Todos los ‘españoles de bien’ nos hemos inmatriculado el triunfo de Nadal, sin dar un solo raquetazo. Con el mismo derecho con el que la Iglesia se ha inmatriculado sin pestañear 34.961 bienes terrenales. No me consta que el vicepresidente, ya dimitido, de la Fundación del Barça, Alfons Godall, sea un mal español, pero él no se lo ha inmatriculado porque cree que Nadal representa al Estado enemigo y porque le da angustia el deportista, como otros atletas que no niegan ser españoles. Para angustia la que pasé yo durante las 5 horas y pico del encuentro y, sobre todo, al final que tuve que irme a comer con la familia y no pude ver los últimos minutos del match. Se me habíaencargado parte del menú para antes de las 3. Las horas del encuentro tampoco fueron tranquilas. Guisando en la cocina y yendo continuamente a la sala a ver el partido en la TV. Al principio, la cosa empezó mal para los dos. Estropeé una sopa sevillana porque, después de cocer las cabezas del marisco y de escurrir el caldo para hervir las gambas peladas, conmocionado por la pérdida de losprimeros sets, me olvidé de ellas y quedaron más secas que la mojama. La euforia y la esperanza que me insufló la remontada en los dos siguientes sets, posibilitó que la crema de calabaza, en plan, me saliera riquísima en la Thermomix. Puse todos los ingredientes en el vaso del robot y programé el tiempo preciso. Como el tenista, introduje en la receta un toque mágico, en lugar de los tres quesitos que hay que echarle al final, antes de triturarlo todo un minuto a velocidad 10, agregué 100 g de nata.¡Brutal! Luego tosté las almendrillas en una freidora de aire que me ha regalado mi hija, y, también, ¡brutales!Rafa es un deportista inspirador, como han declaradomuchos de los que le han felicitado. Del Rey abajo, casi todos los que le dieron la enhorabuena, inmatricularoncomo suya la victoria de Nadal. Tan inspirador es Rafa que, cuando clavó la virgulilla de la ‘ñ’ de España –a modo de pica en Flandes- en la Rod Laver Arena de Melbourne, a mí se me ocurrió añadir a mi receta habitual de bizcocho una manzana rayada, al tiempo que sustituía los 75 g de leche por nata de guisar. Un golpe maestro. Obtuve mi recompensa en casa de mi cuñada, ya comiendo, cuando todos me felicitaron por mis preparaciones culinarias. Y levantamos nuestras copas, al par que Nadal la ensaladera, que todos los comensales inmatriculamos como nuestra, sin dudarlo.
Segundo título: No solo la Iglesia se inmatriculapropiedades. Muchos españoles nos hemos inmatriculadola ensaladera de Nadal.