jueves, 19 de febrero de 2015

El gorila

DOS vídeos del You Tube me han impresionado especialmente en los últimos días, uno de laNational Geographic sobre la vida sexual de los gorilas y otro de una boda en la que de pronto la novia comienza a cantarle al novio dentro de la iglesia una canción de Nuria Fergó. Ambos enseñan mucho sobre el comportamiento animal. Los gorilas macho, sigo a la National, tienen el pene y los testículos muy pequeños. El cantautor francés George Brassens (1921-1981) no debía de conocer este dato cuando compuso su canción Gorille, en la que el protagonista exhibe un pene respetable en opinión de las visitantes del zoo que huyen asustadas cuando el animal se escapa de la jaula. La razón que dan los etólogos de los 5 centímetros del pene de los gorilas macho es plausible: el individuo que pueda escatimar en su aparato sexual, en espermatozoides, en pene y testículos dispondrá de mucha energía sobrante para construir músculos poderosos con los que mantener alejados a los tenorios ocasionales que merodean en torno a las hembras de su harén. Los gorilas no se entretienen en tonterías ni en alzar monolitos fálicos, como hacen los hombres, que, más que a la longitud del miembro, los erigen como trasunto de la enormidad del placer que obtienen de ese adminículo, tenga 5 o 30 centímetros. 

Entre los seres humanos, lo difícil para las hembras ha venido siendo conservar al macho en casa para que contribuyera permanentemente a la inversión parental. Cuando lo consiguen por medio de un contrato, su asombro es tan grande, su victoria, aunque transitoria, tan sorprendente, que han de dejar constancia de ello, ante el grupo y sobre todo ante las otras hembras, hasta ese momento, sus competidoras. La hembra de la especie humana evidentemente no canta para satisfacer al novio, basta recordar las caras descompuestas que, en los musicales de los 50, ponían los actores, o las actrices, cuando su partenaire, después de una conversación sobre cualquier asunto, se ponía de pronto a cantar. Muchos espectadores sentían vergüenza ajena. La misma que experimentamos hoy cuando vemos a la novia, en el vídeo aludido, rompiendo a cantar eso de: "Siempre para mí eres lo primero/ y aunque falte el dinero te quiero…". Entonces, si no es para complacer a su amado, ¿por qué lo hace? Simplemente para proclamar urbi et orbi que ese macho ya es suyo, que no se lo toque nadie porque, si alguien se lo toca, es capaz de cantarle cualquier cosa. Y todo por la supervivencia de la especie.

martes, 10 de febrero de 2015

Leyendo de soslayo


¿Será verdad?
Del que lee de soslayo, laicamente, como el niño del cuadro de Johan Baptist Reiter, no te puedes fiar. El lector laico recela por igual de las promesas electorales que de las domésticas recomendaciones de su asociación de vecinos, de las grandes concentraciones de masas y del que pasea, solitario, con un libro debajo del brazo; observa con distancia a los que al comulgar sobreactúan componiendo un gesto estupendo que compromete a músculos de todo el cuerpo,  para estar a la altura del rito, y a las elásticas chicas católicas que comulgan con la misma ligereza con que consumen con las "compis" las  ultimas pipas del cartucho. No se cree a los que confiesan que un poema les ha hecho llorar, o que les ha cambiado la vida, y a los que dicen que, cuando leen, disfrutan tan sólo descifrando un código, sin emoción,  con el placer del especialista.

Una experiencia religiosa

 Observa con prevención las mentalidades religiosas, que, además de vivir del prodigio y sobre él, suelen ser misioneras, expansivas y excluyentes. Cualquiera de ellas te puede llevar a Fátima, a la Plaza de Oriente, a los desfiles hitlerianos, a los de la Plaza Roja de Moscú, o a la guerra. A la salvación o a la extinción de la especie, según para dónde tome la gente. Es muy antipático, capaz, incluso, de decir que "no" a lo que más le conviene.
Pocos leen así. Cervantes, Montaigne... Lo normal es leer arrebatado por un sentimiento semejante al que experimentaba Teresa de Jesús en sus encuentros con el Amado. Como la chica del cuadro de Franz Eybl. Comentar la "emoción que la invade", bien vale otra entrada. 

