jueves, 30 de septiembre de 2010

El infierno cerrado temporalmente por pirólisis

En enero de 1990, el papa Juan Pablo II, sin necesidad de someter la cuestión al Parlament Catalán, afirmó que los animales poseían un soplo vital recibido de Dios.  Inmediatamente,  el  sesudo diario milanés  Il Corriere della Sera tituló en primera página: “el Papa abre el cielo a los animales”, lo que no dijo, por miedo a los ecologistas, es que no todos los animales son buenos y que la decisión papal también les abría a algunos las puertas del infierno. Que es donde van a ir los tres perros de mis vecinos que no dejan de ladrar por la noche. El caso es que, al haberse inclinado Dios por el fuego para castigar eternamente a animales y seres humanos de mala conducta, desatendiendo otros sistemas de incomodar menos contaminantes, los anticuados hornos del infierno comienzan a estar sucios tras miles de años de funcionamiento a tope. Los responsables de su limpieza han estudiado presupuestos de varias empresas y, tras desechar el sistema más moderno y barato de limpieza por medio de agua, por las dificultades de su acarreo, se han decantado por la pirólisis. Un resucitado de Pamplona, salvado de la condena eterna gracias a San Josemaría, ha declarado en Intereconomía que en las puertas del averno hay pegado un cartel en el que se puede leer: “Cerrado por pirólisis, del 1 al 7 de noviembre. Se advierte a los que piensen morirse en esos días que se aguanten hasta que termine el proceso, si no quieren acabar en el cielo”. Porque no se podrá esperar ni en el limbo ni en el purgatorio a que el infierno esté como los chorros del oro. Estas salas de espera hace tiempo que fueron desmanteladas.

martes, 28 de septiembre de 2010

Wallada, princesa y poeta Omeya

Monumento a Ibn Zaydun y Wallada, en Córdoba
El patriarcado ha sido inhóspito para las mujeres y , también, para un número incierto de hombres  poco ‘tuneaos’, obligados a sacar pecho, a matarse en las guerras, a raptar a sus compañeras, a bajar a las minas, a erigir obeliscos y penes, a cazar,  a buscar alimentos, a meter goles. A muchos le hubiera gustado quedarse en casa a jugar  con sus muñecas o con sus airgam boys o a esperar a que los cortejaran. Desde luego, más inhóspito para unos que para otros. Ser rey siempre ha resultado más cómodo que ser fogonero sin trabajo. Y ser princesa, incluso en el patriarcado,  era como un seguro contra la brutalidad y la pobreza. Y también como un salvoconducto de libertad. La princesa y poeta Wallada se paseaba por la Córdoba de los Omeyas, en el siglo XI, con el rostro descubierto  y con una banda que le cruzaba el pecho, como la de las mises actuales, en la que llevaba bordados estos versos desafiantes: Por Alá, que merezco cualquier grandeza / y sigo con orgullo mi camino / Doy gustosa a mi amante mi mejilla / y doy mis besos para quien los quiera. Pero también sabía ponerse ordinaria, como las actuales princesas del pueblo, si su “pareja”  se la jugaba. El poeta Ibn Zaydun, su amante, se atrevió a engañarla con una esclava negra y la princesa lo crucificó para siempre en este breve poema: Y te han llamado "El hexágono", /  que es un apodo / que aunque te abandone la vida, / nunca te abandonará: /“¡Maricón, sodomita, follador, /tercerón, cabrón, ladrón!". ¡Ni en Telecinco!

