el que no reprime a sus hijos, sino el que no permite que nadie los reprima ni que les haga ver las limitaciones, mínimas, necesarias que la vida en sociedad impone al común de las criaturas.
Pululan así por las casas, sobre todo en estas fiestas en las que los chiquillos no están confinados en las guarderías y colegios, pequeños «conducatores», caudillos enanos, «fhürer» diminutos, «duces» insignificantes que presienten la debilidad de sus mayores y se aprovechan de ella. Hablan en voz muy alta, en la instancia menos agresiva y siempre que comprueben que sus órdenes se ejecutan inmediatamente, pero pasan a los gritos y a las borderías en cuanto notan una cierta resistencia al cumplimiento ejecutivo de sus mandatos. Si se les impide comer la golosina final, la que les hará reventar, darán parte a la comunidad de vecinos con alaridos, como de muerte, para que los mayores entiendan que los asuntos privados pueden pasar a ser públicos y escandalosos en el preciso momento en que sus intereses coyunturales son contrariados.
Ya sé, amigo lector, que has intentado en esta fiestas razonar con los niños de tu familia. Tu historial de respeto a los derechos humanos, en general, y a los del niño, en particular, a lo largo de muchos años no permite pensar otra cosa; y que sólo te fuiste hacia el cuello de uno de ellos con las manos crispadas, en forma de tenaza, cuando, casi de rodillas, le explicaste (sin obtener más respuesta que un gruñido y un «no» terminante), que llevaba tres horas delante de la televisión y que la película que estaba viendo era algo desagradable, que luego soñaría con caras que se derriten y se quedan en los huesos por efecto de un lanzallamas y que te dejase ver el telediario porque tenías interés en no perderte las sentidas palabras del presidente Zapatero, tomadas al alimón de Raimón y del autor del Montañas Nevadas, sobre que la tierra no es de nadie, sino del viento.
Sí. No lo repitas más: no llegaste a ponerle las manos encima al chiquillo. De acuerdo. Desde luego, el susto se lo diste. Y todos los mayores se pusieron en tu contra. Desde ese momento han renunciado a las libertades democráticas y se han abandonado en manos de los tiranuelos.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Las palabras del himno



El atril, un registro de la luz: contención del gasto

El dilema es este: ¿qué contribuye más a la vida en común, a la supervivencia de la especie, un himno municipal, con letra y música, o una entrada en un blog, pretendidamente corrosiva, atacando al nacionalismo local? ¿Existiría el choto al ajillo, los romances, el ecofeminismo, heredero de las curanderas, celestinas  y agricultoras de los siglos oscuros, el encaje de bolillos, el sentido común, las cabañuelas y la morcilla de cebolla sin un poderoso espíritu de campanario? ¿Existirían ni tan siquiera las palabras sin el amoroso cuidado que durante miles de años les han dedicado gentes enamoradas de sus pueblos, de sus tradiciones, de sus comunidades? ¿Gentes que comprendieron, mucho antes de que se descubriera la escritura, que la palabra era un delicadísimo instrumento de grabación y transmisión de la experiencia humana?  El himno de la foto nace con palabras, con letra, detalle que envidiarían algunas naciones, incapaces de ponerse de acuerdo en unas palabras que no molesten a nadie y que puedan ser entonadas en los partidos internacionales de fútbol. La letra es imprescindible en un himno, mientras se canta, no hay que preocuparse de aparecer muy transcendente, no hay que llorar, ni extasiarse, con no desentonar, es suficiente. La gestualidad  propia del canto, nos libera de los excesos del  teatro. Nuestro himno (1) es un paso más en la construcción de la identidad nacional de un pueblecito del área metropolitana de Granada. Ya tenemos bandera, hazañas bélicas, en gestación, institutos armados,  jefe de la iglesia local, que consciente de su papel institucional, en las fiestas, junto con las homilías, manda saludas a sus feligreses. Sólo nos falta acuñar moneda, por ahora nos consolamos con que la efigie del alcalde aparezca repetida en las publicaciones municipales, mientras llega el euro. Desde luego pienso que la tensión nacionalista del pueblo en el que vivo está haciendo más por la vida en común que esta entrada de mi blog. Sin duda.

(1)
Letra
 Pueblo de Cájar

Granada tiene un pueblo
que brilla en la lejanía,
Cájar se llama de nombre
por el sueñan nuestras vidas.

