jueves, 29 de diciembre de 2016

Rabo inquieto


Matanza del gorrino-jabalín
Mi abuela me educó en un machismo responsable. Jamás permitió que limpiara el cuarto de baño, después de ducharme. Pero, si a las 8:15 horas no estaba cogiendo la bici para ir a clase, me amenazaba con devolverme a la casa de mis padres en Málaga, donde no podría seguir estudiando la carrera. No le di ocasión. Todas las mañanas aparcaba la bicicleta, poco antes de las 9, en la acera de la Facultad de Letras en Puentezuelas.
Resulta milagroso que no me la robaran. No le ponía candado ni nada. El aspecto de la máquina era de tal decrepitud que no resultaba atractiva para nadie. Tenía un portaequipajes poderoso que igual servía para transportar los productos de la vega desde Cenes a la Plaza de la Pescadería que para llevar al colegio a algún hermano. Terminé la carrera, y no fui deportado.
Si las reglas para los varones jóvenes de la familia, en el nicho campesino que presidía mi abuela, eran estrictas, el protocolo para las que hoy se conocen como mascotas era férreo. Mi abuela no hubiera entendido que el dueño de una marrana vietnamita la sacara a pasear con su correa y su abriguito de croché para los riñones, por la Carrera de la Virgen. Los marranos, en mi casa, recibían buen trato antes de la matanza. Ellos se resistían, y cuando el matancero, y cuatro más, no podían colocar al animal en la artesa para degollarlo, mi abuela lo cogía de una pata y lo plantaba, ella sola, encima de la mesa del sacrificio. Los gatos que se comían los jurelillos destinados a sus nietos, por la ventana, al corral. Los perros, para guardar la casa, sin caricias ni mimos. La gallina vieja que dejaba de poner, a la cazuela. La mula para arar y traer las calabazas y los melones, en el serón. El gorrión, con arroz, tras ser abatido por nuestras escopetas de plomos.
Cuando me casé, la primera vez que comió en casa, le regañó a mi mujer por no traerme a la mesa un tenedor que yo le había pedido. Educadamente, mi mujer le señaló a mi abuela que si su nieto necesitaba un tenedor, que fuera por él a la cocina. Mi abuela me había educado para ser el rey de la casa. Pero comprendí que era mejor para mí, aceptar una vicepresidencia doméstica. Por puro egoísmo. Para no contraer una deuda sin algoritmo. Imprecisa. Impagable. También, aprendí a ser compasivo y benévolo con los animales, después de leer Las florecillas de San Francisco de Asís.
Pero sigue sin gustarme que un perro hurgue en mis ingles con su hocico o que se sitúe entre mis piernas y agite mi intimidad con su rabo, sin ser requerido. Bastantes problemas afectivos tiene uno como para atarse de por vida a un rabo inquieto.

martes, 27 de diciembre de 2016

Epílogo


Epílogo: Recapitulación de lo dicho en un discurso o en otra composición literaria o de lo realizado en una etapa de la vida.

No debe de ser tan malo esto de la ENSEÑANZA, si uno llega a los sesenta años con ganas de dar la última lección del curso ‘con la brillantez que le caracteriza’ y si no impide que vosotros, alumnos y alumnas de 2º Curso de Bachillerato del Instituto Miguel de Cervantes, de Granada,  hayáis llegado hasta aquí  incólumes, casi intactos, tan hermosos que no me queda más remedio que decir con vuestro conocido Jaime Gil de Biedma:

A qué vienes ahora,
juventud,
encanto descarado de la vida?
¿Qué te trae a la playa?
Estábamos tranquilos los mayores
y tú vienes a herirnos, reviviendo
los más temibles sueños imposibles,
tú vienes para hurgarnos las imaginaciones.

Resiliencia llaman los físicos a la resistencia de un cuerpo a la rotura por golpe. La resiliencia es la que consiente que estéis hoy aquí oyéndome, tan lindos y contentos e inconsciencia , llaman los psicólogos al hecho de que yo, que ya debería de haber aprendido a callarme, tenga aún ganas de hablaros.
            Porque yo, ahora, tendría que estar, si no triste, al menos preocupado porque a partir de ahora, voy a perder el lazo más vivo de contacto con la realidad , el contacto con vosotros. Y, además, a quién contaré a partir de ahora las última tontería que se me ocurra. Nunca tendré un publico tan paciente y agradecido como vosotros. Además quiero confesaros una cosa, que tendréis que olvidar si no queréis tener problemas con vuestros profesores en el futuro, ellos os deben a vosotros mucho más que vosotros a ellos. Las ideas más brillantes, más productivas se les ha ocurrido mientras os daban clase. No lo olvidéis.
            La retórica llama a esto que he leído hasta aquí: Prólogo.  En el que la figura más sobresaliente del hablar en público utilizada ha sido la “captatio benevolentiae”, para conseguir que me atendáis con benevolencia y sin ira.
¿Pero cómo seguir ahora? En el prólogo del Quijote, Cervantes recibe los consejos de un buen amigo sobre cómo se han de componer  los prólogos, pero de epílogos, que yo sepa, Cervantes no dice nada.
Se me ocurre que tendría que daros algún consejo para cuando abandonéis este nido pedagógico que os ha acogido hasta ahora, pero en la novela de Nikos Kazantzakis, Zorba el griego (1946), aprendí que no hay que dar consejos a nadie, si no está uno dispuesto a estar disponible siempre que el que los recibe lo necesite. Por tanto me contentaré con deciros, si me quiero poner sentimental, aquello que Luis Goytisolo escribió para su hija Julia:



PALABRAS PARA JULIA
 (José Agustín Goitisolo)

 Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante un muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida y sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en tí como ahora pienso.

Un hombre sólo una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo no son nada.

Pero cuando yo te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en tí como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.





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Un buen profesor, hijo del Mayo francés, que sin embargo, no estaba en París, en aquella ocasión, sino haciendo la mili en la marina, en Madrid, que como todo el mundo sabe es puerto de mar, no puede despedir a sus alumnos sin un poquito de CARPE DIEM, este tópico tiene parte de la culpa de la situación en que se encuentra ahora la enseñanza. El profesor progre, asqueado de la educación represiva del franquismo, hacía de policía bueno del sistema escolar y mientras que la institución le mantenía a los alumnos sentaditos y atentos en las sillas del aula, los adoctrinaba para la vida y para la revolución haciéndoles ver con Salvatore Quasimodo que Ognuno sta solo sul cuor della terra, trafitto da un raggio di sole, ed é subito sera. Por lo que había que coger las rosas de la vida, como Góngora aconsejaba en su letrilla:

Por eso, mozuelas locas,
Antes que la edad avara
El rubio cabello de oro
Convierta en luciente plata,
Quered cuando sois queridas,
Amad cuando sois amadas,
Mirad, bobas, que detrás
Se pinta la ocasión calva.

Hoy los profesores progres, han tenido que hacer también de policías malos y enfrentarse con al la agreste pubertad no socializada y sacar sus peores maneras autoritarias para hacer frente a la situación. Y hemos renunciado, a enseñar, adaptándonos a la fuerza al papel de guardianas de la lene juventud, a la que a partir de que salen del Instituto, educa el mercado, que no admite ni malas formas, ni réplicas, ni insumisiones.
            Este epílogo tenía que tener, también, su poquito de tono apocalíptico. Pero en el fondo de la caja de Pandora, está la esperanza. Porque vosotros educaréis a vuestros hijos con más seriedad de la que hemos empleado nosotros en educaros y posiblemente perfeccionéis la idea de egoísmo inteligente que tan poco practican las grandes potencias y sus lacayos, enseñando a la nuevas generaciones que la felicidad plena se alcanza cuando la mayor parte de tus contemporáneos son felices y pueden vivir dignamente.
            Tan mal veía yo la conclusión de este epílogo y tan metido me veía en moralismos, con olor a moralina  que hube de pedir, como Cervantes, ayuda a un buen amigo para concluirlo. Y el hombre me aconsejó que os leyera un texto de miedo y esperanza que redacté hace muchos años en el que contemplaba con preocupación el principio de un nuevo curso académico. Pensaba entonces que :
De entre tantos intereses, de entre tantos agentes sociales, como se reúnen en torno a la Escuela, sobresalen, como cimas del plegamiento educativo que se consuma en septiembre, los profesores y los alumnos a los que, tras la conmoción inicial, en la que todos participamos, apagados los focos de la atención pública, dejamos solos, cara a cara, como a esos amantes nuevos que se adentran trémulos y asustados en un laberinto del que no saben con qué estigmas prodigiosos o indeseables saldrán a luz del desamor o de la vida.

