jueves, 26 de mayo de 2016

La concejala Raquel Ruz, la portapendones

Portapendones
La concejala de cultura del Ayuntamiento de Granada, Maria De Leyva Campaña, emocionada ante el buen portar el pendón de la ciudad en la procesión del Corpus de su compañera de corporación y compañera de partido, Raquel Ruz, se derrama en estos halagos: [Raquel Ruz es] "una política capacitada con poderío de sí, elegante, trabajadora, madre orgullosa de serlo...un lujazo y además guapa a rabiar. Es un orgullo para el PSOE contar con su dedicación y experiencia. Te queremos y lo sabes". A mí me ha conmovido, pero he sofrenado mi adoración, tras ver la foto de la joven apendonada, porque, a partir de ahora, va a resultar difícil aspirar a una concejalía si no se tremola bien, si una es fea a rabiar, o simplemente guapa del montón, si no se han dado a luz unos hijos, o, incluso, habiéndolos parido, si no se está orgullosa de los hijos de una, si se está en paro y,en consecuencia, no puede una ser muy trabajadora, si no se es elegante y se lo compra una todo en los chinos. Y lo que es peor, si los compañeros de partido no te quieren, como suele ser habitual dentro de cualquier organización, donde el amor no es la regla de oro de las relaciones entre los socios. En fin, el listón se ha puesto tan alto, tal alto, que sólo "lujazos"como Raquel Ruz podrán superarlo. (No entro a comentar eso de "una política con poderío de sí", porque mi competencia lingüística no da para tanto. Es una frase que me resulta oscura, indescifrable).

miércoles, 25 de mayo de 2016

El lápiz roto

Matrioska
Una madre ha agredido y lesionado a la directora de un colegio de Santafé. La razón que ha dado es que habían regañado a su hija. Aunque sepamos las causas de por qué una madre pega a la persona encargada de enseñarle a su hija las instrucciones elementales para vivir junto a otros sin colisionar con ellos más de los preciso, no vamos a evitar estas agresiones. Porque las causas son múltiples y difíciles de eliminar de golpe. Para empezar, hay gente más violenta y gente menos violenta. Gente airada y gente flemática. Gente que pega y gente que sólo usa las palabras para las confrontaciones. Como en las matrioskas, dentro de la muñeca grande habitan otras muñecas más pequeñas, pero igualmente necesitadas de reconocimiento, atención y respeto. Algunas exigen más espacio del que les corresponde y tienden a reventar la matrioska, el sistema. ¿Cómo distinguirlas? Basta observar cómo tratan a los camareros o a los mayordomos;  a los maestros o a los médicos. Si alguien reclama, en un bar, para su gin-tonic, cardamomo y anís estrellado y abronca a la camarera, si no hay existencias, pensad que estáis ante un aspirante a señorito. Los caciques cordobeses, ricos de varias generaciones, eran más prácticos y, a veces, tenían el acierto de buscar esposas preparadas para tratar bien al servicio. “Rinden más y sisan menos”, les explicaban sus mentores, con cinismo, a las aspirantes a señoronas. Cuando una madre pega a una maestra es porque tribu y escuela chocan violentamente. Recuerdo haberle dicho, ejerciendo de tutor, a una madre alternativa que venía a quejarse de que los profesores la teníamos tomada con su hijo: “Señora, su tiempo de maleducar a su hijo, en la tribu familiar, está acabando, ahora déjenos maleducarlo a los especialistas, aquí en la escuela”.  Las tribus modernas están muy descompensadas. Son muy asimétricas. En las tribus de toda la vida, el número de personas mayores era menor que el de niños. Educar consistía en adiestrar a los jóvenes, entre otras habilidades y directrices, en la idea de que, si querían algo, había que ganárselo en competencia con los otros individuos de la tribu. Ahora, hay por cada tribu familiar, un niño y 30 personas mayores que lo miman y que no le niegan nada. Estos niños, en China lo saben muy bien tras décadas de política de hijo único, son difíciles de aguantar, incluso por los mismos padres que, incapaces de educarlos para la vida en común, la toman con los maestros a los que traspasan toda la responsabilidad de un fracaso que no se puede achacar sólo a la escuela. También se les pega a los médicos, como si fueran responsables de la fecha de caducidad que todos traemos escrita en alguna parte. Se martiriza a los funcionarios más débiles, porque no se puede o no se quiere atizarle a la cúpula del Estado. Es más fácil romper un lápiz o un fonendo que inutilizar una pistola o partir una porra.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Neandertales, mantequeros y comunistas

