domingo, 29 de septiembre de 2013

Maneras de vestir

Oído esta mañana en un bar del barrio del Zaidín de Granada:

-Mamaaaaa, ¡m'acomprao unoh leguih... Unoh leguih m'acomprao, mama, unoh leguih de bonicoh, mama!
-¡Niñaaaaa!, ¿qué marca?
-Mama, marca tooo el coño, tooo el coño marca, mama.
(Material de campo para un Ateneo sobre los comportamientos adolescentes en la metrópoli tardo-moderna).

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Curas transgénicos

Aquí aprendí a ser célibe
El papa Francisco ha despertado la esperanza de los que creen que la Iglesia se puede arreglar desde dentro. Cristianos bien intencionados y honestos que siguen en esta asociación para conseguir la vida eterna, se muestran ilusionados. Cada gesto de campechanía, cada beso a un niño, cada palabra de comprensión para los grupos anatematizados tradicionalmente por la institución, da argumentos a los que desean arreglar ese armatoste envejecido y autocomplaciente que se mantiene en pie renqueante y asmático por los siglos de los siglos.  Las mujeres pueden ser nombradas cardenales, se rumorea, el celibato podría desaparecer. Nada de que las mujeres vayan a acceder al orden sacerdotal. La soberbia de esta casta se muestra en el hecho de que están seguros de que los presbíteros casaderos, liberados del celibato, van a encontrar fácilmente novia. Cuando a ellos se les ocurra y sin consultar al otro género que tiene ahora la ocasión de acelerar el cambio de estructuras eclesiales. Cuando se le acerque un clérigo en celo a una mujer, esta se ha de negar a entablar conversación con él. No antes, al menos, de que tengamos a una mujer de párroco en los Guájares o en Las Angustias. Si no ceden, los clérigos tendrán que casarse entre ellos, conformarse con matrimonios homosarcerdotales.  Se piensa en las altas instancias eclesiales que el matrimonio podrá apagar los fuegos eróticos del sacerdocio célibe. Lo de siempre, cuando no se sabe cómo resolver un problema o se le encarga a la escuela o se le echa encima a la familia, en este caso al matrimonio. Crece la exigencia de que los curas se casen para acabar con los casos de pederastia que se dan dentro de la institución eclesial. Cómo si el matrimonio hubiese demostrado su eficacia a la hora de apagar el impulso venéreo, de puertas afuera. Los curas pederastas se casarán y, esto sí, disfrutarán de los amargos placeres del matrimonio. La inquina social irá a menos al verlos golpeados por las ventajas propias de la vida en pareja, pero no se puede asegurar que no sigan, algunos, molestando a la infancia con solicitudes indecorosas. Más eficaz sería financiar a la Universidad de Granada para que trate de producir curas transgénicos: sin deseo. Podrían seguir célibes y les evitaríamos el martirio de un noviazgo largo. Pero eliminar el deseo macho es tan difícil como parar el sol o la luna; que sepamos, esto solo lo consiguió Josué, pero eran otros tiempos.

martes, 24 de septiembre de 2013

¡Niñas, al salón (del trono de San Pedro)!

No se trata de una broma. Es algo que le ha pasado por la cabeza al papa Francisco: nombrar cardenal a una mujer. Quienes le conocen, dentro y fuera de la Compañía, desde antes de llegar a la cátedra de Pedro, aseguran que el primer papa jesuita de la Iglesia está llamado a sorprender cada día no sólo con sus palabras sino también, y sobre todo, con sus gestos. Eso está haciendo en los primeros seis meses de pontificado (de La Vanguardia).