Y también me indicó mi buen amigo, que este poema de José Carlos Rosales , tan músico y peregrino, podría muy bien servir de colofón a tantos años de relación con los jóvenes. Ellos y yo hemos sido:

Como débiles bolas de billar
que se rozan despacio, levemente,
y se alejan después, y quedan quietas
esperando el final de la partida.
Distantes y acercándose, midiendo
la distancia, las horas, el peligro,
los amantes se alejan o se atraen
como dóciles bolas de billar
que rozaran con miedo la fortuna.

Gracias (lágrimas abundantes). 

jueves, 22 de diciembre de 2016

Carbón para Susana Díaz y Jesús Candel


Tanto Spiriman como Susana Díaz persiguen el liderazgo.  Y esto no es malo. Son ambiciosos y ególatras. Voluntariosos, constantes. Seguro que no paran sus coches al borde de una carretera para ver volar a una bandada de zorzales. Ni se asombran ante el pájaro solitario que descansa en los cables de la luz, antes de retomar su vuelo. A los niños los miran como objetos de aproximación a sus padres, a los enfermos, como palanca de ascenso en el amor y consideración de la gente. Sin los ambiciosos obsesivos, el mundo disfrutaría de períodos más largos de paz y, también, más aburridos.  Es posible que las ciencias y la filosofía sufrieran un parón perjudicial y castrante. Los caminos de Susana Díaz y del doctor Jesús Candel, por ahora, son diferentes. Parecen enfrentados, hasta el punto de que es probable que al doctor Candel, los Reyes le traigan una Susanita de carbón, y viceversa. Susana Díaz, por ahora, sólo utiliza el lenguaje políticamente correcto. Sus propuestas, algunas escandalosas o risibles, no contienen ni tacos ni ofensas no elaboradas, en bruto.  Spiriman, utiliza el taco, la ofensa personal, sin pulir, la descalificación radical, porque piensa que así conecta más fácilmente con los granadinos enrabietados con tanto político y tanto sindicalista inepto o/y aprovechado. Si prestas atención a lo que dice Susana Díaz, rápidamente te das cuenta que va a lo suyo. Si lees entrevistas que le han hecho a Spiriman o sus vídeos, inmediatamente te salen tantas primeras personas del singular, tantos yoes, que parece, casi, un columnista o un bloguero de arrabal. Ambos usan también con profusión la palabra “todos”, en algún momento dicen hablar en nombre de “todos” los andaluces o de “todos” los granadinos, como si dispusieran de escáneres de conciencias. Mas lo cierto es que no han podido contactar con “todos” los ciudadanos.  Ambos son síntomas de los que nos pasa: el derrumbe de los partidos y sindicatos tradicionales y de sus promesas y propuestas. Si esto no hubiera sucedido, ni una Susana Díaz ni un Candel hubiesen tenido nada que hacer. Pero los problemas están ahí y mucha gente necesita cobijarse bajo la capa, o las promesas fantasiosas, de un líder. Asociarse, chismorrear, sentirse en comunión de intereses y de ambiciones con alguien.  Echarse en manos de mesías, de populistas todoterreno que tienen hambre de votos y   de reconocimiento; y que se mueven para conseguir el poder, y luego veremos… Eso no quiere decir que, una vez que lo tengan, no hagan algo beneficioso por el común; pero, en la lucha por conseguirlo, pueden dejar el territorio baldío. 

domingo, 18 de diciembre de 2016

Microrrelato IDEAL

Cuando la sociedad granadina regresó a la ciudad, el AVE, los dos hospitales y la Alhambra, estaban milagrosamente allí

jueves, 15 de diciembre de 2016

Laborinto


Laberinto
No me gusta redactar pliegos de descargo. Eso me pasa desde la guerra de Irak, en la que nos metió el mismo que se inventó lo de las autopistas de peaje, en quiebra ahora; esas que nos van a costar un pastón que habrá que substraer de la Sanidad y de la Educación. Entonces, si estabas en contra de la guerra de Irak, te obligaban a condenar todas las guerras desde que se inventó el arco para acá. Muchos años después, hasta Trump afirma que el detonante de aquella masacre, de consecuencias imparables e imprevisibles, lo de las armas de destrucción masiva, era mentira. Si lo dice Trump, no seré yo el que le contradiga; sí lo hará Aznar, que todavía no ha retirado los zapatos de la mesa en la que se reunía con los otros destroyer para fastidiarnos el futuro a todos. Ahora sí, creo que debo pedir disculpas, como deberían de hacer otros muchos columnistas, por señalar, incansables, las dificultades presentes, sin ofrecer soluciones. Porque no tengo ningún remedio para el actual laborinto político (labor+laberinto: luminosa etimología popular que nos habla de algo muy trabajoso y enrevesado). Así pues, antes de proseguir, sirvan de pliego de descargo las excusas anteriores. Pero he de seguir escribiendo de lo que pasa y tampoco tengo por qué aportar soluciones, me contento con contribuir, humildemente, para que el lenguaje no se nos muera de torpe y de redicho. Y por eso digo que las evoluciones de los políticos antisistema de la CUP, o las de los jóvenes goliardos de Podemos, me traen a la memoria los ejercicios espirituales de mi infancia y la terrible comparación que el predicador lanzaba sobre nuestras cabezas infantiles para que entendiésemos lo que suponía pasarse una eternidad en el infierno, por malos. "Imaginad", nos decía, "que la Tierra fuera una enorme bola de níquel y que una paloma la rozara con sus alas una vez cada mil millones de años, hasta hacerla desaparecer con esa levísima erosión, pues bien", proseguía el sádico, "conseguirá esa paloma deshacer la Tierra con sus alas, y otras mil tierras iguales, y la eternidad, todavía, no habrá comenzado". Lo mismo se les podría decir a los de la CUP y a los de Podemos: "Rozaréis una y otra vez con vuestras diabluras de rapazuelos mal criados la bola indisoluble del capitalismo, quemaréis fotos del rey, proclamaréis la república feminista independiente de Catalunya, os cruzaréis por twitter, Iglesias y Errejón, envenenadas cartas de amor y desamor, diréis picardías, os meteréis con los otros políticos, como si fuerais los dueños de una página web escolar y ellos, vuestros profes de mates, y no habréis despojado al capitalismo de ninguna de sus rocosas capas de explotación y de muerte". A vuestras chiquillerías de patio escolar, responderán sus capataces de Bruselas con órdenes terminantes, que se ejecutarán al momento, de recortes e impuestos que matan y empobrecen. ¡Jugad, jugad, benditos!

