jueves, 26 de enero de 2017

Spiriman,no. ¡Yeah!

Ángel custodio
No me podía yo ni imaginar que los drones que patrullaron, en la Gran Vía, la manifestación del 15e, fueran particulares. Porque está absolutamente prohibido volarlos sobre manifestaciones y porque las multas son disuasorias. Pero Spiriman –que se acaba de ganar una querella por injurias y calumnias- ha colgado en su muro un video montado con el material suministrado por esos aparatos. Insinuaba yo, y así lo escribí en mi columna del jueves pasado, que los drones podían ser “oficiales”. No me di cuenta de que los drones, de color blanco, estaban sincronizados con los globos que llevábamos los manifestantes y con la bata del doctor Candel. Eran drones amigos. Me retracto, ahora, de la atribución y me preocupo. Por varias razones: Porque un médico de Urgencias debería de haberse inquietado por si este servicio, ya colapsado, hubiera visto incrementado, de forma súbita, el número de pacientes por la caída de alguno de los drones.   Mi segunda preocupación: ¿estamos repitiendo comportamientos de la Transición?  Entonces, algunos jueces
intentaban esquivar las leyes franquistas para no tener que condenar a sindicalistas y opositores; hacían un “uso alternativo del Derecho”. ¿Está la gente tan golpeada por los efectos letales que los recortes han provocado en sus vidas que justifican que no saltemos las leyes? ¿Si la escuadrilla que voló, sin tener en cuenta las leyes vigentes, hubiera caído sobre la multitud, matando a alguno de los manifestantes, le hubieran devuelto en Urgencias una vida alternativa al difunto? Mis otros remilgos son más bien profesionales. Los gramáticos somos capaces de matar por un acento o por una mala concordancia. A veces nos escocemos sin motivo y nos pasamos en la condena. Pero el comentario con el que acompañó el doctor Candel la publicación del vídeo de los drones en su muro de Facebook, me tiene algo escamado: «Un Dron mágico, que sabe contar, me ha soltado por la chimenea un pen con un vídeo...  Las imágenes están ordenadas cronológicamente, a tiempo real, para que veamos la gran cantidad de gente que asistió el 15e. Estando yo en Puerta Real había gente en doctor Oloriz. Más de 150.000 personas».  Mis reparos son estos: 1. «Estando yo en Puerta Real...». ¿Estaba solo este líder carismático en Puerta Real? 2. Este arcaísmo mayestático («Estando yo...»), ¿supone que el líder carismático se ve ya como héroe de leyenda? Hay un romance, el de "La loba parda", que comienza así: "Estando yo en la mi choza, con mi perra trujillana...". 3. ¿La Sanidad Pública, sin dineros y colapsada, necesitará volver a la magia de los drones y de los Ángeles Custodios para restablecerse? 4. ¿Los drones mágicos se caen del cielo tanto como los Ángeles Custodios? Y si caen, ¿producen tanto estropicio como cuando un ángel de la guarda -dulce compañía, no me dejes solo ni de noche ni de día, ¡yeah!-,  se deja caer sobre la Tierra? En fin, tonterías mías. De un gramático trasnochado. No me hagan caso.

jueves, 19 de enero de 2017

Drones sobre Gran Vía de Granada

Dron
Desde que Galileo expulsó a Dios del cielo con su telescopio y lo instaló como refugiado, más o menos querido, en el interior del corazón de las criaturas, el espacio aéreo está muy percudido. Drones, platillos volantes, satélites artificiales, cazabombarderos, misiles atómicos… En fin, nada que se pueda comparar con la Gloria, de la que casi siempre han llovido bendiciones, lluvias nutricias o alimentos probióticos y paleodietéticos, como el maná bíblico. Hay drones administrativos y fiscales, como los que despliega Hacienda por toda la provincia, para detectar edificaciones no declaradas por sus dueños. Gracias a ellos, la Agencia Tributaria ha advertido que los dueños de viviendas tienden a no informar al fisco, cuando las amplían. La adscripción de los drones que vigilaron la manifestación del pasado día 15, es incierta. Desde luego, drones particulares no eran. A estos se les tiene prohibido volar sobre aglomeraciones de personal. Y las multas por hacerlo son cuantiosas. Pero las administraciones, la autonómica o la estatal, deben estar seguras de que sus técnicos no les van a fallar y que no dejarán caer sobre el público ninguno de estos artilugios aéreos no tripulados. Por ahora, no se advierten intenciones letales en los operadores de estos aparatos. La gente, que ha oído que EE UU usa estos inventos como armas de guerra para aniquilar a sus enemigos (y entornos), miraba al cielo con algo de temor. Ahora, los gabinetes sociológicos dependientes del Estado se ocupan en procesar e interpretar los datos que les suministraronesos chirimbolos. A ver cómo explican la presencia de numerosas damas con abrigos de visón entre los manifestantes; codo con codo con el rocoso sindicalista del metal que antaño acudía al Primero de Mayo con un mortero que disparaba inclemente, asustando a los compañeros, y que ahora sólo usa un silbato. Seguro que concluyen, los sociólogos, que ese es precisamente uno de los logros de la Sanidad Pública; que, como ha llegado a ser mejor que la privada, ha servido de punto de encuentro de las clases sociales y de las diversas etnias que conviven pacíficamente en nuestro país. En el hospital, han coincidido el patriarca de un clan gitano y la dama de rastrillo navideño. Eso ha hecho que se conozcan los contendientes sociales y políticos y ha dulcificado las diferencias. Cuando el entierro de los abogados de Atocha, asesinados por ultraderechistas en 1977, el Rey sobrevoló el duelo en helicóptero: el orden y el gran número de asistentes aligeró la legalización del Partido Comunista y facilitó la Transición. ¿Habrá tomado nota, vía dron, Susana Díaz de que, si no arregla el problema de la Sanidad en Granada, puede peligrar su carrera política y, lo que es más grave, de que su incompetencia puede soliviantar a los, hasta ahora, pacíficos manifestantes?