viernes, 6 de febrero de 2015

El Guerrero del Antifaz y el Capitán Trueno se dan la mano

La firma del pacto antiyihadista
A los que piensan que los hombres no somos capaces de llorar y de manifestar nuestros sentimientos sin tapujos, quiero decirles que se equivocan. En los últimos días me he sentido embargado por sentimientos profundos de tristeza y de ternura. Me ha entristecido, sin llegar al llanto, saber que el ministro Wert intentaba quitar del bachillerato los estudios que permiten a los jóvenes diferenciar a animales y a plantas. He recordado, con nostalgia, a don Fernando, el farmacéutico de Loja, que en 1953 nos sacaba al campo a ver cómo se reproducían los rabos de lagartija y cómo maduraban los frutos del otoño. También he recordado a la bibliotecaria del pueblo que, aparte de darnos clase de Lengua y Literatura Españolas, en la misma academia que el farmacéutico nos enseñaba Ciencias, mantenía abierta por las tardes la biblioteca municipal para que pudiéramos leer libros instructivos y de provecho. Mi formación se completó en el Cine Imperial de la localidad, donde nos colábamos mi hermano y yo a ver películas gravemente peligrosas para la infancia, como Ivanhoe, donde la bella judía Rebeca (Liz Taylor) nos ayudó a tomar conciencia de nuestra orientación sexual. Gracias a estos dos profesores aprendí a no confundir un gato con Platero, el repelente burro de Juan Ramón Jiménez. Parece que Wert no quiere que los niños se dediquen a comparar unos animales con otros, no vayan a encontrar semejanzas entre el animal político del que hablaba Aristóteles -el zoon politicon- y otras especies de brutos. En su lugar, estudiarán seres vivos muy pequeños (como las mycoplasmas, unas bacterias que apenas miden 200 nanómetros), observables sólo con el microscopio electrónico. Lo de los animales grandes se le encarga a Spielberg, con lo cual los muchachos solo reconocerán de dinosaurio para arriba. En cuanto a las plantas, Wert ha dejado la puerta abierta para que se les enseñe a los alumnos a diferenciar las plantas naturales de las artificiales. Todo no está perdido.
Y también he sentido ternura por los tertulianos. Los pobres rompiéndose la cabeza para explicar lo que ya se conoce como la "paradoja yihadista", inventada por Pedro Sánchez, más cercana a la mística que a la lógica, y que se resume así: "Firmo sin firmar en sí, /y tan alta gloria espero, / que vuelo, aunque no vuelo". Llevan los pobres tertulianos días devanándose los sesos para explicarle a la gente cómo se puede firmar el pacto antiyihadista sin respaldarlo. Peor será cuando Sánchez tenga que justificar la firma de un pacto con Rajoy para incluir en el Estado Islámico, antes de las elecciones, a todos los españoles que den la espalda al bipartidismo.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Bizcocho gallego llamado "bica"





"Aristóteles dijo, y es cosa verdadera,

que el hombre por dos cosas trabaja: la primera,

por el sustentamiento, y la segunda era

por conseguir unión con hembra placentera.


Si lo dijera yo, se podría tachar,
mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar.
De lo que dice el sabio no debemos dudar,
pues con hechos se prueba su sabio razonar".

En este blog, siguiendo el sabio razonar de Aristóteles, citado por el Arcipretes de Hita en su Libro del Buen Amor, se trata con frecuencia de esa fuerza telúrica que lleva al hombre a buscar unión con hembra placentera pero, deseoso el autor de no perder de vista el otro consejo del filósofo, a veces se atreve a hablar de las variadas y gozosas maneras en las que el sustentamiento se expresa gracias a las cocinas. Hoy traemos aquí, gracias la genertosidad de mi a miga Coco Vida, la receta de un bizcocho gallego al que los naturales de ese país llaman "bica". Copio texto e imagen de EL BLOG DE COCO:
BICA

(Dulce típico de Galicia)

En una mañana de domingo del mes de abril,me enseñó mi amigo Pablo Alcázar esta receta. Fue una mañana divertida y llena de contratiempos: La Bica iba a ser el postre para mis invitados dominicales y Pablo, el gran maestro, siguiendo el viejo proverbio chino, me enseñó a pescar, además de regalarme los peces. Pero una confabulación de Policías Municipales, manifestaciones de dudosa finalidad, protagonizadas por jóvenes escolares, no se sabe si en contra o a favor de Wert, se interponían en mi camino consumiendo el escaso tiempo con que contaba. Y para rematar la mañana apareció la falta de mantequilla, elemento insustituible, como se podrá comprobar, para la elaboración de la receta. Y  en toda la Vega de Granada no había mantequilla sin sal. Tas una carrera contra reloj, y contra mano también, en el pueblo más alto de la comarca se consiguió el ingrediente fundamental y por fín se produjo el milagro dominical: llegué a mi casa a tiempo para recibir a mis invitados, más sabia y sana y salva, con un aromático bizcocho , llamado Bica por los gallegos, en mis manos.

 A continuación transcribo lo que aprendí, y os recomiendo que lo hagáis al pie de la letra, pero procurad reíros mucho mientras lo hacéis, de cualquier cosa, no importa de lo que sea, ese es el ingrediente secreto del éxito de la cocina.




BICA
con Thermomix


Ingredientes

4 huevos
400 gramos de azúcar
400 gramos de harina de repostería
200 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
200 gramos de nata
2 cucharadas de levadura en polvo
Una pizca de sal

La formula de esta receta es la siguiente: Por cada huevo, 100 gramos de azúcar, 100 gramos de harina, 100 gramos de grasa (50 de nata y 50 de mantequilla) y media cucharadita de levadura. Teniendo encuentaa esta relación de ingredientes se podrá hacer mayor o menor, según las necesidades. El Procedimiento siempre será el mismo, independientemente de la cantidad empleada..

Elaboración

Se enciende el horno para que esté caliente al meter la masa.