lunes, 27 de septiembre de 2010

Pasarela Bolonia, 2010-2011

Desfile de maestros
En Radio Nacional,  Ignacio Fernández Toxo,  secretario general de Comisiones Obreras, compara esta mañana el servicio que los Sindicatos prestan a los trabajadores con el que la Iglesia Católica ofrece a sus fieles. En la comparación sale ganando el Sindicato porque mientras que un sacerdote ha de atender a varias parroquias, el obrero con problemas, según Toxo, disfruta del apoyo y la cercanía de un enlace sindical para él solo.  El sábado asistí a una boda en un juzgado, cerré los ojos  y me pareció estar en mi propia boda celebrada por un ministro católico. El mismo tono, casi las mismas palabras, “compromiso”, “para toda la vida”, “cuidar el uno del otro”…  Notable la ocupación que la “sociedad civil” está haciendo de los símbolos y herramientas de las diversas religiones.  Nada nuevo, lo mismo hizo el cristianismo, hace 2.000 años con los símbolos y herramientas de la religión pagana. Las universidades españolas están a punto de comenzar el curso académico.  Muchas han prescindido de  la tradicional misa del Espíritu Santo  y sólo celebran una “procesión laica”.  Parece que les gusta edificar sus nuevas estructuras de poder sobre los restos de las antiguas y, además, que se note. Como los cristianos que conquistaron  el reino de Granada y se dedicaron a edificar catedrales sobre las viejas mezquitas, conservando algunos elementos arquitectónicos solventes. En La Zubia, Granada, están restaurando la Iglesia parroquial,  los albañiles han rascado un poco en la fachada y aparecen los sólidos  arcos árabes de una antigua mezquita.  Los universitarios han copiado de la Iglesia el término  “procesión” porque quieren que todo el mundo sepa que la Universidad  (copio y pego del filósofo marxista Louis Althusser)  “suple las funciones de la Iglesia y, con su apariencia de neutralidad –dado que es laica-, reproduce la sumisión a las reglas del orden establecido  en particular a través del respeto a la división social del trabajo  mediante procedimientos como el de las sanciones, las exclusiones y la selección”. Mejor que “procesión laica”,  dadas las actuales circunstancias, se podría hablar de “Pasarela Bolonia, 2010-2011”. Pero entonces dejaríamos de ser religiosos. Y la Universidad no parece dispuesta a arrojarse al el abismo de la incredulidad.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Ni Belén Esteban ni doña Letizia, Azaña

Monarcas sólo en las películas
En los años 80, mujeres granadinas que trabajaban duro durante toda la semana en el negocio familiar, pagaban alrededor de 1.000 €  por la habitación del hotel La Bobadilla de Loja en la que habían dormido los Reyes una noche. Pasaban en ella con sus maridos un fin de semana y luego, en su carnicería, mientras que le cortaban a una clienta un solomillo de cerdo con precisión milimétrica en filetes parejos,  le contaban los pormenores lujosos del cuarto de baño de la suite real. Hay gente a la que le gustaría darle una colleja suave a la princesa Letizia. No les agrada cómo ha quedado su nariz tras una operación de cirugía estética o que esté tan delgada o, simplemente, que la jaula de hierro del protocolo haya acartonado la fluidez profesional de una buena periodista.  Pero a otros muchos les agrada, les resulta guapa y bien vestida. No ven mal que acuda a Pasarela Cibeles con el empaque pijo de las burguesitas aburridas y lo más probable es que le copien los vestidos y los centímetros de sus tacones. De fundar un partido político, sacaría tantos votos como Belén Esteban. Igual que hay ateos aritméticos, con la calculadora en la mano, dispuestos a  restarle a Dios unos miles de asistentes  a cualquier manifestación religiosa, también hay republicanos militantes empeñados en demostrar que los Reyes son seres humanos y que están aquejados de los mismos vicios que los demás.  Son incansables, inventan chistes, ponen en circulación anécdotas, denuncian corruptelas del Rey y su familia, como si la idea monárquica, en lugar de caerse por obsoleta y anacrónica, se viniera abajo, por la ineptitud personal y profesional de los integrantes de la familia real. ¿Si los Reyes fuesen ejemplo de virtudes cívicas y humanas no habría nada que objetar?  ¿Estos republicanos acusicas acabarían yendo a la Zarzuela al besamanos? La Monarquía  es incompatible con el sistema  democrático porque coloca en la cima del Estado a un ciudadano que no ha sido elegido por nadie. Da igual que el rey sea bueno o malo. O que la futura reina haya elegido esta o aquella nariz del catálogo de un cirujano componedor.  Aunque nos resulte inquietante imaginar a Pajín o a Rajoy, a Cospedal o a Zapatero de presidentes de la III República Española, no tendríamos nada que objetar, si alguno de ellos ocupase ese puesto gracias a los votos de los españoles.  O si la elegida fuese Belén Esteban, incluso si lo fuese  Doña Letizia. Con suerte, hasta podría aparecer un nuevo Azaña  con la lección aprendida.