"Somos los hijos de Lenin"
Las primeras maestras: las madres prehistóricas. Ellas utilizaban las paredes de las cuevas como pizarras rupestres. Allí pintaban los animales que les suministraban comida y vestidos y les señalaban a los hijos dónde había que acertarles para abatirlos. Mientras, los padres, fuera, en la caza y, supongo, comprando tabaco. Ayer, una madre en la biblioteca de La Zubia, me decía que los padres no van a las reuniones con los profesores en el colegio. Le pregunté que dónde estaban mientras que ellas seguían, como en Altamira, ocupándose de la tribu, y no supo qué contestarme. Inventaron las madres los cautelosos cuentos que advertían a los chicos de los peligros de salir fuera de la caverna sin escolta. Como Esperanza Aguirre, que anuncia un apocalipsis si votamos a los comunistas, bastantes años después de la caída del muro de Berlín, las madres de Atapuerca, en sus cavernas, asustaban a los niños zangolotinos con el hombre de neandertal, extinguido muchos años antes, que (exageraban ellas) se seguía comiendo crudos a los niños. En la tribu de nueve individuos jóvenes en la que me crie, el hermano mayor no podía pisar la calle sin que la madre le dijera, fijo: “¡Niño, llévate a los chicos, que tenemos que arreglar la casa!”. Y así, en patrulla, te atrevías a acercarte a esa línea peligrosa del horizonte por la que siempre se paseaba el tío del saco que era un ser fabuloso que les sacaba las mantecas a los niños para venderlas en el extranjero a ancianos decrépitos, pero ricos, que al recibirlas se ponían a dar saltos de juventud y  se echaban una nueva novia. También, el sacamantecas llevaba en su saco corazones, riñones, litros de sangre, arrebatados a niños desobedientes que, sin hacer caso de sus madres, se atrevían, solos, a pisar la línea del horizonte. Nunca, si mis hermanos mayores dirigían la descubierta, nos topamos con un sacamantecas. Como, pese a haberme criado en una tribu, no soy el chamán ni el adivino, no sé lo que nos pasará si, tras las próximas elecciones, retornan los comunistas al poder, como amenaza Esperanza Aguirre, e intentan destruir lo poquito que queda en España por destruir después de cuatro años del gobierno del PP. Hace mucho que no me topo con un comunista. A veces cuando siento nostalgia, saco mi carnet del PCE, el que me entregó Anguita, clandestinamente, junto a un quiosco de Córdoba, y me consuelo sabiendo que al menos quedo yo, quizá porque me ha faltado valor, ambición y descaro, para cambiarme de partido, para convertirme en un tránsfuga. Aunque viendo a Margallo, nuestro ministro de Exteriores, el pasado día 17, sentado con el comunista Raúl Castro en Cuba, he pensado que Aguirre exagera y que los comunistas asustan dentro y seducen fuera, sobre todo si hay dólares de por medio.

sábado, 7 de mayo de 2016

''Bien, caballeros, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía'' ("Pulp Fiction")

Nuestro flamante alcalde, de procesión
Me gusta mucho Cuenca como alcalde de Granada; si, tras Torres Hurtado, hubiera asumido la alcaldía una estrella política rutilante, todos podríamos haber terminado llevando oro, incienso y mirra prematuramente a su portal. Esta aparente medianía de Cuenca nos permite no ser abducidos por su carisma y mantener una prudente actitud de reserva antes de caer de rodillas, seducidos por el personaje. En esto hay que ser mucho de la película de Tarantino "Pulp Fiction" y del parecer del Señor Lobo, el personaje más carismático del film, que frena el entusiasmo de Travolta y S.J. Jackson con la frase paralizante que da título a este post. No es hora todavía de tirar cohetes, por decirlo de alguna manera.