martes, 17 de enero de 2017

Las grandes alamedas

Estoy asombrado de las Navidades y de los Reyes tan bulliciosos que acabamos de pasar. E intento analizar y comprender qué está sucediendo. Parece como si se hubiera cumplido la premonición expresada en 1973 por Salvador Allende, poco antes de ser asesinado por los golpistas, en su prodigioso discurso de despedida de los chilenos, a sabiendas de que le quedaba poco tiempo de vida. Una pieza lúcida, valiente y sosegada. Una pieza que nos hace añorar el tiempo de los héroes humildes, metálicos, indeformables. Gente corriente, consecuente y sabia, que hacía todo lo posible por no mentir mucho. Un discurso que recomiendo que lea, no esta generación de políticos que se disuelve y atomiza sin fin, aferrada a los cargos y a sus tejemanejes. Ellos no lo entenderían. Sí, las personas egoístas, pero inteligentes. A aquellas que saben que no podremos sobrevivir mucho tiempo a tanta descomposición. Ni nosotros ni, mucho menos, la gente más joven. Les vendría bien, nos vendría bien, oír el discurso de Allende, a punto de adentrarse en la oscuridad. Impresiona su llamada a la rebelión contra la barbarie, pero sin inmolaciones, sin gestos heroicos, tranquilamente. No les pide a los chilenos que salgan a las calles a romperse contra los tanques. Sólo les pide que no cejen, que resistan, con inteligencia y constancia. "Sigan ustedes sabiendo", les dice en su alocución desde Radio Magallanes, "que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor". He visto en estas fiestas que acabamos de padecer y de disfrutar, a tanta gente en las calles que he tenido la ilusión de que esas grandes alamedas de la que hablaba Allende, ya están siendo transitadas por los habitantes de una sociedad mejor. Y he tenido la tentación de abandonar mi cómoda posición de espectador crítico y sumirme en el bullicio de la calle; de coger mi moto, disfrazarme de Papá Noel, como hicieron otros 300 moteros, y atronar la ciudad con los acelerones de mi máquina. Me han entrado ganas de ser costalero y meterme debajo del paso, sin santo, que han utilizado algunas cofradías para llevar los regalos de Reyes a aquellos que no supieron o no pudieron escribirles. Quizá la banda de música, tocando piezas de Semana Santa, sobraba, pero la facilidad con que los jóvenes penitentes se transforman en ONG es digna de estudio y reconocimiento. Porque la energía inmensa y la fuerza espléndida que esta juventud derrocha en este tipo de operaciones está mucho mejor empleada que cuando se la ha canalizado hacia la destrucción y la guerra. Me hubiera gustado ser rey mago en la cabalgata, agitar el pendón en la Toma... Pero he preferido, cobarde, analizar y describir lo que pasa. Y he llegado a la conclusión de que no era esto a lo que se refería Allende en su discurso, pero que, como ensayo, no ha estado nada mal. Aunque soy consciente de que quedan por arreglar algunas cosillas.

sábado, 7 de enero de 2017

Parada biológica

Resistiré

Tras la vorágine de estos días, acabo de entrar en modo "Simón el Estilita"*. Estoy reseteándome  y desintoxicándome de un empacho severo de sociabilidad. No aceptaré ningún tipo de invitaciones o incitaciones, al menos en un mes. Comeré sólo. Una taza de zahareña, por las mañanas y un huevo duro. Saltamontes y langostas del desierto, para el almuerzo y 120 gramos de cecina, a la cena. Ni aceptaré flores ni asistiré a ningún recital de aforismos. Abteneos, poetas jóvenes, de invitarme a la lectura de vuestros versos y menos si son de amores contrariados. Ayuno total en lo que se refiere a la lectura de novelas histórica. Castidad y contención serán mi ciudadela. Cilicios en las piernas y azotes en mis glúteos. No veo otra forma de sobrevivir tras tanto exceso.
 *San Simón el Estilita, nacido en Կիլիկիա, en el siglo IV, pasó 37 años subido a una columna; se le considera el inventor del cilicio, o sea, de una cuerda hiriente que algunos penitentes se amarran en la cintura o en las piernas para hacer penitencia. Se ató a la cintura un bejuco espinoso y no se lo quitaba ni de día ni de noche. Esto para lograr dominar sus tentaciones. 

