sábado, 30 de abril de 2011

Microensayos


El hombre de Vitruvio en Chios
Querido lector, hay que buscarle un concurso de micro-ensayos a Pánfilo para que no me los mande todos a mí. Es una máquina ensayística diletante. Estoy seguro de que nada más leer esta entrada me enviará un email pidiéndome que no utilice “lector” para referirme a hombres y mujeres. Y se pondrá de ejemplo, y me contará que, cuando era maestro, si en la clase había más niñas que niños se dirigía a los estudiantes en femenino: “queridas alumnas”, “niñas malditas”, “sacad todas el cuaderno de ejercicios”… Y viceversa. Por tanto, en puridad, me sugerirá Pánfilo, teniendo en cuenta que a lo largo de la historia de la escritura se ha dado más la lectora que el lector – aunque sean muchos más los escritores que las escritoras-, que al referirme a las personas que leen heroicamente mi blog, utilice el femenino “lectora”. 
Ahora acaba de llegar de Grecia, y ya me ha mandado varios micro-ensayos muy imaginativos pero con poca sustancia porque no tiene demasiados elementos de juicio para muchas de las cosas que me cuenta. No basta con pasearse por Grecia, y sus islas, 10 días para tener una visión aproximada de asuntos tan dispares como los perros indolentes de la Acrópolis, las dimensiones del pene en la estatuaria griega del periodo clásico, el secular enfrentamiento entre turcos y griegos, la aceptación por parte de los griegos de la iglesia ortodoxa, el enfrentamiento perenne de los patriarcas ortodoxos de la diversa iglesias nacionales, la feliz encarnadura de los tomates de la isla de Lesbos, el tratamiento casi mágico que los griegos dan a la berenjena, la depauperación de la economía griega, la manzana de Safo, el atardecer en Mitilene, la dinámica de grupos en los viajes programados (líderes carismáticos, líderes en la sombra, el anti líder, las personas entrañables, los sabios prudentes, los que viajan para confirmar que lo de aquí es mejor que lo de allí…). Le he mandado un email látigo advirtiéndole: “como no te controles, voy a hacer con tus correos lo mismo que hago con todos los “pps” que me mandan amigos y conocidos, con mucha cultura y Dies Irae dentro, pero sin una frase amigable o cariñosa: echarlos directamente a la papelera”. No creo que me haga caso. Como le quiero, amables lectoras, tendré que meter aquí alguna de sus elucubraciones. Que el camino es muy largo y aprieta mucho la soledad. No puedo perderlo.

jueves, 28 de abril de 2011

Niños luchando

Lugar de las justas
No hay forma de convencer a Pánfilo - nuestro jubilado disruptivo- de que vote. Siempre contesta lo mismo: “preferiría no hacerlo”. Y mira que está persuadido de que habría que desalojar al PSOE del Gobierno andaluz, pero cuando le digo que vote al PP  me contesta escuetamente: “preferiría no hacerlo”. Después de mucha conversación me ha aclarado que estaría dispuesto a votar a un partido que llevara en su programa cosas tan de sentido común como éstas:
1.Celebración de un referéndum, no más allá de 2015, sobre la forma de Estado. En una democracia todos los cargos públicos deberían de obtenerse por oposición o por votación, comenzando por la Jefatura del Estado.
2. Ha llegado el momento de que la presidencia del Gobierno la ocupe una mujer, por tanto, me dice mi amigo, no votará a ningún partido que proponga a un hombre para este cargo. Hay que adelantarse a la Iglesia que pronto, ante la escasez de curas, terminará abriendo las puertas del sacerdocio  a las mujeres.
3. Celebración de referendos de independencia en las Comunidades Autónomas que lo soliciten. Las consultas pueden coincidir con la que se celebre sobre la forma del Estado. En aquellas Comunidades en las que la opción independentista fracase, no se volverá a plantear este asunto al menos en 100 años. El Estado se compromete a gestionar con rapidez y justicia, respetando los intereses de todos, la independencia de las comunidades donde haya triunfado el a la secesión.
4. Nueva ley electoral que acabe con el bipartidismo y con la hiper-representatividad de los partidos nacionalistas.
5. Nacionalización de las ganancias de bancos y cajas de ahorros. Privatización de sus pérdidas que serán cubiertas por los directivos de las entidades.
6. Privatización del botellón municipal granadino y su paso a una multinacional de la gaseosa.
7. Denuncia del Concordato con el Estado Vaticano.
8. Los conflictos entre Junta y Ayuntamiento de Granada los resolverán el alcalde y el presidente en duelo singular de campeones, a las primeras heridas, en la calle Niños luchando.  El concejal y el consejero de menos edad  presidirán las justas desde los balcones del Registro Mercantil y  prenderán en las lanzas de los campeones sus divisas. Policías municipales  y autonómicos desarmados fijarán las lindes.
Le señalo a Pánfilo que no hay partido que cumpla con todos esos requisitos. Y me contesta  que esperará a que aparezca uno y que, hasta entonces, al que le pida que vote le va a contestar los mismo que el escribiente Bartleby, de la novela de Melville, contestaba a las peticiones de su jefe: ”Preferiría no hacerlo”