jueves, 19 de septiembre de 2013

La Reconquista de Granada

AL ver al alcalde de Granada y a su señora flanqueando en el Teatro Isabel la Católica a Isabel y Fernando la noche de la presentación oficial de la segunda temporada de la serie 'Isabel', los simpatizantes populares que durante tantos años sufrieron el yugo iconoclasta y redistributivo -sobre todo, pro domo sua- del socialismo, pudieron muy bien pensar que una nueva reconquista había tenido lugar, después de una tan larga etapa de mistificación y deslegitimación de las esencias granadinas. Los actores que dieron vida a los Reyes hicieron lo posible para que nos diéramos cuenta -por si ya no lo habíamos percibido suficientemente en la serie- de que ellos eran personas muy distintas de las que se vieron obligados a representar para ganarse el pan y la fama. El chico, sin corbata, ni clámide, aparecía muy espontáneo y sonriente y la chica, para que supiéramos que ella sí se lava, lució un vestido ligero que dejaba ver unas carnes muy blanquitas y muy limpias. La Orden Plúmbea, congregación que guarda, esparce y deconstruye las esencias granadinas por internet, se permitió hacer 193 comentarios sobre el estreno. Un hermano plúmbeo opinó: "Si la historia reciente es una pura falsedad (hay quienes ponen en duda hasta el horror del Holocausto), ya me dirán qué tendrá de verdad la de hace 500 años y menos si la cuenta TVE". El debate sobre la calidad de la serie inglesa Los Tudor frente a la pobreza de ésta española fue apasionante. Un amargado, expelió el siguiente "peo de lumbre" o vacilada:"El rodaje de esta serie en Granada genera trabajo, como el día de la Patrona, por tanto es algo bueno (para el Ayuntamiento de Barcelona, el rodaje es malo. Y ha negado el permiso para grabar un capítulo de 'Isabel' en un museo barcelonés por "la difusa línea entre la realidad y ficción" de la serie. Cuando son ellos los que fantasean sobre las leyendas catalanas del origen, se muestran menos rigurosos). Las centrales nucleares, incluso las de Japón, generan riqueza y puestos de trabajo, son por tanto buenas. Las industrias contaminantes del Polo de desarrollo de Huelva, pese a ponerlo todo perdido, son buenas: generan puestos de trabajo. La Alhambra, que le importa "tres pollas" a muchos nativos, pese a ser un hito del confort y de la 'cultura' de los árabes ricos, en la Edad Media, con más retretes y baños que el palacio de Versalles y con todo el Corán primorosamente repartido por los yesos del complejo, es buena porque genera pasta y puestos de trabajo y es apetecible para la Junta y el Ayuntamiento. Se trata de su comer. Pero no inflemos demasiado los perros por el culo con el aire de estas hazañas bélicas que luego cuando las exportamos al extranjero, nos las pinchan". Y, tras este parlamento, se quedó tan tranquilo el hermanico plúmbeo.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Las flores de los moteros

Ofrenda floral a la Virgen de las Angustias
Hay, hoy en día, una multitud itinerante que se concentra en el campo del Granada C.F. para ver jugar a su equipo, que en Semana Santa saca a las calles a los titulares de las cofradías, que los fines de semana disfruta religiosamente de los botellones, que se pone en cola para la ofrenda floral a la Virgen de las Angustias y que, si se le pide que vaya a Madrid a rellenar los actos del Papa, se desplaza ágil y cooperante.  La Iglesia Católica contabiliza como fieles a los integrantes de estas avalanchas humanas. Las masas paganas y bacantes que buscan placer y diversión -y sentirse vivos- son el opio del clero. Pero ellos, si se les oye con atención, explican el porqué de su itinerancia placentera. En la web de moteros, fracción amantes de la vespa, ‘Vespacito. Com”, se puede leer: “Pues como ya es costumbre en nuestro club todos los 15 de Septiembre nosotros también aportamos nuestro granito de arena aunque sea en forma de flores a nuestra patrona. Una tradición muy granadina y no vamos a ser menos… por lo tanto si eres católico, ateo, musulmán, judío, etc. Y desde luego cualquier moto club o motero solitario que se quiera adjuntar a nosotros estás invitado ese día a acompañarnos a hacer la entrega”. Hay que remontarse al siglo XIII, para encontrar una actitud tan ‘mix’, tan receptiva, tan omnicomprensiva. Cuentan que en la puerta del Hospital de Peregrinos de Roncesvalles, de donde partía el ramal francés del Camino de Santiago, estaban esculpidos estos versos: “La puerta se abre a todos, enfermos y sanos; /no sólo a católicos, sino aún a paganos; / a judíos, herejes, ociosos, y vanos; /y más brevemente, a buenos y profanos”. Parece que por encima de religiones y creencias, está la insoslayable marea de la vida que acoge en su seno, o lo pretende, a la mayor cantidad posible de peregrinos. Quizá porque soñamos con la posibilidad de que, si conseguimos juntarnos todos en algún rito, en alguna fiesta, la insidiosa muerte no se atreverá con tantos. Que será arrollada por la poderosa corriente de la vida. ¡Ingenuos!