martes, 21 de septiembre de 2010

Los pobres, instrucciones de uso

Retirar a los pobres de las calles para limpiarlas, como parece sugerir Esperanza Aguirre puede resultar una iniciativa desafortunada. Menos arriesgado sería inaugurar una  línea de investigación genética que suministrara pobres sin estómago  y,  lógicamente, sin apetito, o pobres‑probeta, naturalmente limpios, que no necesitaran de jabón para lavarse, a los que la suciedad no les aguantase en el cuerpo ni un segundo. También se podría obtener en algún departamento de nuestra Universidad que no tenga mucho que hacer, un prototipo de pobre bien vestido, que almacenase en sus genes la información última de los diseñadores de moda de Pasarela Cibeles y naciese con las gasas y licras oportunas que ocultasen sus carnes paupérrimas a los viandantes. Todo menos apartarlos de la circulación. Psicólogos hay en nuestra ciudad que en cuatro días podrían conseguir mendigos ‑superados los vicios de una educación poco cuidada‑ simpáticos y felices, dicharacheros y locuaces.
Acompañar a cada pobre con un manual de instrucciones para su uso sería de mucha utilidad. Pobres para personas caritativas, que no pudiesen prescindir ni unos días de estos sencillos instrumentos de salvación eterna, llevarían colgado del cuello, a modo de escapulario, un prospecto que les señalaría a esas personas los servicios mínimos que tendrían que prestarles para conseguir alguna comodidad en la otra vida. Los poetas surrealistas podrían usar, después de leerse las instrucciones, al pobre del barrio de Salamanca que te pide que le pases dos euros y que, cuando le dices que no llevas suelto, le quita importancia al asunto y él mismo te los presta para que lo puedas socorrer. Con un poco de sentido común, podría, también, seguir usando su pobre de plantilla, la señora caritativa que siempre que le oye quejarse de lo malico que está, le regaña: "Paco, jolín, es que los pobres os estáis muriendo todos los días".
No apartemos a los pobres de la calle sin tomar las debidas precauciones, porque puede aparecer de inmediato algún desaprensivo pidiendo que también se retire de la circulación a los  banqueros, a la misma señora Botella, a los espías, a  los políticos corruptos, a los curas pederastas, a los sindicalistas distraídos que todavía no saben exactamente cuál es su verdadero enemigo, e, incluso, a los mismos guardias. Y ¿cómo te niegas?

