jueves, 11 de marzo de 2010

Esperanza Aguirre, varona fuerte

La señora Aguirre, varona fuerte, propone una rebelión contra el IVA. Estoy muy contento, porque yo había llegado a la incómoda convicción de que todos los hombres eran buenos y todas las mujeres malas, ahora sé que hay mujeres buenas, como Esperanza Aguirre, capaces de practicar las mismas virtudes que hasta ahora sólo se atribuían a los hombres. Un propósito épico de tanta envergadura, como es un alzamiento provincial contra el Ministerio de Hacienda, exige el apoyo de todos. He repasado las razones que la señora da para esta insurrección bajo su caudillaje y las veo suficientes, aunque echo de menos lo de las armas de destrucción masiva que tanto juego dio en la anterior ”performance”. Tampoco estaría de más una resolución de la ONU que nos ampare si nos tiramos al monte y el envío de inspectores que rastreen los arsenales de la Agencia Tributaria. Es imprescindible, dada la avanzada edad de muchos vecinos de la comunidad de Madrid, el auxilio del Séptimo de Caballería. Si nos asiste la Caballería USA, se alistará más gente. Yo, seguro. Como serví en la Marina, se me puede necesitar si el ataque se realiza desde barcos, remontando el Manzanares.
Pánfilo, Marinero 2ª en la reserva (¿o en conserva?)

3 comentarios:

  1. ¡ Despues de una mañana de leer articulos profesionales sesudos y aburridos.....por fin un poco de humor corrosivo ¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. Huy! Pero si esta "varona" es calcadita de la anterior alcaldesa de mi pueblo -también del PP-, que nos convocaba por medio de "saludas" o "circulares" a que nos uniéramos para ir contra el pueblo vecino por no sé qué problemas de lindes o de pelas -no lo recuerdo bien- lo que recuerdo es el entusiasmo "ilíado" que nos embargó. Porque yo desde que tengo uso de razón sabía que había que reírse del pueblo vecino, para afianzar el patriotismo y recuerdo lo que se decía en Herrín de Campos con respecto a Guaza: la gente del primero era más lista porque el perro, con una torta en la boca, de Herrín apretaba el dentín y el de Guaza -más lelos sus habitantes- abrían la bocaza. Pero en esos pueblos nunca llegó la sangre al río Sequillo.

    ResponderEliminar
  3. Pues un poquito de circulación de fluidos no le hubiera venido mal al escuálido río Sequillo.

    ResponderEliminar