jueves, 8 de diciembre de 2016

La ley de la buena educación


Automóvil de la marca Peugeot
Me interesa la Iglesia tanto como la Peugeot y otras asociaciones y corporaciones de negocio y poder. No hablo aquí de la creencia, porque cada uno nos lo montamos como podemos, atados a una o a otra fe o hobby, para soportar eso de haber nacido para la muerte. Pero la Iglesia Católica sí me interesa porque desde que yo era pequeño tuvo un proyecto de vida para mí, mucho antes de que yo tuviera un proyecto de vida para ella. No es que yo haya salido especialmente herido por el trato con esa institución; sobreviví, pese a que la Iglesia sabía a qué películas tenía que ir, a qué distancia debería bailar de mi pareja, cuándo ayunar o cuándo tocar la flauta del sexo, casualmente, sin partitura ni estudios de solfeo. Le debo, desde luego, como tantos otros jóvenes, desde la Edad Media, el haber estudiado. Porque, cuando me suspendieron el Examen de Ingreso en el Padre Suárez, por no saberme el Credo, mi padre me puso interno con los dominicos y no tuve más remedio que estudiar y, observar con sorpresa, y sin Paolo Collejo alguno que me guiara, las curiosas evoluciones de mi cuerpo y de alguno de sus adminiculos multifuncionales. Ahora miro con curiosidad cómo la sociedad se ha paganizado, mientras que todos fingimos creer que la Iglesia aún conserva el poder de antes. Una de las asignaturas que habría que estudiar en Secundaria, obligatoriamente, debería ser la historia de las religiones; si no, ¿cómo se entiende el mundo? No estaría mal explicar en clase que la Iglesia española piensa todavía que la educación es una cosa suya que ha tenido que ceder al Estado porque, tras la generalización de la enseñanza, no tiene posibles para llevarla toda ella. Su alianza con los golpistas del 18 de julio del 36 le permitió recuperar el terreno perdido durante la República y volver a controlar la educación de los jóvenes. Y no se resigna a entregar la pieza. El problema de la escuela no debe ser ya si dar o no, religión. El reto es cómo orientar a los estudiantes en un mundo atiborrado de información. Todo está en la Wikipedia, y cada vez mejor explicado. El desafío consiste en preparar profesores que hagan de filtro de calidad de esa información invasiva y casi ilimitada que les llega a los jóvenes. Y luego, clases de urbanidad para los mayores. Para evitar, dentro de lo posible, comportamientos como el de un padre -lo ha contado Coco Vida en su espléndido blog http://coco-cocovida.blogspot.com.es/- que respondió así a sus hijo de tres años que le preguntó extrañado por un hombre manco que pedía a la puerta de la tienda de juguetes: "Ese hombre está así por malo, porque cuando era chico pedía muchos juguetes y muchos caprichos y por eso está castigado a estar así para siempre". A veces pienso que los que están necesitando una severa Ley de Educación, no son los niños, sino bastantes padres desorientados.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Alguien que cuide de mí

Interprete de "Alguien que cuide de mí"
¡La polvareda que ha levantado Pablo Iglesias con sus opiniones  sobre la feminización de las sociedades expresadas en un encuentro con otros políticos! Hasta me lo han comparado con un alcalde del PP que ha dicho unas barbaridades muy grandes sobre la mujer. Enseguida han salido los que se creen dueños de la franquicia feminista –los del PSOE- y le han llamado de todo, por boca de su portavoz. Me hace mucha gracia ver a machos  llamando machistas a otros machos. Los defensores de las mujeres me enternecen, desde Ivanhoe, un caballero medieval del siglo XII que combatió en un torneo para salvar a la judía Rebeca de la hoguera en una película de los 50 que vi en el cine Imperial de Loja. Liz Taylor, muy guapa, hacía de Rebeca, la chica acusada de bruja.  Si no he interpretado mal a Pablo Iglesias, lo que ha querido decir es que una de las ocupaciones milenarias de la mujer, el atender sus hijos, a los enfermos, a los viejos, el cuidar de todos, debería de dejar de ser algo privativo de mujeres y convertirse en un trabajo de toda la comunidad. Una sociedad feminizada sería aquella en la que cuidásemos todos, hombres y mujeres, de todos.  En e una primera etapa de la lucha por la igualdad, las mujeres han intentado meterse en el traje del varón, portarse como él, acceder  los cargos y empleos que los hombres han desempeñado en exclusiva hasta hace unas décadas. No han feminizado la sociedad,  se han masculinizado ellas, para bien y para mal. Se han integrado en el ejército, en los cuerpos de seguridad, en las notarías, en los juzgados, en los bancos y en las empresas. Parece que los varones -se quejan ellas- no las han descargado, para que puedan estar en lo público en las mismas condiciones que ellos, de parte de las responsabilidades  que tradicionalmente las mujeres venían cubriendo en la sociedad patriarcal. Y bastante razón tienen; la mujer sigue atendiendo, con esfuerzo y dificultades, sus antiguas funciones de cuidadora y madre, más las que ha conquistado en el territorio masculino de lo público. Pide Pablo Iglesias, que la sociedad se feminice, que asumamos hombres y mujeres las tareas de cuidadores, que construyamos una sociedad más acogedora y confortable. Pues le ha caído parda. Ya saben, vivimos en la época de las posverdades . Las posverdades son mentiras que resultan más creíbles que las propias verdades. Importa muy poco lo que digas. Aunque Iglesias  esté haciendo una propuesta respaldada por uno de los muchos feminismos existentes, no importa. Se le tildará de machista por los que se consideran los únicos propietarios del feminismo. E inmediatamente, sin reflexión ni tino, saldrán a morderle el calcañar una patulea de adversarios interesados que lo odian porque ven en él una amenaza para su futuro. El que los puede sacar del escenario.

domingo, 27 de noviembre de 2016

La Solución: 24 asesores son pocos, 48, ¡Ya!

Globos

El mundillo oficial arde esta tarde, después de la magna manifestación de esta mañana, a la espera de nombramientos. Esperan que la Junta, para solucionar el problema de la Sanidad granadina, multiplique por dos el número de asesores. "24, son pocos, hacen falta más, por lo menos, 48", piensan. El BOJA tiene la última palabra. Qué noche de nervios. Al final habrá más asesores que globos.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Todos los muertos son cojonudos


En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Hace unos días, Barberá, hoy Castro, los muertos, como canta Brassens, son unos tíos cojonudos

"Il est toujours joli, le temps passé
Un' fois qu'ils ont cassé leur pipe
On pardonne à tous ceux qui nous ont offensés
Les morts sont tous des braves types."

(Agradezco a mi amigo Alain Rausch la referencia a Brassens)

 Aproximadamente:
El tiempo pasado es muy divertido:
Una vez que uno estira la pata

Se perdona al muerto y sus ofensas
No hay muerto malo, todos, cojonudos.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Con la muerte, de Rita, en los talones