domingo, 19 de septiembre de 2010

Blogs y vacaciones, posibles causas de divorcio

En "Amar en tiempos revueltos", Almudena, la hija adolescente del malvado falangista (compendio, por exigencias del guión,  de todos los vicios nefandos catalogados en la asignatura de Educación para la ciudadanía) escribe un diario íntimo. La madre lo descubre y se entera de lo que pone. Los diarios íntimos, al menos en las telenovelas, se escriben para que no los lea nadie, pero para que los conozca todo el mundo. Más o menos como los blogs, que se escriben a sabiendas de que no los leerá casi nadie, pero como si las cosas de uno fueran a ser conocidos por millones de lectores. Los blogueros siguen utilizando gran parte de los géneros de la literatura canónica, pero no suelen caer en la abominación de las dedicatorias librescas. No he encontrado ningún blog en el que se lea una dedicatoria como ésta: "A mi marido y a nuestros hijos les dedico esta bitácora de 2.500 entradas en restitución de la atención y el tiempo que por ella les he robado". Será porque los blogs se escriben en casa y no en los departamentos de las facultades o en las salas de las bibliotecas. El blog ha dejado claro que ese tiempo que el escritor imaginaba robado a los suyos era un tiempo feliz de emancipación para los miembros de la "unidad familiar". En casa de los blogueros, lo que hay es un deseo fuerte de que el escritor compulsivo se despegue del ordenador y se tire a la calle. Entonces todos respiran aliviados y corren a disfrutar de sus placeres y a cumplir con sus confortables obligaciones domésticas. Los blogs, igual que las vacaciones familiares en verano, están dando lugar a muchos divorcios. No es bueno que las personas estén solas pero tampoco es saludable estar todo el día reunidos. 

domingo, 12 de septiembre de 2010

Wikipedia, la Gran Diletante

Cardumen
A Pánfilo, como buen diletante, le gusta tocar temas de biología. Es muy aficionado a relacionar el comportamiento humano con el de los animales. Esto, que estuvo muy mal visto hace unos años, hoy está de moda. En la última entrada de su blog ha escrito: “Cualquier sábado por la tarde, en la plaza de cualquier pueblo o de cualquier ciudad, una novia se ha bajado del coche nupcial para retratarse  con sus damas de honor, no sé si antes o después de la boda. Las mujeres que pasan en ese momento por allí, al unísono, como los peces de un cardumen,  vuelven sus cabezas hacia la novia. Los hombres que pasan en ese momento por allí, incluido el novio, al unísono, como los peces de un cardumen, dirigen sus miradas hacia el cuerpo de una chica de 17 años que ha elegido la misma plaza para poner a calentar órganos, músculos, sistemas, articulaciones, vértebras, simetrías… antes de exigirles, en la noche cercana, prestaciones notables de elasticidad. Los etólogos siguen estudiando estos comportamientos de los peces para aclarar si la sincronización de movimiento de los individuos que integran un banco o un cardumen es innata o adquirida. Los antropólogos no tienen dudas, en este punto, sobre la naturaleza de las conductas sincronizadas observables en los machos y en las hembras de la especie humana”.
Su amiga Pánfila le ha comentado que no entiende por qué sigue empeñado en ser un diletante, que ya no hay diletantes porque  Wikipedia, la gran diletante,  los ha barrido a todos.  Por molestar, le ha recomendado que, antes de seguir por ese camino,  lea la novela de Flaubert  "Bouvard y Pécuchet", si quiere saber lo que les sucede, y cómo terminan, los protagonistas, dos quijotescos diletantes,  metidos a estudiar, como aficionados, multitud de disciplinas científicas y a intentar poner en práctica los conocimientos adquiridos en enciclopedias y manuales.
Pánfilo, muy digno, le ha contestado que una cosa es ser diletante y, otra muy distinta, poner en relación cosas. Que esa capacidad te puede conducir a la sabiduría.
Pánfila, solo le ha escrito: jajajajajajaja…