El aroma de sus calles
perfuman la noche y el día,
qué orgullosos nos sentimos
de vivir en esta tierra
la más bella de Andalucía.

Azul y blanca tiene su bandera
azul y blanco son los recuerdos
de jazmines blancos en primavera
de cielo azul de verano
de ensueño.

Bandera de Cájar que ondeas
al viento sobre los balcones
tan llena y radiante de luz
que embriagan tus colores,
y al son de un himno cantamos
y gritamos con esmero,
Cájar, Cájar, Cájar
!Viva!¡Viva mi pueblo!

De amor se llena el viento
por nuestra enseña divina
así nuestros sentimientos,
con tu historia se cautivan.

Pueblo pequeño y hermoso,
un sueño de Andalucía,
grandes son los corazones
de habitantes generosos
que por ti darían la vida.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Un García Lorca inédito




Hace años, recibí en la redacción del diario en que trabajaba una carta que decía así:


"Muy señor mío:.
Soy un granadino que sólo espera la muerte y que lee con atención sus colaboraciones en este periódico, réplica justa a toda esa prensa que desde hace demasiado tiempo reina entre nosotros. Por eso, después de pensarlo con todo detenimiento, le he escogido a usted para poner en sus manos el único tesoro que he poseído en mi vida y que hasta ahora he guardado celosamente. Nunca me había planteado darlo a conocer, aunque consideraba que podría  tener interés para los lectores del poeta más grande de nuestra tierra. Pero lo que me ha decidido definitivamente en este caso ha sido la tremenda sorpresa de ver cómo recientemente la familia Lorca ha escogido el diario "ABC" para publicar alguna de las poesías amorosas que Federico publicó en sus últimos años (el autor de la carta se refería a "Los sonetos del amor oscuro"). ¡Nunca lo hubiera pensado el poeta! De ahí la decisión de enviarle la poesía adjunta que quizás sea la última que escribió. Para que usted disponga libremente de ella:


 “De Federico a Peri más acá de la vida”


Déjame hablar de nuestro amor secreto
y de aquellos recuerdos no perdidos:
bailaban a compás nuestros latidos,
olvidándose ya de cualquier veto.
Enlazados y unidos en un reto
firme al peligro y a los sinsentidos,
nuestro aliento bañaba los dormidos
minutos tras el gozo más completo.
Fresca esperanza tengo entre mis manos
de que vuelva la lluvia con tus besos,
de que requiebre tu pasión mis vanos
días oscuros en los que mis huesos,
despojados de ti y de mis hermanos,
hacen aguas de amor como si presos.


Federico

"No quiero ser extenso porque no tengo fuerzas ni voluntad para ello. Sólo una brevísima explicación, pues aunque hoy se podría escribir más libremente de estos asuntos no debo extenderme en datos sobre las circunstancias que vivió Federico y que sólo pertenecen a la intimidad de las personas. Yo pertenecía a un grupo de jóvenes que admirábamos a Federico y que a escondidas de una sociedad intransigente vivimos en su intimidad los días y las noches más sorprendentes y felices. Entre nosotros había rivalidad, lo más importante era verlo alegre y feliz.
"Varios de esos jóvenes viven todavía y algunos son poseedores de tesoros poéticos íntimos que nadie conoce. Las cosas que yo tenía las destruyó mi padre. Sólo me queda copia de la poesía que le envío, pues el original lo hice desaparecer yo mismo en lo más profundo de mi cuerpo, antes de que mi padre lo pudiese ver. Y es que esta poesía no era como las demás que yo tenía, porque esta me la había dedicado a mí y sólo a mí, cuando estaba ya recluido en el Gobierno Civil, un amigo común tuvo ocasión de verlo y Federico aprovechó para enviarme esta poesía junto con una nota patética en la que me pedía que mi padre, persona influyente entonces, mediara por él. Nunca me podía figurar que la cosa acabase, desgraciadamente, como acabó.
"Mi padre no quiso saber nada del asunto, aunque se lo pedí hasta exasperarlo. Mucho lloré la muerte de Federico y, como yo, otros.
"Años después, cambió el rumbo de mi vida: me casé con una mujer que me comprendió siempre y a la que a mi manera quise mucho. Ya hace algún tiempo que murió y ésta es otra de las razones de que me haya decidido a hacer lo que hoy, en la soledad, hago.
"Pensé escribirle sólo unas líneas y me he extendido ya demasiado. Creo que lo necesitaba en el fondo. Comprenderá por todo lo que le cuento, que no le firme esta carta. Perdone que no confíe en usted hasta ese punto. Solo he querido poner la poesía en unas manos de confianza y nada más. Haga con ella lo que mejor le parezca.
Su lector anónimo,
P. L."