jueves, 21 de abril de 2011

"Trauma" de amor

Pareja de tórtolas distanciadas
PARA mantenerse vivo lo primero que hay que hacer es ocuparse de uno mismo. Y como esto cuesta cierto trabajo, se suele buscar alguna razón para hacerlo. Por ejemplo, que se es único e irremplazable. Luego, la experiencia y el sentido común te enseñan que eres como los demás. Y si no lo aceptas, quizá tengas que aprenderlo en Trauma de tu vecina de habitación, una niña gitana muy linda a la que echas unos 17 años, pero que no tiene más de 11. Tú eres una mujer de 50 y tu pierna rota tardará en curar algo más que la de la chica. Pero de entrada, te sientes superior a ella y no sólo en edad, también en cultura y clase. Cuando la oyes hablar educadamente y con cierta pulcritud, te da pena que no vaya a recibir la instrucción adecuada. La llegada de su madre refuerza tu sensación de superioridad: es guapísima, eso sí, incluso más guapa que tú, cuando tenías su edad -no más de treinta años- pero está gorda.
El padre de la niña llega a media mañana, desactivando la ferocidad con que ha mirado al guardia de seguridad, para humillarse ante su hija herida, que no quiere saber nada de él. Lo echa de la habitación con palabras soeces que desmienten la primera impresión que te había producido a ti, una paya de 50 años, que sigue sintiéndose superior y que mira a la familia gitana desde la atalaya de una sólida formación universitaria.
Algo muy grave debe de haber hecho el hombre para aguantar resignado los insultos de las dos mujeres. Están separados. Las infidelidades han sido mutuas. El hombre se queda con la niña mientras que la madre sale a los recados. A media tarde vuelve la mujer y acepta las caricias del que fue su hombre. La niña se enfada. Cuando la pareja decide darse una segunda oportunidad, los gritos que les dedica la hija te hacen echar de menos una habitación individual. Ahora la madre se ducha estruendosamente como si quisiera anunciar a la planta que se avecina un huracán y el padre sale a darse una vuelta. Al amanecer te despiertas, desorientada, oyes jadeos que proceden del baño. Los quejidos en un hospital suelen ser de dolor. Pero nadie pide un analgésico desde el campo de la batalla. Cuando, tú, mujer ordenada, que jamás harías eso en la ducha de un hospital rodeada de cuñas, comprendes lo que está pasando, desapruebas la espontaneidad de ciertas razas. Pero tras dos horas de juego, sin tregua, tu arrogancia se desvanece y aceptas que los jóvenes gitanos, en los ingresos hospitalarios, aprovechan todos los servicios que les brindan estados de bienestar y estás tentada de pedirle a tu médico que te los recete.