 Berlin, Danza de la muerte, siglo XIV
La muerte del poderoso era, y quizá lo siga siendo, un motivo de consuelo para el común. El poeta Jorge Manrique (1440-1479) lo explica muy bien en las Coplas a la muerte de su padre, donde pone el acento en que la muerte (permanentemente pegada a nuestros talones) nos iguala a todos. No conozco uso más ajustado de la palabra 'todos' que cuando nos referimos a la condición mortal del ser humano. Porque de la muerte no se libra ni Dios. Los sociólogos de la Literatura, una casta que tuvo mucha importancia hace años, denunciaban en ensayos-látigo las secretas e interesadas intenciones de caballero Manrique. La muerte como consuelo, la muerte como anestesia de las aspiraciones de justicia de la gente. La muerte niveladora del señor y el siervo. ¿Recuerdan las nobles palabras de Manrique?: "Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / qu'es el morir; / allí van los señoríos / derechos a se acabar / e consumir; / allí los ríos caudales, / allí los otros medianos / e más chicos, / allegados, son iguales / los que viven por sus manos / e los ricos". Triste consuelo que los párrocos se encargaban de repetir desde los púlpitos, para mantener a los de abajo, mansos y resignados. Para que no incendiaran las cosechas de trigo del opulento ni tomaran su casa por asalto, desesperados. El pueblo fiel (que tendría que haber exigido algo de igualdad pre-mortem), contribuía a la aceptación del trágala reproduciendo frases y refranes conformistas y niveladores, a la baja, como aquel que rezaba: "Pobres y ricos, llegados a la huesa, igualicos", que, en la línea de lo propuesto por clérigos y nobles, ayudaban a "la paz social". Luego, alguien fácil de contentar, recetó que más vale una morcilla que en el asador reviente que el caviar Beluga o el paté de hígado de pato engordado con higos, servidos en la mesa de los que se ocupan del gobierno del mundo. "Mientras", decía el inventor de tan humilde propuesta culinaria, "gobiernan mis días mantequillas y pan tiernos y en las mañanas de invierno, naranjadas y aguardiente". Seguramente que el poeta que escribió lo apuntado desconocía la máxima democrática de que si tú no haces política, alguien la hará por ti, buscando sólo su provecho. De conocerla, quizá se hubiera cuidado mucho de dejar en manos de los ambiciosos el gobierno del mundo y de sus monarquías. Y frailes escritores hubo que dejaron constancia de su rechazo de la contienda pública y de su inclinación a llevar una vida retirada, "ni envidiados ni envidiosos". No ha sido el caso de Rita Barberá, repentinamente fallecida en la árida soledad de un hotel. Luchó por el poder y por la gloria. Ya no se sabrá con seguridad si con buena o malas artes. Lo mejor será no aprovechar su muerte ni para insultos ni homenajes. Pero eso es muy difícil. En España, tenemos la mala costumbre de caramelizar o socarrar los huesos de los muertos antes de venderlos como huesos de santo o de diablo, y de agregarlos a la dieta.

jueves, 17 de noviembre de 2016

El anuncio de la Lotería de Navidad

 En el teatro de Lope de Vega (1562-1635), los personajes se manifiestan con decoro: el rey habla como rey, el alcalde, como alcalde, el labriego, como labriego y el militar, como militar. El anuncio de la Lotería de Navidad de este año es absolutamente decoroso, respetuoso con los tiempos presentes. El anuncio habla, como corresponde a la época que nos ha tocado vivir, el lenguaje del engaño, de la mentira, del fingimiento. Premios que nunca llegarán, pero que se nos prometen un día y otro. La mentira aglutina a más gente que la verdad. Cuatro veces se utiliza en el anuncio 'todos', la palabra mágica, el abracadabra, el ensalmo que une y cimienta a todo el pueblo. Una ilusión vana. Si Dios ha muerto, no nos quedamos nada más que nosotros, todos, para hacer frente a los grandes problemas de la familia humana: el dolor, la enfermedad, la vejez, la injusticia, la muerte; esos que ni el mismo Dios acertó a resolver. Un talismán es 'todos'. Un talismán capaz, como Cristo, de resucitar incluso a los muertos.
Todos
En el poema del peruano César Vallejo Masa (1937), un hombre ha muerto: se le acercan miles, millones de individuos, pidiéndole que resucite; no lo consiguen y el cadáver, ay, sigue muriendo. Pero, "Entonces -escribe Vallejo- todos los hombres de la tierra / le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; / incorporóse lentamente, /abrazó al primer hombre; echóse a andar...". 'Todos' es una de las palabras favoritas de los misioneros, de los predicadores, de los alcaldes, de los oradores en los mítines. Detrás de ella se pone el nombre de los que integran ese 'todos'. Todos los hombres de bien, todos los granadinos bien nacidos -se excluyen los alumbrados en partos difíciles o/y distócicos- , todos los españoles patriotas, todos los catalanes independentistas, todos los vascos nacionalistas, todos los trabajadores, todos los explotados, todos los arios, todas las mujeres, todos los varones... El nombre que acompaña al 'todos' suele ser restrictivo.
¿Qué se hace con los que no están incluidos en ese 'todos'? Las soluciones han sido muchas, a lo largo de la historia, desde las más drásticas, que han pretendido, como quiso hacer el Holocausto, eliminar a etnias enteras o a grupos 'indeseables' para los nazis, hasta las más benévolas y demoradas como son las soluciones misioneras que pretenden la integración del infiel, del tibio o del indeciso, tras la catequesis política o religiosa. Hermosa y bien traída es la palabra 'todos', si no esconde una trampa, un espejismo, como en el anuncio de la Lotería Nacional: todos los vecinos unidos para engañar a alguien (¡claro, por su bien!). Porque, ¿y si a la maestra de la historia, al sentirse engañada, le da por tirar a su hijo desde lo alto del faro?

sábado, 12 de noviembre de 2016

Buda y Procusto, dos modelos

Juguete roto
Los mayores siempre han dedicado tiempo a preparar a los jóvenes para la vida. El sociólogo francés Emilio Durkheim lo veía así: "La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Tiene por objeto el suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que le van a exigir tanto la sociedad política en su conjunto, como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado". Esto lo publicó en 1911. Tres años antes de que estallara la Primera Guerra Mundial. No creo que la guerra estuviera entre las herramientas educativas que este sociólogo consideraba imprescindibles para suscitar en el niño una serie de habilidades para la vida en común. Lo mejor para educar a un niño, sin que los padres tengan que implicarse en ayudarle a hacer los deberes, es la "ratio socrática", es decir, un Sócrates para cada Fedro. Este método conjuga el aprendizaje intelectual con el físico: cuando hacía buen tiempo, Sócrates se paseaba en Atenas, con su alumno Fedro, por las orillas del río Cefiso y le enseñaba filosofía al tiempo que consumían calorías. Don Fernando, mi profesor de Ciencias Naturales, en Loja, también nos llevaba al campo para ver saltar a las ranas y deslizarse las lagartijas. Alguna se diseccionó - ¡que no me oigan los animalistas!- en la rebotica de su farmacia. Pero ya éramos más de un Fedro en clase. La sociedad actual oscila entre Buda y Procusto, en lo que a Educación se refiere. A Buda no lo dejó salir su padre a la puerta de la calle, durante toda su infancia, para que no viera lo jodía que estaba la cosa fuera del palacio. Pero se escapó y se topó de repente con el dolor y la muerte. Se llevó un sofocón. No estaba preparado. Luego está Procusto, que era un señor de la mitología griega que estaba empeñado en meter a todo el que pasaba por la puerta de su casa en una cama de un solo formato. Si era grande y no cabía, le cortaba lo que le sobraba, y si era pequeño y dejaba media cama vacía, lo estiraba. Lo mejor es lo de Fedro que no se llevaba deberes a casa, los hacía todos con Sócrates. Pero actualmente los profes tienen en clase de 30 a 37 Fedros. En una hora no tienen tiempo de explicar el tema del día y de que los chicos hagan los deberes en clase y, menos, de corregirlos en la misma aula. Los chicos tienen que llevarse algunos a casa. Los padres prefieren jugar al pádel con sus hijos o meterse en Zara antes que ayudarles con los deberes. Confortable fue la infancia de Buda, pero poco interactiva. Sí, la escuela es un poco el lecho de Procusto. Estira o amputa para amoldar a todos a un formato estándar. Es tarea de padres y profesores que los niños salgan de la escuela más o menos adiestrados para la vida. Que los pequeños budas sepan desde chicos lo que es trabajar, sin que la escuela los desmembre y los lesione.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