miércoles, 4 de enero de 2017

En los Reyes, pistolas para todos

Muñecas para las niñas
A la ministra de defensa, María Dolores de Cospedal, los Reyes no le van a traer muñecas, sino un 30% de aumento en el presupuesto de Defensa del 2017. Con él podrá comprar juguetes bélicos. Esto supone un avance notable en la erradicación del sexismo en el juguete. En nuestra ciudad, también se hace lo que se puede. La concejala delegada de igualdad del Ayuntamiento, Ana Muñoz Arquelladas, ha marcado el paso con la misma marcialidad que oficiales del ejército y de la policía, en los actos de la Toma. La sociedad no está tan avanzada como estas dos notables políticas y todavía se discute en las tertulias sobre qué tipo de juguetes hay que regalar a los niños; también del sexismo en el juguete, de las muñecas, de las pistolas, de los drones de las barbies y de todas esas puñetitas. No falta en esas tertulias un psicólogo de la Junta que insiste, como un autómata,  en que hay que “educar en valores”. Si quieres quedar bien, te tienes que pronunciar porque los juguetes sean los mismos para niños y niñas. Y llevarás mucha razón: si un niño o una niña consiguen emerger de la montaña de peluches y obsequios que les han hecho a lo largo de todo el año y llega con la capacidad de discernimiento medianamente desatascada a la avalancha de juguetes que les caen encima en Reyes, es mejor que no reciba más  lanzamierdas, si es varón,  ni más muñecas de alterne, enlicradas y de melena rubia, si es hembra. No es que importe mucho, porque a estas alturas del año, a los peques les da igual ocho que ochenta y a los padres, no digamos: lo único que les preocupa es encontrar en los pisos de 50 metros dónde meter la  remesa de juguetes del 2017,  atiborrados los estantes por los chismes del 2016 que todavía  no han podido hacer desaparecer por completo. Al juguetero en las tertulias, le suelen preguntar si los padres han comenzado a regalar muñecas a los varones, y el hombre no tiene más remedio que confesar que no. Que los niños, hasta que no entran en alguna cofradía de Semana Santa, no comienzan a jugar a las muñecas. Las muñecas se siguen regalando a las niñas, que ya tendrán ocasión de mayores de alistarse en el ejército e ir a algún lugar del mundo, con sus fusilitos y sus “mataflús”, a acabar con todo lo que se mueve o a morir ellas mismas, en alguna guerripaz tope de gama. Los juguetes, hoy en día, ni educan ni dejan de educar “en valores”. Bastante tienen los chiquillos con quitárselos de encima, para que no los aplasten. Los valores los aprenden los peques viendo cómo Cospedal se arma hasta los dientes o cómo la feminista Muñoz Arquelladas lucha contra el heteropatriarcado al paso épico de la cabra de la Legión.

lunes, 2 de enero de 2017

¡Toma, por Catulo!



En el día de la Toma de Granada
En el día de la Toma; dedicado a la cabra de la legión, al concejal que enarbole el pendón, a los moros, a los cristianos, a los granadinos que viven de los monumentos que construyeron los árabes y que, pese a todo, celebran su derrota, cuando de haber seguido en nuestra ciudad -los moros-, disfrutaríamos de varias alhambras más y por tanto del triple de turistas que hoy. A las berenjenas fritas, a los boqueroncillos en vinagre, a todas y cada una de las tapas que se servirán hoy en los alrededores de la plaza del Carmen y que harán que los comerciantes que las venden se sientan cada vez más identificados con la Toma. Para todos ellos, esto versos de Catulo. Porque tengo yo hoy el cuerpo de Catulo y porque hay formas de diversión y placer que no necesitan de tanto pendón y tanto pífano.





Vivamos, Lesbia mía, y amemos.
y las murmuraciones de los viejos amargados,
que nos importen un pimiento.
Oscurecerá y amanecerá día tras día,
pero nosotros, cuando se apague nuestra luz tan breve,
dormiremos en una eterna noche.
Bésame mil veces, y después otras cien
y de nuevo mil veces, y de nuevo otras cien
y después mil besos más, y otros cien otra vez,
y, cuando miles y miles de veces se cumplan los besos,
no llevemos la cuenta precisa, que no la sepamos,
para que ningún malvado pueda maldecirnos
cuando sepa la cantidad de veces que nos hemos besado
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