jueves, 14 de abril de 2011

Monogamia

Por la Vereda
EN un arrebato místico sintonizo Radio María y me encuentro con el excelente Munilla, obispo de San Sebastián, predicando que el matrimonio, es decir, la monogamia, es una institución de "ley natural", de diseño divino, anterior incluso a las religiones. ¡Qué modulaciones de voz me hace este hombre! Casi a la misma hora, me avisan de que Punset está hablando en TV, con una prosodia igualmente eufónica, de la aparición de la monogamia en nuestra especie. Lo de Munilla me sonaba, pero lo de Punset me resultó novedoso. Por lo visto, el macho hace millones de años estaba todo el día de acá para allá, pero, al ponernos de pie los homínidos, se estrecha la pelvis de la mujer y los niños para poder pasar por ese fielato tan angosto y multifuncional adelantan su salida, pero se plantan en el mundo pequeños e inmaduros y es entonces cuando la supervivencia de la especie le impone al macho una colaboración permanente con la madre para que esos niños maduren. Y se ata, muy a su pesar, a una sola hembra. 
Al final el célibe Munilla, que va a lo suyo, lo que exige en nombre de Dios es que la gente se case en las Angustias. Glosa la canción de Pablo Milanés Yo no te pido y defiende que es preciso "firmar", en la sacristía, "diez papeles grises para amar". 

Es su comer. Lo de Punset es más entretenido aunque, como sacerdote de la razón y de la ciencia, nos está proponiendo algo parecido a lo de Munilla: "Con la que está cayendo, lo mejor es vivir en pareja, pero con conocimiento de cómo estamos programados. Y de que los hombres, en cualquier momento, saldrán de nuevo a buscar". Ahora parece que las mujeres también salen a la búsqueda de la dispersa felicidad. Pero hay seres que se tiran a la calle por parejas, como David Cameron, el primer ministro británico, y su mujer, Samantha, que se vinieron a Granada, en clase turista, a albergarse en una pensión de estudiantes del Realejo y a pasear de la mano por el Albaicín. Y si anduvieron enlazados por nuestras calles, no es por ese irrefrenable impulso que lleva a los jóvenes a chocar entre ellos, cuando se buscan. Ni es la necesidad la que enlazó sus manos: que todavía se les ve, aunque maduros, sanos como para andar sin bastones o apoyos. Es porque como en Amar en tiempos revueltos todavía quieren creer en el amor. Ni siquiera se soltaron por la Vereda de la Estrella, en Sierra Nevada, donde caminar en pareja, dada su estrechez, es peligroso. Un montañero escéptico, a voces, desde lo alto les preguntó: "¿Amor o teatro?". Como no obtuvo respuesta, tendrá que esperar a que Munilla o Punset se lo aclaren en el próximo sermón.