jueves, 3 de noviembre de 2016

Cristianos, accionistas, identitarios

Misioneros portugueses en Japón
LOS nacionalismos, como las religiones o como las corporaciones empresariales o políticas tienen sus cosas buenas. Sobre todo, consiguen crear asombrosas redes de cooperación en masa. Gente que no se conoce; individuos que viven, a veces, a miles de kilómetros los unos de otros; personas de clases e intereses muy diferentes, gracias al cristianismo, a la Peugeot o al sueño milenarista de los nacionalismos identitarios, se sienten profundamente unidos. Tienen una misión que cumplir: conseguir adeptos, fieles, compañeros, accionistas. Son expansivos y conquistadores. Su fin último es que la Peugeot sea la única fábrica de coches, el cristianismo la única religión verdadera o que su patria despegue hacia la tierra prometida, desconectando de la madrastra aprovechada y mandona que les pega todo el día con la alpargata centralista. Creen tener derecho a que, por ser ellos quienes son, la vida les resulte menos dura que a los otros seres humanos. A una cuota de felicidad más alta. Ventajas, bonos, descuentos. 
Pero, ¿tiene en cuenta Mercadona el lugar de nacimiento de sus clientes? ¿Las pijotas les salen más baratas a los andaluces que a los murcianos? ¿Te descuentan más si eres catalán? A la estupidez cateta de algunos políticos que disfrutan metiéndose con la gente del pueblo de al lado, burlándose de su manera de hablar o achacándole algún defecto congénito, casi siempre responde un natural de ese pueblo defendiéndose de las ofensas con tópicos parecidos. Si un político catalán se mete con los andaluces, inmediatamente tendrá en frente a un andaluz que afirmará que "el pueblo andaluz además de laborioso y formal es el pueblo más antiguo de la Península". El asunto deriva en una batalla de lugares comunes. Me atrevo a añadir alguno más a la lista; por ejemplo: el ser humano es complejo. O bien, el tópico contrario: el ser humano, que es muy elemental, trabaja y se mueve principalmente alrededor de conceptos como "más", "menos", "igual". "El pueblo más antiguo" supone que hay pueblos menos antiguos y que hay pueblos igual de antiguos. También suele haber alguien que aleja meando más que los demás y, por lo visto, alejar meando más que los otros, aparte de ser cosa de hombres, es bueno. También supone que el concepto "pueblo" ha existido siempre. Más o menos como las piedras milenarias. ¿Hay piedras que tengan menos de mil años? ¿Lo saben ellas? ¿Les importa? ¿Ha habido en la Historia de la Humanidad algún individuo que no haya pertenecido a algún pueblo milenario? ¿Hay pueblos milenarios? ¿Hay pueblos? ¿Te rebajan algo en el Mercadona por pertenecer al pueblo más antiguo? ¿Estará de acuerdo mi psicólogo en que yo reciba regalos de una gran superficie sin haber hecho nada para merecerlos, simplemente por pertenecer a un pueblo determinado? No sé, no sé…

lunes, 31 de octubre de 2016

La levedad de un twit


En el principio, el silencio se vio roto por los gestos, el grito, los chillidos,las miradas, los tics, los cuerpos que hablaban y callaban. Y apareció el lenguaje, el parloteo. Después, la escritura de los albaranes de piedra de los almacenes mesopotámicos, luego, los libros que hablaban de guerras y de dioses, del resplandor de vidas sucias y ensangrentadas, de hambre belicosa e insatisfecha, de divinidades que siempre disponían de un costillar de buey que asar en sus barbacoas. Dioses imaginarios que disponían de todo lo que los hombres echaban en falta. En la lucha por la verdad del libro murieron muchos. Decapitados. Quemados, misericordiosamente empalados, atufados por el humo de su carne chamuscada. Los verdugos se los enviaban a sus dioses medio hechos, a la espera sólo de un vuelta y vuelta. Porque los hombres, lo repito, gustaban de imitar a los dioses que habían inventado y a sus barbacoas inacabables. Luego la imprenta hizo imposible la existencia de un solo libro. El gremio de libreros, que también dispone de dioses, se hubiera quejado del exterminio de los impresos. El libro comenzó a proporcionar muchos puestos de trabajo. Todas las industrias, hasta las más tóxicas, se justifican porque dan de comer a muchos hogares. Ya no estuvo toda la sabiduría en un libro, sino en muchos. Todo está en los libros, coincidieron en ese momento todos los que vivían de ellos, desde el predicador al encuadernador, desde el maestro al ilustrador y al miniaturista. Cualquier respuesta estaba en ellos. Hasta que Dylan, la encontró en el viento. En la nube, en el internet, en la red. Ahora nada está ya en los libros, ni en los parlamento, ni en las universidades ni en la Fundación Camilo José Cela, ni en la encíclicas papales. Ni en El Capilal ni en Mein Kampf Ahora todo está en los twits. Del silencio de las sociedades sin lenguaje, sin escritura, a los 140 caracteres de un twit. De silencio al silencio. Como somos tantos y la tecnología nos ha dado la voz a todos,sólo tenemos derecho a 140 caracteres. En competencia con los 140 caracteres de los otros miles de millones de criaturas conectados a la red. Nada. Del silencio al silencio. Nada. Se ha cumplido el deseo de los que redactaron la letra de la Internacional: Ni en dioses, reyes ni tribunos,está el supremo salvador... Porque los 140 caracteres no dan nada más que para un reinado de pocas milésimas de segundo. Silencio.

sábado, 29 de octubre de 2016

Twitter, sin ti no seríamos nada

Twitter de Pablo Iglesias
Las caja tonta (tv) y la casa atontada (Congreso) no serían nadie esta tarde sin twitter. Los portavoces, en cuanto terminan su intervención, cuelgan sus tuits.

jueves, 27 de octubre de 2016

La sabiduría de Galina

Autoría incierta
CONDESCENDENCIA, lo mío se llama condescendencia, aunque en tiempos, antes de que esta palabra fuera usada como arma arrojadiza-, lo llamé populismo. Les cuento: esta semana pensaba escribir de Neurociencia, después de oír de madrugada en la radio que El taller del razonamiento, una institución dedicada a estudiar la obra de Cela, servirá de plataforma para investigar la relación entre el cerebro y la creación artística. La revista de divulgación científica Muy interesanteme informa de que este tipo de estudios se viene haciendo en España en el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián, con la ayuda de las técnicas de registro de la actividad cerebral más avanzadas. Los resultados confirman algo que ya imaginábamos: que cuanto más 'raro' es nuestro lenguaje más recursos requiere para ser procesado en la zona frontal izquierda del cerebro del lector o del oyente. Conocida como la zona de Broca. Un texto 'anormal', plagado de oxímora, pleonasmos y metáforas, consume más energía cerebral del receptor que el discurso de investidura de Rajoy, lleno de tópicos y de lugares comunes. Al poco rato, en un bar, mientras que, Galina, la camarera ucraniana, deposita en mi mesa el medio mollete, el aceite y la taza de café con leche de desayuno, leo esta frase en uno de los sobres del azúcar: "Sólo quien te quiere de verdad comprende el dolor detrás de tu sonrisa, el amor detrás de tu rabia y las razones detrás de tus silencios". No viene firmada. Condescendiente y dicharachero, le pregunto a la camarera si el autor se llama 'Azúcar Blanco'. No lo hago con maldad ni para reírme de ella. Simplemente, para que se acuerde de mí cuando vuelva a ese café y me diga, nada más entrar, lo que más le gusta oír a un jubilado, más, incluso, que colarse en el dispensario: "Caballero, lo de siempre, ¿verdad?". Incluso le explico, sabiondo, lo que he leído, hace un rato, en el Muy Interesante: que esta frase incendiará el lóbulo frontal izquierdo de los clientes que la lean, mucho más que lo que dice por enésima vez Luis Enrique de Messi en la tele; porque contiene tres antítesis o contrastes: dolor/sonrisa; amor/rabia; razones/silencios. Me mira con esa mirada, protectora y compasiva, con la que las mujeres han mirado durante miles de años a los ancianos de la tribu confiados a su cuidado, y me explica con precisión envidiable que en el sobre no pone el nombre del autor porque será frase popular de éxito, creada en su día por un individuo concreto, pero aceptada rápidamente por la comunidad que se encargó de transmitirla oralmente de generación en generación. Sin condescendencia ninguna; pedagógicamente, me ha dicho lo mismo que decía Menéndez Pidal de la autoría de los romances y de su transmisión en las culturas ágrafas. Me hubiera gustado estar conectado a los aparatos de un laboratorio de Neurociencia para ver cómo mi cerebro ardía de admiración ante el milagro de la humilde sabiduría de Galina.