Se pone la mariposa en las cuchillas

Se baten los huevos con el azúcar y la mantequilla  3 minutos velocidad 3,  a continuación se incorpora la nata y se bate 2 minutos a velocidad 3

Se quita la mariposa de las cuchillas

Se echa la harina y la levadura y una pizca de sal a través de un colador para que quede bien aireada y se mezcla poniendo velocidad 6 durante 10 segundos, una vez parada la máquina,  se termina de mezclar con la espátula mediante  movimientos envolventes.

Se vierte la masa en un molde cubierto de papel de horno y se le echa una fina capa de azúcar por encima, se mete en el horno a temperatura de 170º durante 45 o 50 minutos. Pasado este tiempo se comprueba si está hecho clavando un cuchillo, que deberá salir seco. Se saca del horno y se deja enfriar antes de desmoldar.




BICA
con batidora de mano

Elaboración


Si es posible se utilizan las varillas, si no,  se bate a velocidad mínima.

Se baten los huevos con el azúcar y la mantequilla derretida hasta conseguir una crema  blanca y espumosa, a continuación se le añade la nata y se mezcla  a mano con una espátula o cuchara con movimientos envolventes para que se unifiquen los ingredientes.

A continuación se incorpora la harina mezclada con la levadura  y una pizca de sal y se bate un poco hasta que todo esté mezclado.

Se vierte la masa en un molde cubierto de papel de horno y se le echa una fina capa de azúcar por encima, se mete en el horno a temperatura de 170º durante 45 o 50 minutos. Pasado este tiempo se comprueba si está hecho clavando un cuchillo, que deberá salir seco. Se saca del horno y se deja enfriar antes de desmoldar.

Nuevo consejo de Pablo Alcázar, si se moja el papel de horno antes de ponerlo, se adapta muy bien y no se pega nada.

martes, 3 de febrero de 2015

Bizcocho alemán de chocolate

Ingredientes

1.   250 gramos de mantequilla
 2.  4 huevos frescos
 3.  200 gramos de azúcar
 4.  250 gramos de harina
 5.  1 sobre de levadura
 6.  de 8 a 10 nueces
 7.  100 gramos de chocolate negro para repostería (media tableta)
 9.  Una copita de coñac o de vino tinto
10.  Azúcar glasé -o impalpable, como la llaman en Argentina-  y unas gotas de zumo de limón mezclados para pintar la superficie del bizcocho
11.  Fideos de azúcar de colores para adornar y bolitas de chocolate o de otros sabores
12. Un altavoz de bluetooth para armonizar los ingredientes con la música que prefiera la persona que elabora el bizcocho. Yo sigo, siempre que guiso o escribo, los consejos musicales de mi amigo Mark de Zabaleta. Es infalible.

Elaboración

1. Se procede a cascar las nueces y los huevos. Objetos, que como las pipas o las habitaciones secretas, guardan en su interior misterios que pueden cambiar una vida o turbar un paladar.
2. Con un cuchillo de hoja afilada y contundente se lamina el chocolate.
3. Se baten los huevos y se les añade el azúcar. Batir de nuevo hasta que se produzca una convivencia suave y amistosa de estos dos elementos.
4. Añádase ahora la mantequilla, que previamente habrá sido disuelta en el microondas. Hermánese con los dos ingredientes anteriores.
5. Tómese un colador grande y hágase pasar por él, sobre el bol que contiene la mezcla que venimos haciendo, la harina y el sobre de levadura para que se aireen.
6. Mézclese todo con una espátula de madera (unos 5’) o con las varillas de la batidora (1’ y 30”).
7. Encienda el horno. 180º. Precalentar.
8. Añádasele a la mezcla una copita de coñac o de vino tinto.
9. Incorpore ahora virutas de chocolate y nueces en trocitos pequeños.
10. Mezcle unos 30'’ con la espátula de madera.
11. Sumerja una hoja de papel vegetal para hornear en un bol con agua templada, dejar que se empape.
12. Cubra el molde metálico en el que va a echar la masa del bizcocho con el papel húmedo al que se ha desplegado y escurrido previamente para no aguachinar la masa del bizcocho. Para que se adapte perfectamente al recipiente, utilizar una muñequilla de papel de celulosa y extender el papel vegetal por el fondo y los lados de la bandeja.
13. Vierta la masa del bizcocho en el molde y extiéndala con la espátula hasta que la superficie queda más o menos lisa.
14. Introduzca la bandeja en el horno y programe 40’ a temperatura 180º
40 minutos a 180º
15. Prepare un cacharrico con los fideos de azúcar, de colores, y bolillas de chocolate.
16. Llenar dos tercios de un vaso de los de agua con azúcar glasé y echarle unas gotas de limós, procurando que se haga una masa bastante espesa (no se pase en el limón)
17. Pasados los 40’, extraiga el bizcocho del horno y déjelo enfriar. Cuando esté frío, con una brocha, extienda por toda la superficie la pasta de azúcar glasé y limón.
18. Espurree el bizcocho con los fideíllos de azúcar de colores y las bolitas.

19. Finis coronat OPUS. ¡Ya!
(Receta de la abuela de Antje Wichtrey)