miércoles, 24 de septiembre de 2014

Trampa para un alcalde

Me desperté hace unos días, sobre las ocho de la mañana, oyendo la emisora La voz de Granada. En pocos minutos escuché las declaraciones de varios personajes públicos granadinos y, deformación profesional de maestro, advertí errores semánticos, de construcción gramatical e, incluso, fonéticos que me espabilaron del todo. Cada uno busca la manera de mirar al otro desde una posición de superioridad. Ya lo hacía el filólogo Lázaro Carreter maravillosamente en su columna “El dardo en la palabra” regañando a todo el mundo por no usar bien el castellano. Es muy agradable, sin presentarte a las elecciones y amparado en un supuesto conocimiento de la lengua, sentirte por encima de personas que se lo han currado para estar donde están, gastando su tiempo en  plenos, asambleas y  reuniones de consejos de administración.  Y tú, desde tu insignificancia pública y desde tu actitud egoísta de no regalar tu tiempo a nadie,  te levantas un día, escuchas la radio y te regodeas pensando, arrogante, que todo el mundo es ignorante y zafio. “Éste”, te dices, “usó ‘aberrancia’ en lugar de aberración, el otro pronuncia las vocales tan abiertas que pone en peligro sus mandíbulas, aquél confunde las causas y los efectos de las cosas”. Y llegas a pensar que la política y la magia coinciden en su esfuerzo por desconectar las causas de las cosas de sus efectos, después de oír como el concejal Juan García Montero  intenta ejercer de mago, o de trilero, confundiendo las causas de los hechos con las consecuencias de los mismos,  a propósito de la suspensión del debate del estado de la Ciudad. Afirmaba el concejal que el acto se había cancelado por un acuerdo –desmentido inmediatamente por los aludidos- al que llegó  Sebastián Pérez con los portavoces de los grupos políticos cuando enfermó el alcalde "y que por esta consecuencia no habrá debate".  El hombre se dio cuenta, eso sí, de que podía resultar un poco raro el mangoneo del presidente de la Diputación en el Ayuntamiento,  cuando faltó Torres, y lo justificó aclarando que  Pérez es concejal de la Casa. A la vista de tanto disturbio lingüístico he pensado proponerme como negro a los portavoces municipales para ayudarles a redactar sus intervenciones. Yo le hubiera escrito a García Montero su frase de esta otra manera más correcta gramaticalmente: “No me sale de los mismísimos cojones, en consecuencia no habrá debate”. Y me hubiera equivocado, porque el alcalde, que no es tonto, autoriza ya el debate y deja a los tramposos de su partido con dos palmos de narices.

2 comentarios:

  1. Y lo redactarías siempre mucho más claro....

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Yo no pretendo ir nada más que de 'negro' becario, Mark Zabaleta. Gracias y saludos.

    ResponderEliminar