jueves, 20 de octubre de 2016

Dylan no se deja

Marc Bolan
ES plausible que la Academia Sueca haya pensado en Dylan para Premio Nobel de Literatura. Al conceder al poeta y cantante estadounidense el galardón, ha actuado, más o menos, como Sir Thomas Malory (1405-1471), el autor de La Muerte de Arturo, muñidor de las antiguas leyendas celtas sobre la vida y hazañas del brumoso Arturo. En la obra de Malory, la antiquísima mitología artúrica se ha convertido al cristianismo. Excalibur, la espada que otorgará el poder al joven caballero ya no es extraída por éste de una roca inculta en mitad del bosque, como sucedía en las viejas sagas, sino de un yunque de acero colocado sobre una piedra tallada, situada en el patio de una iglesia. "Quienquiera que saque esta espada de esta piedra y yunque es legítimo rey nato de toda Inglaterra", se puede leer en su hoja. Sólo Arturo, de entre los muchos caballeros que intentaron hacerse con ella en presencia del arzobispo un día de Año Nuevo lo consigue. La Academia Sueca es la iglesia que ahora inviste y consagra a escritores del mundo entero cuando les concede el Premio Nobel de Literatura. Cada año, uno de ellos, un creador, muchas veces, rebelde, inconformista, vanguardista e innovador tendrá que acudir a Suecia para ser proclamado rey universal de la Literatura. El premiado obtiene fama y dinero y la Academia refuerza su posición como dueña y administradora de todas las escrituras. Lo hizo antes el cristianismo, apropiándose de las deidades griegas y latinas, en los albores de esta religión. Cupido pasó a ser el Niño Jesús y Marte un cruzado medieval. Lenin y Susana Díaz, más modernamente, reforzaron su poder, uno, aceptando algunas prácticas políticas de la burguesía y, la otra, apuntándose al Rocío y al Cristo legionario de la Buena Muerte. Algo parecido, hicimos mi hermano Joaquín y yo, cuando redactamos en 1978 el libro de 8º de EGB de la editorial Bruño. En el tema 11, dedicado al Arte, metimos al líder de la banda "Tyrannosaurus Rex" (más conocida como T. Rex), Mark Bolan al lado de Lorca, Picasso y Alberti. "Bolan, un precursor del gay power", explicábamos en el texto, "pura dinamita, jadea y gime en sus actuaciones públicas, con una mezcla de agresión sexual y violencia, a la manera del protagonista de Clock work orange y desencadena verdadera furia entre chicas inglesas. Bolan, el hombre-objeto o el hombre-mujer". Como, ya en el 78, los estudiantes comenzaban a desentenderse de los clásicos, utilizamos a Bolan, lo mismo que la Academia Sueca a Dylan: como caballos de troya para la poesía. En un momento en que se tambalea el canon literario y el futuro del libro de papel y de las instituciones literarias tradicionales (universidades, editoriales, ateneos, academias de la Buenas Letras y librerías) está en el aire, los suecos han encontrado la respuesta en Dylan. Pero parece que Dylan, como en su canción Blowin in The Wind, les ha dicho, hasta ahora, que la respuesta está en el viento.

viernes, 14 de octubre de 2016

Celtas largos, por debajo de la rodilla

Los Celtas
La relación del ser humano con la ropa es muy variada. Yo la odio, sobre todo cuando me toca plancharla; las camisas de lino o de algodón se arrugan nada más ponértelas y, ¡hala!, a plancharlas de nuevo. Me imagino que la relación del guerrero celta con su recia y protectora braga era mucho más positiva. La palabra braga viene del celta, ‘braka’: pantalón del guerrero que le llegaba hasta los tobillos. Esto lo tuve que explicar cuando daba clases prácticas de Gramática histórica del español. El catedrático  que impartía la asignatura me mandaba a todos los alumnos que le preguntaban por el origen de una palabra. En aquella temporada,  llovieron muchas bragas sobre mi indocta cabeza, porque los estudiantes se interesaban por la etimología de ‘vagina’, ‘pene’ y ‘bragas’. Entonces averigüé que en el español de América las bragas reciben otros nombres. No sé por qué la gente comenzó a utilizar en España el diminutivo ´braguita´ -´hilo dental´, en Latinoamérica- para referirse a la sucinta braga actual; quizá ocurrió cuando la voz  ´tanga´, de origen tupí comenzó a competir con el término ´braga´. Las bragas de los 60 eran de cuello alto y más de algodón que de otra tela y los chicos las conocían sobre todo por atisbarlas en los tendederos.  Al que vi en buena sintonía con su ropa de abrigo, en la exposición de momias del Parque de las Ciencias, fue al <<hombre de del hielo>>,  un cazador de hace 5000 años, al que encontraron congelado en Ötzi, una localidad alpina. El hombre iba muy abrigado. Llevaba mochila y un chaleco precioso de pieles del que se han hecho multitud de copias a lo largo de la historia y no todas chinas o coreanas. Una capa vegetal y un taparrabos de cuero.Un hipster de las montañas, asesinado posiblemente por un cazador de una tribu vecina. Nadie me preguntó, cuando yo era etimólogo de guardia en la Facultad de Letras por la palabras 'taparrabos' o ´calzoncillo´. De lo que deduje que todas las bragas gustan a todos los hombres pero que no todos los calzoncillos gustan a todas las mujeres. Es más, que a las mujeres los calzoncillos les importan un pito, ¡para qué nos vamos a engañar! Y si los hombres reparan en las bragas es porque son la última veladura antes del big bang. Algunos autores, cuando quieren aparecer como sensuales de la muerte, le dan cierta importancia a la lencería de señora. Miren esta greguería de Ramón Gómez de la Serna: “Nunca son más suaves los senos y nunca se vierten más fuera, más que si estuviesen desnudos, que bajo un mantón de crespón”. ¡Exagerado! O esta otra de Paolo Collejo, la versión cenera de Paolo Coelho:”La lencería es el cristal ahumado por el que miro el sol de tu cuerpo, en sus eclipses". ¡Mentira!, la lencería no es cosa de hombres. La cara que ponen los hombres cuando ven a una mujer desnuda, lo dice bien  claro. La lencería, y San Valentín, es cosa del Corte Inglés que ha manipulado a la mujer para que la compre... Siempre al servicio del heteropatriarcado.