miércoles, 13 de abril de 2011

Aulas de excelencia

Educar es decir que no. Ha sido muy difícil en los años de la burbuja de la abundancia pasados, decirle que no a nuestros hijos. O mejor, negarles cosas a nuestro 1,39  hijo, que es lo que hemos producido de media las parejas, y la ciencia, en los últimos años de aparente riqueza. La educación, el soneto, las religiones de la negación y el sufrimiento, el puchero y el botillo del Bierzo son para épocas de escasez.   En épocas de abundancia, la sexualidad se industrializa, como los cruasanes, las religiones del martirio se transforman en religiones del disfrute,  las comidas son virtuales y se proyectan en los platos, de tal manera que cuando has terminado de comer tienes la retina llena de colores y el estómago semivacío… Y el sistema educativo se transforma en guardería, donde se recoge a los jóvenes para que no estén todo el día tirados por las calles. Bastante hay con las noches. Para el sociólogo francés E. Durheim (1858-1917): “La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre aquellas que no han alcanzado todavía el grado de madurez necesario para la vida social. Tiene por objeto el suscitar y el desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él tanto la sociedad política en su conjunto como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado”.  La acción que las generaciones adultas estaban ejerciendo, cuando se redacta esta definición, sobre las que todavía no habían adquirido la madurez, era muy radical: la 1ª Guerra Mundial. La guerra es una escuela severa y eficaz. Enseña a los seres humanos lo crueles que podemos ser cuando se rompen todos los diques de la convivencia. Después de una guerra la gente se comporta una temporada. Y es capaz  de llegar a acuerdos para que los bienes se repartan un poco mejor. Léase el opúsculo “Indignaos”,  de de Stéphane Hessel, para ver a qué acuerdo llegaron los franceses después de la 2ª Guerra Mundial.  Después de un periodo en el que todo el mundo ha comido y se ha lavado, de nuevo aparece la escasez. Ahí estamos. Y en la Comunidad de Madrid ya están preparando a los futuros conductores de la pobreza. Se acabó la diversión, llegó la crisis y mandó parar.  En los institutos de esa Comunidad, se van a crear “aulas de excelencia” para formar a los futuros capataces. Educación especial para los más listos. No sé si van a poder funcionar sin otra guerra. En las guerras no hace falta ser el más listo, la Historia nos lo enseña, basta con ser capaz de matar mucho sin remordimientos. Lo siento por Esperanza Aguirre, ella piensa curarlo todo con la tirita  de la exigencia y del mérito. ¡Ingenua!

martes, 12 de abril de 2011

Garzón, jueces comen carne de juez

Parece que los jueces se llevan mal entre ellos. Cuando se pelean los funcionarios entre sí, el corporativismo se fractura y los ciudadanos salen ganando. A lo mejor de estas peleas salimos todos más iguales ante la ley.
Los poderes tradicionales han sufrido una reconversión brutal azotados por el ventarrón del "igualitarismo ciego", hoy no se ven uniformes militares nada más que en los desfiles y cuando la ministra visita los diversos frentes de compasivo merengue en los que repartimos balas y besos. Y los obispos desde que van a las manis con gorrillas de bateadores de besibol, no son lo que eran. Pero los jueces, no. Recordad la rapada soberbia del juez del caso del 11M. Que se peleen. Así se debilita la jaula de hierroburocrática de la que hablaba Weber, y nosotros nos movemos más holgados.
En estos casos, inmediatamente hay que alinearse, tomar partido, firmar manifiestos. Los intereses personales de Garzón, han coincidido en multitud de casos con los míos y con los de mucha gente. Pero si me huelo que un funcionario empieza a sentirse imprescindible y lo veo convencido de que a veces los procedimientos pueden ser amoldados al gusto porque hay un bien superior que proteger, bien del que él es el administrador y que conoce mejor que otros, tiemblo. Y me da por pensar que, en este caso, los legítimos intereses particulares del burócrata no se compaginan con mis legítimas y particulares aspiraciones. En estas cosas no se puede actuar por agradecimiento. No estamos hablando de ciudadanos particulares. Estoy a ver en que queda lo de las escuchas del caso Gürtel. Hay algo que está, incluso, por encima de Garzón que es el derecho a no ser vigilado por el Estado, nada más que en ciertas ocasiones, limitadas y estrictamente regladas. Esto es lo que no tengo claro en el caso Gürtel. Que los partidos sacan dinero de debajo de los cimientos de las urbanizaciones, no me cabe la menor duda.
Y del imprescindible resarcimiento de las víctimas, y de sus familias, del golpe militar de Franco ya se deberían de haber ocupado los gobiernos democráticos. Todavía puede hacerlo el Gobierno actual, de una vez y para siempre y no dejarlo en manos de ningún juez, que no le corresponde.