sábado, 11 de septiembre de 2010

Fray Leopoldo y un alcalde, a los altares

Es probable que los dos últimos milagros del beato Fray Leopoldo de Alpandeire le sean tenidos en cuenta para su próximo ascenso a santo. El primero ha consistido en que la causa de beatificación ha prosperado pese a que los responsables del asunto le eligieron un vice-postulador humilde, en consonancia con el ser del frailecico, desprovisto de cualquier cualidad externa perceptible. Y pese a una dificultad tan áspera, la beatificación ha llegado a buen puerto. Y el segundo prodigio, de no menos valor y maravilla, ha consistido en salvar la programación veraniega de TG7, la televisión municipal granadina, vice-postuladora desde su creación del proceso de beatificación política del alcalde. A cubrir horas de programación han contribuido también los refritos de la Semana Santa y las tertulias deportivas en las que se habla fundamentalmente de dinero: el que los granadinos tendrían que regalar al Granada para que el club llegue a ser lo que fue. La emisora ha ido de beato a beato. Del Alcalde a Fray Leopoldo, de los sedicentes programas informativos de la emisora con un solo protagonista, Torres Hurtado, a la repetición extenuante de la entrevista que Jorge Martínez, el periodista teológico de la casa, le hizo en el programa “El diván” al vice-postulador del proceso de beatificación. Seguro que Fray Leopoldo ha ayudado al alcalde a mantener la emisora abierta para que no se queden sin trabajo los becarios y el munícipe por antonomasia sin incensario. Es el último milagro del limosnero y el primero de un alcalde de limosna al que esperan los altares.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La huelga que vendrá no es la primera

Hombre marsupial
Cuando el hombre de las bolsas de plástico oye hablar de nuevo a los líderes sindicales de huelga general, le viene a la cabeza uno de los días más negros de su vida, el del paro del 14 de diciembre de 1988. Este macho intendente y marsupial,  dedicaba entonces parte de su ocio a estudiar los prospectos de los supermercados y, con el tiempo, había llegado a saber con limpia exactitud en cuál de aquellos establecimientos salía el huevo fresco 0.75 céntimos de peseta más barato.
Padre de seis hijos, compraba el azúcar por sacos en una factoría remolachera, las morcillas y las carnes en un matadero industrial y  los zapatos de sus hijos en un hipercalzado al que le quedaban todavía unos pares rebajados de botas “Gorila”.  Las bragas de las mujeres de su casa, que no tenían por qué asumir otras funciones que no fuesen las que tradicionalmente les confería el pudor o la higiene, las conseguía en la "Marcha verde" o en un bar que había en su barrio donde te servían de tapa un par de "pantys" por cada cuatro cervezas que te tomabas; aunque sólo recurría a este proveedor, que regalaba un producto de fantasía, menos casto, salpicado de lunares negros y coronado por un lazo del mismo color, cuando, a final de mes, se había hecho en la familia un gasto excesivo de lencería y ropa interior de señora.
Nada que ver con el hombre cazador del paleolítico o con el caballero medieval, engolfado en los torneos, en las cruzadas o en el violento ejercicio venatorio. Hay que remontarse al libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita para encontrarle un antepasado cierto: don Melón de la Huerta, el pretendiente de doña Endrina, primer bosquejo del buen burgués en la literatura española escrita en castellano. Como el amante medieval, era "manso más que un cordero, pelear nunca le vieron". Y compartía con el personaje del Arcipreste su amor por el ahorro y por la administración cuidadosa de los bienes familiares; hasta el punto de que su plan de vida parecía sacado del verso ‑‑"no astraga lo que gana; más antes lo guardará"‑‑ con que nuestro poeta del siglo XIV dibujaba  los rasgos más significativos del carácter del personaje.
Como no concebía un mundo sin tiendas, tenía en casa un plano de la ciudad donde había marcado con puntos rojos los comercios de guardia que permanecían abiertos los días de fiesta. Pero los encargados le informaron de que cerraban el 14 de diciembre.

Colgados, de las customs
Debió pensar que esta huelga era un ensayo para el día de después de una guerra nuclear y, gracias a sus cuidadosos estudios de mercado,  llenó la despensa de latas a punto de caducar, el cajón frigorífico de productos  de tercera o cuarta re-congelación  y el revistero con todas las publicaciones que pudo meter en una bolsa de plástico en la consulta del dentista.  Llegó al videoclub  sin tiempo para pararse  y  alquiló una cinta de título inglés, Easy rider, porque pensó que a los niños no les vendría mal una película en versión original que, además, estaba tirada en  la estantería de las de bajo alquiler.
Cuando a las 12 de la noche la televisión dejó de emitir y tuvo que apagar el video al darse cuenta de que la película, protagonizada por Peter Fonda, Jack Nicholson y Dennis Hopper  iba de dos moteros fumadísimos, se maldijo por no haberse llevado  dos o tres cintas de Paco Martínez Soria a precio normal, y se abrazó al transistor. Un pánico impreciso al vacío le cercó las entrañas al comprobar que muchas emisoras no daban nada más que música clásica. Por un momento pensó que, en las próximas 24 horas, tendría que inventarse el mundo, buscar sin ayuda su destino y se asustó. Entonces sí que sintió un enorme e insoportable miedo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Alumnos y profesores