jueves, 13 de octubre de 2016

Bragas

Los Celtas
La relación del ser humano con la ropa es muy variada. Yo la odio, sobre todo cuando me toca plancharla; las camisas de lino o de algodón se arrugan nada más ponértelas y, ¡hala!, a plancharlas de nuevo. Me imagino que la relación del guerrero celta con su recia y protectora braga era mucho más positiva. La palabra braga viene del celta, ‘braka’: pantalón del guerrero. Esto lo tuve que explicar cuando daba clases prácticas de Gramática histórica del español. El catedrático  que impartía la asignatura me mandaba a todos los alumnos que le preguntaban por el origen de una palabra. En aquella temporada,  llovieron muchas bragas sobre mi indocta cabeza, porque los estudiantes se interesaban por la etimología de ‘vagina’, ‘pene’ y ‘bragas’. Entonces averigüé que en el español de América las bragas reciben otros nombres. No sé por qué la gente comenzó a utilizar en España el diminutivo ´braguita´ -´hilo dental´, en Latinoamérica- para referirse a la sucinta braga actual; quizá ocurrió cuando la voz  ´tanga´, de origen tupí comenzó a competir con el término ´braga´. Las bragas de los 60 eran de cuello alto y más de algodón que de otra tela y los chicos las conocían sobre todo por atisbarlas en los tendederos.  Al que vi en buena sintonía con su ropa de abrigo, en la exposición de momias del Parque de las Ciencias, fue al <<hombre de del hielo>>,  un cazador de hace 5000 años, al que encontraron congelado en Ötzi, una localidad alpina. El hombre iba muy abrigado. Levaba mochila y un chaleco precioso de pieles del que se han hecho multitud de copias a lo largo de la historia y no todas chinas o coreanas. Un hipster de las montañas, asesinado posiblemente por un cazador de una tribu vecina. Nadie me preguntó, cuando yo era etimólogo de guardia en la Facultad de Letras por la palabra ´calzoncillo´. De lo que deduje que todas las bragas gustan a todos los hombres pero que no todos los calzoncillos gustan a todas las mujeres. Es más, que a las mujeres los calzoncillos les importan un pito, ¡para qué nos vamos a engañar! Y si los hombres reparan en las bragas es porque son la última veladura antes del big bang. Algunos autores, cuando quieren aparecer como sensuales de la muerte, le dan cierta importancia a la lencería de señora. Miren esta greguería de Ramón Gómez de la Serna: “Nunca son más suaves los senos y nunca se vierten más fuera, más que si estuviesen desnudos, que bajo un mantón de crespón”. ¡Exagerado! O esta otra de Paolo Collejo, la versión cenera de Paolo Coelho:”La lencería es el cristal ahumado por el que miro el sol de tu cuerpo, en sus eclipses". ¡Mentira!, la lencería no es cosa de hombres. La cara que ponen los hombres cuando ven a una mujer desnuda, lo dice bien  claro. La lencería, y San Valentín, es cosa del Corte Inglés que ha manipulado a la mujer para que la compre... Siempre al servicio del heteropatriarcado.

miércoles, 12 de octubre de 2016

La Hispanidad de un tomate

El campesino, dueño del chambao de la foto, es razonablemente feliz, pese a que tiene 86 años y que acude todos los días a labrar los marjales donde cría los tomates. Cuando maduran los vende a los viajeros que suben a Sierra Nevada por la carretera de El Purche, en Granada. Ha tenido el buen gusto de preferir una expresión antigua “Se vende tomates” a la actual “Se venden tomates” para su tosco anuncio y el sentido común suficiente como para que la bandera de España que preside su actividad, no sea mayor que el tomate más gordo de su cosecha.
El tomate más gordo
No le pide a la patria demasiadas cosas, para que la patria no se ponga exigente con él. La patria le ha pagado el sonotone que alivia su sordera y le ha concedido las becas que han permitido que sus dos hijas terminen sus carreras universitarias. Él hizo el servicio militar en su momento y le viene pagando, a la patria, sus impuestos. 900 metros más abajo, el Ayuntamiento de su pueblo también izó este verano una enseña roja y amarilla, con más varas de tela que metros cuadrados mide el término municipal, a modo de para-desgracias y atrapa-glorias nacionales.
Bandera atrapa-glorias nacionales
No consta en ningún sitio que el pueblo, o Consistorio, hayan prestado a la patria más servicios que el campesino de los tomates. Casi kennediano parece nuestro hombre. ¿No fue el presidente Kennedy el que pidió a sus compatriotas que no estuvieran todo el día pidiéndole cosas al país de uno, que también pensaran en darle algo de vez en cuando?

jueves, 6 de octubre de 2016

Rousseau y los relatos


HACÍA tiempo que no oía a nadie meterse con Rousseau. Me dicen que Pérez Reverte, en su última novela, Hombres buenos, lo llama hipócrita. Es bastante menos de lo que le llamó José Antonio Primo de Rivera en el teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de Octubre de 1933. Según le escuché en la adolescencia a mi hermano el mayor, uno de sus profesores de Derecho de la Universidad de Granada, comenzaba sus clases con este fragmento del discurso del fundador de la falange: "Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto, que se llamaba Juan Jacobo Rousseau, publicó El contrato social, dejó de ser la verdad política una entidad permanente (…) Juan Jacobo Rousseau vino a decirnos que la justicia y la verdad no eran categorías permanentes de razón, sino que eran, en cada instante, decisiones de voluntad", de los votantes. De mis hermanos mayores no sólo se me pegó algo de Derecho, también solían recitar frases en latín para deslumbrarnos. Porque hace ocho o nueve Leyes de Educación, no había reválida ni PREU ni COU, había algo más fuerte que se llamaba "Examen de Estado". Y los alumnos que quería aprobarlo, tenían que saber latín y griego y matemáticas y física y ciencias naturales. Me han venido a la mente unos versos de Ovidio que le confirmarían a Pedro Sánchez que lo que le está pasando ahora con muchos de sus amigos, le ha sucedido de siempre al perdedor. Subiendo por el barranco de las Adelfas, en el otro lado del Genil, en Cenes, oí por primera vez a uno de los mayores recitar en latín algo que nos tradujo al momento, debajo de un pino, a los menores. Lo que dijo Ovidio, más o menos, es que cuando eres afortunado y poderoso, se te pegan multitud de amigos, pero que si el tiempo se nubla, y pierdes el poder o la fortuna, te quedas más sólo que la una. Las familias numerosas tenían sus ventajas para los chicos. Socializabas rápido, si no querías quedarte sin pipirrana, pan o amor. Los hermanos mayores, o más brillantes, lideraban el grupo. Te preparaban para la vida pero, también te tiranizaban. Por eso me encantó a mí, el quinto de nueve hermanos, saber por mi profesor de filosofía de PREU que había alternativas a la tiranía y a la monarquía. Este texto de Rousseau, que nos leyó en clase, me hizo comprender por qué el fascista Primo de Rivera lo consideraba nefasto: "Un defecto esencial e inevitable que hará siempre inferior el gobierno monárquico al republicano, es que en éste el VOTO popular casi siempre lleva a los primeros puestos a hombres esclarecidos y capaces, que hacen honor a sus cargos, en tanto que los que surgen en las monarquías no son a menudo sino chismosos, bribonzuelos e intrigantes, talentos mediocres que una, vez en el poder, no sirven sino para demostrar al público su ineptitud". "Casi siempre", afirma Rousseau, no siempre. Porque puede suceder, como pasa ahora en España, que los bribones, los tramposos, los ladrones y los mediocres hayan sido entronizados por los votos. Y es que la condición humana no deja de darnos malos ratos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Relato, la política es puro relato

Sherezade contándole un relato al sultán
Relato, la política es puro relato, falsedad bien ensayada,
estudiado simulacro:
"Los socialistas necesitan un nuevo relato que comunicar si deciden un giro tras la campaña del “no es no” de Sánchez". (De la prensa). 