lunes, 11 de abril de 2011

Presunción de decencia

La palabra "decencia" se me quedó de una película que vi hace unos días. La tengo grabada en una cinta desde 1995. Se trata de "La hoguera de las vanidades". El film es tremendamente cínico. La moraleja del mismo es que sólo la mentira restablece la justicia. Al final el juez, Morgan Freeman, le lanza al público un discurso increíble, en el contexto inmoral que plantea la película, sobre la decencia. La decencia debe ser la virtud burguesa por excelencia, que todo el mundo predica y nadie cumple. Se trata de que los agentes en presencia cumplan las reglas que ellos mismos se han dado. Y que, normalmente, se exhiben siempre ante el adversario pero jamás se cumplen, por el que las enarbola. En la situación presente, en la que  hay más de 100 imputados en las listas electorales cabe pedirles a los “imputados” y a sus grupos, que se atengan a las normas que ellos mismo han redactado para acabar con la corrupción en la política, empezando porque no haya en las listas electorales ningún imputado: ¡Que sean decentes! En la misma cinta tengo grabada una entrevista, de 1995, de Iñaki Gabilondo a Felipe González en la que el periodista pregunta directamente al Presidente si su Gobierno ha participado en la guerra sucia contra el terrorismo. Su respuesta me ha recordado la declaración del acusado en "La hoguera de las vanidades": ambos mienten para salvarse y ambos parecen convencidos que tan sólo la mentira puede restablecer la justicia. De aquellos malos ejemplos viene la cenagosa situación presente.

jueves, 7 de abril de 2011

Eternos para siempre

Paseo del Salón
Hay quienes tildan de cateta la actual línea arquitectónica del Ayuntamiento de Granada. Disiento. Creo que los arquitectos municipales, en sintonía con la mayoría consistorial,  diseñan y construyen, en el corazón de “Granada la bella”, sub specie aeternitatis. Funeral y marmóreo les ha quedado el Salón; cuando pasas de noche por él, no sabes si transitas por el coqueto bulevar francés de antaño o por las lúgubres avenidas del cementerio de San José. Viandantes diagonales lo cruzan al atardecer, veloces y afantasmados,  para volver a sus casas de Cervantes o Fontiveros. Pero la persistencia en el Paseo de los viejos fangales, tras una tormenta, certifica que seguimos entre los vivos, y aprovechados, de toda la vida. En la Avenida de la Constitución, la piedra gris y las estatuas, en la penumbra y sin luna, recuerdan algunos montajes de la ópera “Don Giovanni”, de Mozart. Si bien, el comendador, ha tenido que ceder su puesto a un Frascuelo local a la fuga y a un San Juan, al que abrasan llamas de bronce que parecen estar vivas. La calle Ganivet  no ha sido adecentada únicamente para que desfilen dignamente por ella los clientes del comercio más selecto de la ciudad y las cofradías en Semana Santa, sino para escenificar  el triunfo del espíritu sobre la carne.  Ha sido como edificar una catedral sobre una mezquita, o viceversa. La Manigua, al parecer, era el barrio granadino de las mujeres de pequeña virtud, sede de las mancebías, al que acudían los hombres virtuosos en busca del amor venal. En los años 40 el alcalde falangista Gallego y Burín transformó la Manigua en la respetable y "elegante" calle Ganivet.  Este año,  convertida en pasadizo de lo sagrado, albergará la tribuna oficial de las procesiones de Semana Santa. Los populares han coronado, a lo divino, la tarea de Gallego y Burín. La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. La energía sexual, acumulada en la Manigua, se ha transformado en fervor religioso. Ya sucedió con los místicos. No ha sido Almudena Grandes, en las "Edades de Lulú", la que mejor ha detallado los sosegados momentos que siguen a la unión amorosa, sino San Juan de la Cruz, en la “Noche oscura”,  donde describió a la perfección  la gozosa quietud de ese instante: "Quédeme, y olvídeme, / el rostro recliné sobre el Amado,  / cesó todo y déjeme, / dejando mi cuidado / entre las azucenas olvidado". A algunos amantes les he oído decir que en ese estado de abandono, ves imposible morirte. No he hablado de esto con los concejales del PP pero, tengo para mí que, seguros de su reelección, construyen como si no fueran a morirse nunca.