El diario "ABC" sigue interesándose por García Lorca, unas declaraciones de su sobrino Manuel Fernández de Montesinos en Logroño, recogidas por este diario el día 9 de este mes, me han movido a publicar por segunda vez este soneto atribuido a Lorca por el autor de la carta.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Al rey nuestro señor


Carlos V

Un amigo, y corresponsal, después de leer mi entrada sobre la estatua a José Antonio Primo de Rivera, erigida en la granadina plaza de Bibataubín, me ha enviado un regalo endemoniado. Aparentemente inocua, la herramienta se llama "Generador de Verdades Neopedagógicas Definitivas". A primera vista se trata de un juego intranscendente on-line para profesores de la ESO. La primera vez que pinchas en el Generador te puede salir algo así: "La práctica auto-reflexiva debe entenderse como un catalizador interdisciplinario en el corazón de la educación ciudadana". Pero si cliqueas unas cuantas veces, ya no sabes qué tipo de verdad, o de texto, te va espetar la máquina. Al pulsar el engendro por novena vez, me ha lanzado dos manifiestos en defensa de algo, tres columnas de opinión poniendo a un alcalde como hojita de perejil y  el soneto del poeta renacentista Hernando de Acuña (Valladolid, 1520 - Granada, 22 de junio de 1580),  titulado “Al rey nuestro señor”, que contiene este peligroso cuarteto:

Ya se acerca, señor, o es ya llegada
la edad gloriosa en que promete el cielo
una grey y un pastor solo en el suelo,
por suerte a vuestros tiempos reservada.

Estoy convencido de que estos versos no deben circular en este momento en el que responsables desnortados de la izquierda clásica y artistas Generadores Incombustibles de Verdades Éticas Definitivas –todos ellos republicanos-  piden a gritos que el Rey pastoree, más allá de la Constitución de 1978, que consagra la división de poderes y las reglas del juego democrático, él solito, a la grey hispana en el caso Haidar, la mujer saharaui que mantiene desde hace 25 días una heroica huelga de hambre que está dejando en evidencia a los gobiernos de España y Marruecos. Si transcribo aquí los versos es porque sé que este blog no tiene una audiencia masiva.
Aprovecho este post para informar a los posibles usuarios del “Generador de Verdades” de los peligros que encierra el uso poco reflexivo del regalo que me ha hecho mi amigo.

martes, 8 de diciembre de 2009

La pena de ser estatua en Granada


Alas de altanería


Es una lástima que la estatua de Granada más preparada para hacer frente a la eternidad, o a la perennidad al menos, sea la dedicada a José Antonio Primo de Rivera, en la plaza de Bibataubín. Desde luego no es la que reclamara Antonio Machado para Federico, en su poema El crimen fue en Granada. Pero, como todavía hay miles de víctimas de la barbarie nacionalista sin desenterrar, sería pertinente mantener en el centro de la ciudad esta estatua para vergüenza, perpetua o eterna,  de los verdugos. Bastaría con sustituir la inscripción actual, por los versos de Machado:
Labrad, amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!


Las estatuas que se han erigido en Granada  en los últimos años son tan feas que hay que ser muy cauto a la hora de remover la del escultor Francisco López Burgos (arriba, en la foto),  porque te pueden colocar una todavía más discutible y menos preparada para soportar el paso del tiempo. Hay cerca una de Agustín Lara, con el compositor fumando y con una sola pierna asentada en el suelo. Lo más normal, en esa posición, es que el músico mejicano no se pueda librar de un molesto y perpetuo hormigueo en sus extremidades.






miércoles, 2 de diciembre de 2009

Barrio Sésamo

Inteligencia, dame el tamaño exacto de las cosas
(Tomado, aproximadamente, de J.Ramón)


Los centímetros del David


Antes de Barrio Sésamo, los augures romanos enseñaban en sus ritos los conceptos arriba abajo, izquierda, derecha... La Biblia, aparte de haberle servido al 'pueblo judío' durante miles de años de escritura de propiedad, también enseña a distinguir arriba de abajo, lo grande de lo pequeño, el bien del mal... El arte ayuda a no perder la perspectiva...