"Si José Miguel Castillo, concejal encargado del protocolo del Ayuntamiento de Granada, no pierde la esperanza, quizás se le aparezca la Virgen. Lo que no se le puede asegurar a Castillo Higueras es el momento de la visita, pero que se producirá hay que darlo por descontado.
El lleva ya servicios suficientes como para merecer el advenimiento.La Gloriosa tendrá en cuenta que en su camino de Damasco, José Miguel se levantara apresuradamente del suelo -tras dejarse caer del negro corcel comunista- para subirse al triunfante carro socialista. Pero es que después se le ha visto diligente en la organización de procesiones cívicas (aunque éstas recordasen hechos más bien incívicos de nuestra historia), tremolaciones, ostentaciones de espadas reales y otras fiestas de guardar.
De Castillo podrían decirse, sin desdoro, las palabras -se lee en la escritura de Berceo- que la Virgen dedicó al santo obispo toledano Ildefonso: "Amigo -díjole- sepas que soy de ti pagada,/ me has buscado honra, no simple, sino doblada".
El único inconveniente es que Castillo ya no es un niño, ni ha sido nunca pobre, y es cosa sabida que Santa María -ahí está Fátima- prefiere presentarse a infantes de zonas deprimidas en las que se conserva viva e incontaminada la fe dé nuestros mayores. Pero que no desespere: la perfecta. organización que el concejal ha hecho del Voto del Ayuntamiento a la Virgen con motivó de los terremotos de 1884 será tenida en cuenta, Y si se retrasa el milagro, no dude Castillo en exhumar otras efemérides."
Este texto apareció el 8 de Enero de 1985 en DIARIO DE GRANADA, bajo el título de "El Concejal y la Virgen". El autor firmaba también con el nombre de Pablo Alcázar
El lleva ya servicios suficientes como para merecer el advenimiento.La Gloriosa tendrá en cuenta que en su camino de Damasco, José Miguel se levantara apresuradamente del suelo -tras dejarse caer del negro corcel comunista- para subirse al triunfante carro socialista. Pero es que después se le ha visto diligente en la organización de procesiones cívicas (aunque éstas recordasen hechos más bien incívicos de nuestra historia), tremolaciones, ostentaciones de espadas reales y otras fiestas de guardar.
De Castillo podrían decirse, sin desdoro, las palabras -se lee en la escritura de Berceo- que la Virgen dedicó al santo obispo toledano Ildefonso: "Amigo -díjole- sepas que soy de ti pagada,/ me has buscado honra, no simple, sino doblada".
El único inconveniente es que Castillo ya no es un niño, ni ha sido nunca pobre, y es cosa sabida que Santa María -ahí está Fátima- prefiere presentarse a infantes de zonas deprimidas en las que se conserva viva e incontaminada la fe dé nuestros mayores. Pero que no desespere: la perfecta. organización que el concejal ha hecho del Voto del Ayuntamiento a la Virgen con motivó de los terremotos de 1884 será tenida en cuenta, Y si se retrasa el milagro, no dude Castillo en exhumar otras efemérides."
Este texto apareció el 8 de Enero de 1985 en DIARIO DE GRANADA, bajo el título de "El Concejal y la Virgen". El autor firmaba también con el nombre de Pablo Alcázar