martes, 5 de abril de 2011

Preferiría no hacerlo

No hay forma de meterle en la cabeza a Pánfilo que debe votar en las próximas elecciones. Siempre contestas lo mismo: “preferiría no hacerlo”. Y mira que está convencido de que habría que expulsar al PSOE del Gobierno andaluz, pero cuando le digo que vote al Partido Popular, me contesta escuetamente: “preferiría no hacerlo”. Después de mucha conversación me ha aclarado que estaría dispuesto a votar a un partido que llevara en su programa cosas tan de sentido común como estas:
1.Celebración de un referendum, no más allá de 2015, sobre la forma de Estado. Le resulta insoportable a Pánfilo que en una democracia haya algún cargo público que no se obtenga o por oposición o por votación. Y menos que ninguno, la jefatura del Estado.
2. Ha llegado el momento de que en España la presidencia del Gobierno la ostente una mujer, por tanto, me dice mi amigo, no votará a ningún partido que proponga hombres para este cargo. Sobre todo para no parecernos a la Iglesia que no admite el sacerdocio de la mujer.
3. Celebración de referendos de independencia, que pueden coincidir con el que se convoque para decidir sobre la forma del Estado, en las comunidades autónomas que lo soliciten. Aquellas en las que la opción independentista fracase, no se volverá a plantear este asunto al menos en 50 años. El Estado se compromete a gestionar con rapidez y justicia, respetando los intereses de todos, la independencia de las comunidades donde haya triunfado el Sí a la secesión.
4.Reforma de la ley electoral para acabar de raíz con el bipartidismo y con la hiper- representatividad de los partidos nacionalistas.
5. Nacionalización de todos los bancos.
6. Privatización del botellón granadino y su paso a una multinacional de la gaseosa.
7. Denuncia del Concordato con el Estado Vaticano.
Le señalo a Pánfilo que no le va a resultar fácil encontrar un partido que cumpla todas esas exigencias. Y me contesta que le parece muy bien, que esperará hasta que aparezca uno y que hasta entonces a todo aquel que le pida que vote le va a contestar con la misma frase con la que el escribiente Bartleby , de la novela de Melville, contestaba a los requerimientos de su jefe: ”Preferiría no hacerlo”.

viernes, 1 de abril de 2011

Pasadizos de Pasión

La Manigua, lo tengo yo oído en mi pueblo, era el barrio granadino de las mujeres de pequeña virtud, sede de las mancebías, al que acudían los hombres virtuosos en busca del amor venal. En los años 40 el alcalde falangista Gallego y Burín convirtió la Manigua, barrio afrodisíaco, para cuando lo fue, en la respetable y "elegante" calle Ganivet. El adejetivo "elegante" lo he sustraido del portal  "Granada cofrade". Ahora, gracias al PP, albergará la tribuna oficial de las procesiones de Semana Santa.Se convertirá así en pasadizo sagrado.La energía, como yo digo, ni se crea ni destruye, simplemente se transforma. La energía sexual, con frecuencia, se transforma en fervor religioso.Y esto último no lo digo yo, lo vemos en la mística. No ha sido Almudena Grandes, en las "Edades de Lulú", la que mejor ha descrito los sosegados momentos que siguen a la lucha amorosa. Para mí, nadie mejor que San Juan de la Cruz, en los versos que siguen, ha descrito la gozosa quietud de ese instante: "Quédeme, y olvídeme, / el rostro recliné sobre mi Amado, cesó todo y déjeme, / dejando mi cuidado / entre las azucenas olvidado".
Como vemos, la energía -sexual- ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y no sólo en Granada.