jueves, 12 de septiembre de 2013

Los nuevos catetos

LA emigración de los 60, los erasmus, el mes de vacaciones pagadas, el agua corriente en las casas, la erradicación del analfabetismo, las becas, los buenos sueldos de la época de la burbuja inmobiliaria, el éxodo del campo a la ciudad, el internet y el Imserso, movieron a mucha gente de acá para allá y acabaron con los catetos. Hoy puedes ser anciano, vivir en Jun, y ser cosmopolita, que es lo contrario de 'cateto'. Los catetos, por otra parte, han contribuido a conservar el entomatao, el plato alpujarreño y otros guisos portentosos que se conservan pese a la bullimanía que no da de comer sino que proyecta diapositivas en el plato. Nada más que por eso, y por ser una reserva inagotable de sentido común y de aguante, habría que clonar un 'cateto' de los de antes y crearle un nicho ecológico en el que pudiera vivir él con su familia y su irrenunciable sabiduría. Y eso pronto, porque el episodio de Buenos Aires ha desvelado que los nuevos catetos poseen los defectos que teníamos los palurdos de antes y algunos vicios nuevos que ensombrecen la imagen de este espécimen. Enumero algunos: 1. Hablar ante el mundo entero un idioma que no se conoce bien, convencido de que los votos te dan el don de lenguas o la potestad de usar a tu antojo el bien más mostrenco que hay, el del lenguaje. 2. Usar terciopelo en el cuello del abrigo en lugar de piel de conejo. 3. Organizar las bodas de los hijos para provocar la envidia de todo el pueblo y para poder cerrar los negocios de la 'famiglia'. 4. Despreciar el jamón de Trevélez. 5. Consumir siempre jamón de bellota. 6. Comer sólo langostinos de Sanlúcar con el dedo meñique empingorotado, con anillo y dije. 7. Adornarse con perlas, rodearse de 'perlas' y ser ellos mismos aljófar puro. 8. Cambiar de entonación conforme te acercas al rancho tejano de Bush, pasando del castellano de Valladolid al habla cansina de los secundarios mejicanos de las películas del Oeste, rodadas en Almería. 9. Tomar la isla de Perejil con la retórica de Lepanto. 10. Preferir el café con leche de la Plaza Mayor de los Austrias al bocadillo Borbón de calamares de la Puerta de Toledo. 11. No advertir que el vestido con que se cubren aquí, hecho de desidia, de arrogancia, de ignorancia y de desprecio hacia sus compatriotas, cuando abandonan el espacio aéreo peninsular, no les cubre el cuerpo y aparecen ante el orbe desnudos en su estupidez extrema y en su avidez insaciable.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El cúter asesino

De niño,  si tenías suerte, podías disfrutar hasta de un instructor en el manejo de las armas. Por los años 50, se instaló en mi pueblo un antiguo sargento provisional, Narciso Pedregal, que  me enseñó a cazar zorzales a la hora de la dormida. Salíamos de casa sobre las cuatro de la tarde para estar al atardecer en el barranco de Los Castaños donde esperábamos a los pájaros escondidos entre los pinos. A la vieja escopeta que yo utilizaba le fallaba  el extractor y en el momento más comprometido (los pájaros entraban  sólo durante unos 15 minutos), se te podía encasquillar. Narciso me enseñó a extraerle el cartucho atascado, depositando una muestra de orina en el cañón del arma para reblandecer el cartón del proyectil y poder sacarlo con una caña. Los zorzales terminaban reforzando los arroces caldosos de mi Tía María. Ya no pude abandonar mi afición a las armas y en mi viaje de novios, al pasar por Toledo, sufrí con el Greco, pero disfruté comprándome  una espada, copia exacta de la del Cid, con la que obtuve en Santander una victoria que, para ser justos, habría que apuntársela  al Cid en la lista de las que logró después de muerto. Estábamos descargando el seiscientos a las puertas del hotel, cuando se nos acercaron unos chicos que se entretenían en molestar a los recién casados y en humillar al marido novel  delante de su esposa. Me arrebató un ardor guerrero, a lo Obama, y saqué del coche la espada. No me fui hacia ellos, blandiéndola, porque los vi desarmados, sino que con el pomo del arma comencé a bajar la antena de la radio, pausadamente; asustados, desistieron de su ataque e, incluso, caballerosos, reconocieron su derrota y nos saludaron mientras se marchaban. Las armas, al menos la de destrucción selectiva, no han supuesto un problema para mí. Cuando daba clase a adolescentes, tuve que enfrentarme al arma de un alumno al que se le había atragantado el concepto de ‘fonema’. Mientras yo, en la pizarra, intentaba descomponer el delicado cuerpecillo de una palabra en fonemas, oí como alguien desplegaba ruidosamente un cúter a mis espaldas. Me di la vuelta y sorprendí al agresor cuando ya se me acercaba. Pude lanzarle un tomahawk, pero preferí mandar a la clase que redactara un texto sobre el incidente que titularían “El cúter asesino”. El muchacho a punto de descargar el golpe letal, dudó un momento y, seducido por los placeres de la escritura, se sentó, sacó el bolígrafo y compuso una preciosa redacción, que aún conservo, sobre los riesgos de la fonología.