Como amantes primerizos
Hay mucha gente implicada en el proceso que se ha puesto en marcha el día 1 de septiembre: los vendedores de chucherías que este curso tendrán que adaptarse a las nuevas directrices del Ministerio de Sanidad que limitan el consumo de grasas y azúcares en los colegios. Las librerías. Los conductores de autobús. Padres esperan­zados y, justificadamente, suspicaces ante el desarrollo del curso, madres celosas que, pese al buen servicio de guardería que les ofrece el colegio, no acaban de ver muy claro que sus retoños sean educados por personas ajenas a la familia. Bedeles. Inspectores. Líderes sindicales. Políticos. Subsecretarios y obispos. In­cluso el ministro de Educación tiene algo que decir en los comienzos de curso. Hay en septiembre un momento estelar para la Escuela en el que el país entero le dedica su atención, olvidándose de la Roja, de la tregua de ETA e  incluso del paro y de la época de escasez que se avecina. De entre tantos intereses, de entre tantos “agentes sociales”, como se reúnen en torno a la Escuela, sobresalen, como cimas del plegamiento educativo que se consuma en septiembre, los profesores y los alumnos que, tras la conmoción inicial, en la que todos participamos, apagados los focos de la atención pública, van a quedarse solos, cara a cara, como los amantes primerizos que se adentran trémulos y asustados en un laberinto del que no saben con qué desgarros y estigmas, prodigiosos o indeseables, saldrán a la luz del desamor o de la vida.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Cerezas y Ramadán

En el Campeonato del Mundo de baloncesto, España ganó al Líbano por un contundente 91-57. No ayudó al equipo libanés el que alguno de sus jugadores no pudiera beber agua a lo largo del partido a causa del Ramadán. En política de aguas, el Corán es beneficioso en otras ocasiones, por ejemplo, cuando prohíbe comer carne de cerdo. Parece que el tabú que pesa sobre la carne cerdo en el mundo árabe se debe a que en países cálidos no se puede desviar agua, imprescindible para la vida humana, a la cría del cerdo que es un animal que no suda y que necesita estar todo el día remojándose para mantener el equilibrio termodinámico.  En el cristianismo existe también una práctica piadosa que regula el consumo de fruta de los muy golosos. Consiste en tomar tantas piezas de fruta como Personas tiene la Santísima Trinidad, partes el Rosario, heridas Jesucristo o mártires una persecución. Tres ciruelas, por la Santísima Trinidad, cinco higos, por las cinco llagas de Cristo, 15 cerezas, por los 15 Misterios del Rosario. La invención por Juan Pablo II de los misterios Luminosos supuso un incremento muy bien recibido por los consumidores. Esta costumbre  resulta higiénica, ecológica y solidaria, porque si la sigues, hay fruta para todos y no sufres de diarreas incoercibles. El problema surge cuando no bebes agua en un partido de baloncesto o equivocas la devoción. Muchos encuentros se han perdido por celebrarse antes de que el muecín convocase al rezo del atardecer en el Ramadán y alguna persona devota ha muerto empachada al intentar ingerir hasta 11.000 cerezas, una por cada una de las 11.000 vírgenes martirizadas en Colonia, en el siglo V. Su cuerpo no aguantó más de 300. 