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Stop a la lectura

Me pregunta una bibliotecaria si el libro de Primo Levi “Si esto es un hombre” es una lectura adecuada para alumnos de Educación Secundaria. Sin lugar a dudas; es una obra que deberían leer los escolares, sus padres y sus abuelos, si es que aún no lo han leído. A los chicos no les va a pasar nada por leer un libro maravillosamente escrito que trata de la condición humana y de lo que pasa cuando nos enzarzamos en guerras para controlar las tierras y sus riquezas naturales, el petróleo, las naciones, las personas. Pasa que, esa capa delgadísima que llamamos “Civilización”, se despega como una tirita del todo a cien y debajo aparece lo más malo del ser humano, lo más ponzoñoso: el miedo y la furia. No les va a pasar nada a los estudiantes con su lectura, porque lo que cuenta Levi en su libro sobre la disolución de cualquier vestigio de dignidad en un campo de concentración nazi, sigue pasando hoy, con el mismo descaro y con la misma maldad. Refugiados que se venden a países que viven de eso, de hacinar y confinar personas en espacios acotados,  como Turquía o Libia, para que no lleguen a nuestra aseada Europa. Mafias que trafican con el dolor y la desesperación humana. No creo que los estudiantes vean en el libro algo que no hayan visto en las redes o en la TV.  Los libros ni ocultan ni desvelan el horror.  Pero la pregunta de la bibliotecaria no carece de interés, porque supone que los custodios de los libros les conceden una importancia de la que actualmente carecen. Todo no está ya en los libros. Los canales por los que les llega información a los jóvenes son múltiples e incontrolables. La pregunta tenía sentido en los tiempos en que los libros eran clasificados por los guardianes de la ortodoxia en buenos y malos. En provechosos o nocivos para ciertos sectores de la población. Cuando existía el Índice de libros prohibidos. Incluso Buda, sometido a un severo control parental, confinado por su padre en palacio, para que no conociera el dolor y la muerte, un buen día, ve pasar un entierro y comprende de manera súbita y brutal que el dolor y la muerte existen. En mi etapa de bibliotecario en un internado, con 13 años, me leí, primero, todos los libros que había en una alacena, protegidos por tela metálica y guardados bajo llave. La lectura me ha ayudado a sobrellevar situaciones extremas. Es un bien precioso. Hay jóvenes que leen sin que nadie se lo imponga. Que les gusta leer. Más de los que nos imaginamos y muchísimos más de los que leían antes. Para los que no leen, lo mejor es prohibirles que lean. Entonces sí que leerán el tremendo libro de Levi sobre el campo de concentración de Auschwitz y lo que les echen o, mejor, lo que les prohíban. Nada de facilidades. Stop a la lectura.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Los colegios andaluces, la masía de los votos de la Junta

Promesas dominicanas
SE parecen bastante el prospecto de propaganda de la Junta de Andalucía con motivo de la vuelta al cole y el folleto que los dominicos andaluces repartían por los pueblos, en los años 50, para reclutar seminaristas para su Colegio de Almagro. En ambos, hay fotos de niños entusiasmados con la vuelta al cole. En la propaganda dominicana, un niño dormido, "sueña con el porvenir". Y el porvenir aparece vestido de blanco, sobre la cama. Y no es la imagen de Gento, el extremo izquierdo merengue de entonces, sino el retrato de un niño vestido con una sotana blanca, muy parecida a la de los papas. En el panfleto de la Junta, también hay en la portada unos niños-objeto, muy felices, con el pulgar levantado, en señal de victoria. Seguro que estos niños también sueñan con labrarse un porvenir en su tierra, no en Berlín o en Londres, donde es posible que terminen cuando se gradúen. En ninguno de los dos textos queda claro quién pone el dinero. En el de la Junta, parece que sale directamente del bolsillo de Susana Díaz y no del contribuyente. Al menos, en la propaganda del seminario se dice que las familias deberán "contribuir a los gastos de manutención y estudio de los aspirantes según condiciones", es decir, según sus posibilidades. Lo de las becas, o como se llamaran antiguamente, lo inventó la Iglesia que recogía a los muchachos listos -aunque fuesen pobres- y los formaba a sus expensas. Los aspirantes ricos a las órdenes sagradas pagaban los estudios de los que no podían pagárselos, lo demás lo ponía de su propio peculio la Iglesia, principal beneficiaria de esta masia de santidad. En plan más laico, fue el humanista Erasmo de Róterdan el que planteó en La temprana educación de los niños (1528) que "la generosidad de los ricos viene obligada a socorrer a los ingenios bien dotados cuando sus precarias posibilidades económicas no alcanzan a que obtenga su total desarrollo la nativa capacidad intelectual". Sí advierto ciertas diferencias en el cumplimiento de las promesas que se hacen en ambos folletos. En el internado de Alma gro, pude comprobar durante cuatro años que casi todo lo que la propaganda prometía, se cumplían. Salvo el comer, que como no se prometía, pues se cumplía a medias. Los recortes han rebajado mucho las prestaciones de la Escuela Pública. Esto lo calla el prospecto publicitario de la Junta que sólo habla de logros. Nada dice que se han cancelado las Becas de Juventud que permitían a los estudiantes viajar al extranjero a estudiar en verano; de que no se sustituye a los profesores enfermos; de que se tarda en cubrir las bajas maternales; de que al profesor con baja médica, a partir del tercer día, le quitan dinero del sueldo pero no lo sustituyen; de que han aumentado las horas lectivas de 18 a 20 y que se trabaja más y gana menos. Calla el prospecto que se han perdido casi 7.000 profesores desde 2012 y que se intenta paliar el fracaso escolar castigando al profesor a rellenar infinidad de papeles cuando suspende a un alumno... En fin, el opusculito nos lo podían haber ahorrado.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

La CUP juega a los cromos

Antes del descubrimiento de la escritura, los reyes solían comparecer ante su pueblo para explicar sus decisiones. Dictaban leyes de viva voz, juzgaban a sus súbditos según esas leyes no escritas, decidían sobre la vida y la muerte de los hombres y mandaban degollar a los que se saltaban sus mandatos. Pero todo tenía que pasar en su presencia. No había piedras de Rosetta. Ni códigos de Hammurabi en los parlanchines tiempos de la oralidad, sólo la voz del rey y su recuerdo en la memoria de las gentes. Un “lo ha dicho el Rey “, solía bastar para dirimir conflictos y para que sus subordinados ejercieran la autoridad en su nombre, pero, al final, el rey tenía que aparecer, no en efigie, no en cuadro o pintura, en persona para constatar que se cumplían sus órdenes. Las tablas de la ley y los decretos vinieron después. Cuando se hubo inventado la escritura. Fue entonces cuando un listillo, atlético y con autoridad entre su gente, se subió a lo más alto de un cerro, un día de niebla, llevó con él un saco de dormir, un pellejo con agua, algo de pan y un trozo de cecina de cordero y se pasó unas noches desaparecido, después de amenazar con castigos tremendos a los que se atrevieran a seguirlo para meter sus narices en las brumas del misterio. A los pocos días, bajó de la montaña con unas piedras escritas y asegurando que aquellas cuatro letras toscamente esculpidas en el granito eran las leyes inmutables caligrafiadas en su presencia por el mismo Dios. Ahí comenzó la gran estafa, la tremenda sustitución de los dioses y de los reyes por escribas avispados, con dotes de escaladores, que aseguraban ser los propietarios del copyright de lo invisible. La escritura, y también las imágenes de las cuevas prehistóricas,  hicieron innecesaria la presencia de los dioses y de los reyes para ejercer su autoridad, sustituidos por pendolistas y dibujantes. Desde entonces, ni los dioses ni los reyes tienen por qué personarse cuando los invocan o los reclaman, para adorarlos a para abrasarlos. Parece que militantes de la CUP se tuvieron que contentar con quemar fotos de Felipe VI en la manifestación de la última Diada. Después amenazaron con seguir quemando imágenes del rey si “Madrid” se empecina en perseguir penalmente a los pirómanos. Incluso, según cantaron algunos en la manifestación, si Felipe VI  va por Barcelona, podría jugarse la cabeza. Es una manera infantil de echar balones fuera. El enemigo es Puigdemont, representante de la burguesía más rocosa y aprovechada de este reino. Lo tienen al lado, pactan con él, quizá le den fuego para que encienda un cigarrillo, si es que fuma. Pero quemar, quemar, sólo queman los cromos de “Madrid”. ¡Me cachis!