domingo, 5 de septiembre de 2010

Rajoy, pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo

Rajoy hizo ayer, día 4 de setiembre en Soutomaior (Pontevedra), un uso del pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo que tendrá entretenidos, por lo raro o incorrecto, a los redactores de la "Nueva gramática de la lengua española": "Si yo fuera Zapatero, hubiera ido mañana a Rodiezmo”, declaró este político. Ni los teólogos, que le consienten y permiten muchas cosas a Dios, le conceden al Altísimo el poder de cambiar el pasado. Pero parece que los registradores de la Propiedad en excedencia, sí pueden trastear el pasado de subjuntivo. Entenderíamos que Rajoy hubiese declarado que "si yo fuera Zapatero, iría mañana a Rodiezmo", pero por lo que le hemos oído, lo de verse con los mineros, cuando sea presidente, ni loco. ¿O, a lo peor, de lo que no se ve es de presidente? Porque ¿habrá algo menos probable que un pasado pluscuamperfecto de subjuntivo?

viernes, 3 de septiembre de 2010

El Gran Becario

El Gran Becario, en los meses de julio y agosto,  es el pueblo soberano que se ve obligado a hacérselo él  todo o a hacerle todo a las grandes empresas de comunicación. Especialmente a las emisoras de radio y de televisión. Los periódicos se contentan con mantener el precio del ejemplar y con rebajar drásticamente la información, limitando el número de páginas considerablemente. Cuando llega el apagón informativo y profesional del verano, en las emisoras y cadenas, los pequeños becarios, los aprendices salidos de la Universidad,  se dedican, con la anuencia de las empresas, que así rellenan dos meses de programación casi de balde, a mostrar su bisoñez, a hacer moderadamente el ridículo y a ordeñar la vaca del Gran Becario. Dos meses metiéndole los dedos a la gente para que cubra los espacios vaciados y los programas decaídos, en busca de la piedra filosofal del poder. Eso que los políticos llaman “lo que verdaderamente interesa a la gente”.   Cuando termina el verano, se podría esperar  que los grandes comunicadores de emisoras y cadenas, vueltos de su descanso, retomaran las riendas  de sus programas y dejaran al Gran Becario ocuparse de sus cosas y rumiar sus prioridades insondables. Pero no, los grandes comunicadores han aprendido de los pequeños becarios que los han sustituido durante unas semanas y siguen pretendiendo que la gente les haga el trabajo. Un ejemplo: en la cadena de los obispos, al mediodía, primero hablaron del “dictador Castro” y de su empeño en asustar al mundo, en su discurso de reaparición, con la amenaza de la inminente extinción de la vida sobre la Tierra provocada por una guerra nuclear. El protagonista de la noticia siguiente era  también un anciano no elegido por sufragio universal que, al igual que el Comandante, viste siempre de uniforme  y regaña urbi et orbi, en este caso, porque se vive de espaldas a Dios y la experiencia enseña que  un mundo sin Dios se convierte, según Benedicto XVI,  "en un infierno, donde prevalece el egoísmo, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza".  Panorama igualmente atómico, desde el punto de vista teológico. Pero nadie parece haberse dado cuenta en la emisora de los obispos de que, ensartadas así las dos noticias,  se estaba equiparando al Papa con Castro. A lo mejor esperan que el Gran Becario, que ha conducido los programas durante el verano, sepa distinguir a los dos personajes y corrija la pifia. ¡Comodones!

jueves, 2 de septiembre de 2010

No tengo ningún proyecto de vida para usted

La verdad es que no tengo ningún programa de vida para Aznar. Y me gustaría que él tampoco lo tuviera para mí porque ni siquiera yo lo tengo. Estoy convencido, con el poeta Quasimodo, que esto dura nada y menos y que, cuando menos lo esperamos, nos atraviesa un rayo de sol, somos felices momentáneamente, pero la noche llega de pronto y nos borra para siempre. Me gusta pensar que soy respetuoso con los proyectos de vida que los demás tienen para sí mismos. Por esto de la precariedad y fugacidad del vivir. Creo que he aprendido a no sentirme agredido porque cientos de miles de personas utilicen la excusa de la Virgen del Rocío, para vivir en el campo unos días, fumarse unos porros, echar algún polvo y beberse algunos litros de alcohol. El que a mi no me guste hacerlo, sobre todo porque soy alérgico al polvo (del camino) y al polen del olivo, no me da derecho a sentirme superior ni inferior a los que eligen esta distracción. No disfruto en Semana Santa, no voy a Lourdes, la beatificación de Fray Leopoldo me deja beatíficamente tranquilo, y las manifestaciones de Aznar, en principio, no tiene porque afectarme. No quiero que nadie disfrute, como yo lo hago,releyendo el Quijote, viendo, o durmiendo, "Amar en tiempos revueltos" o comiéndose un plato de patatas fritas con pimientos. Sólo me pongo nervioso si los que hacen todo eso que he enumerado más arriba comienzan a considerar sus respetables entretenimientos como “lo que hay que hacer”, como “lo natural”, lo “nuestro”. Me asusto cuando adivino que tienen un proyecto de vida para mí. Y me temo que Aznar sigue teniendo una hoja de ruta para todos nosotros y, si me guío por lo que acaba de declarar en Israel sobre Obama y el poder omnímodo, ese plan no me conviene.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Para ser intelectual de primera

El intelectual en su despacho
Antes, para llegar a intelectual tenías que haber hablado al menos una vez con un campesino inteligente.  Mejor sorprenderlo en las faenas propias de su oficio, en pleno campo, y liarse un cigarrillo con el tabaco de la petaca que el campesino te alargaba, junto con un librito de papel de fumar. Al ser tú un intelectual en ciernes - y un populista en ejercicio-,  al que se le presuponía una cierta agudeza mental,  los diez minutos que duraba la operación de liarte un cigarro y hablar con el “sujeto” –que es como se llamaba entonces a los encuestados- tendrían que bastarte para apreciar la profunda calidad de su pensamiento y la riqueza de su sabiduría oral.  En tu despacho, sin mucho esfuerzo, concluirías que no hay nada nuevo bajo el sol y que la inteligencia se puede encontrar en los lugares más humildes.
Pánfilo, que aspira a intelectual, ha hablado hoy con un campesino sexagenario. Se ha acercado a su gallinero, en plena Vega de Granada,  y le ha comprado una docena de sabrosos huevos de corral. Por dos euros, el hombre le ha dado 14 huevos (dos de regalo para compensarlo del escaso peso de la docena), cuatro tomates muy maduros y un kilo de excelentes patatas nuevas. El hombre se ha sincerado con él. Pánfilo recibió entusiasmado la confesión del sujeto de que su mujer lo había montado en un autobús y lo había llevado a Lourdes en un viaje insufrible de más de mil kilómetros. Recogió con veneración las quejas  jacobinas del hombre sobre los 12 euros que, a la vuelta del Santuario, le habían cobrado por entrar en la Sagrada Familia de Barcelona y su crítica a la actitud de la Iglesia de tarifar por montarle actos oficiales a las instituciones políticas.  Cuando el sujeto le contó que, de joven,  había viajado a Noruega desde Alemania (a donde había emigrado en los años 60), buscando embarcarse para Canadá,  Pánfilo perdió interés, porque el intelectual prefiere “sujetos”  inteligentes y despiertos, y si tienen todos los dientes como exigen los lingüistas en sus trabajos de campo con nativos, mejor, pero sobre todo,  que estén poco viajados. Para estas peripecias nada como un buen salvaje.  Pánfilo, hombre educado y afectuoso, se despidió del “sujeto” con muestras de cariño. Llegó a decirle, mientras le daba la mano, que lo comprendía muy bien. Que él también había sido emigrante en su juventud: durante cinco años emigró a Granada, desde Málaga, para estudiar derecho.