jueves, 22 de marzo de 2012

La revolución de los papeles

EL mundo al revés: Izquierda Unida recurriendo a un notario (funcionario que asegura y da fe, entre otras cosas, de la concentración de la propiedad privada en unas pocas manos por los siglos de los siglos) para que levante acta del programa de la coalición para las próximas elecciones, como si no le bastara con que los votantes tomen nota para "premiar al partido que cumpla sus promesas o para demandárselas al que no lo hiciere". 

En los años pasados hemos vivido una auténtica revolución, pero no la que esperaban los redactores del Manifiesto Comunista o del Manifiesto-Programa del PCE, se ha vivido una revolución zurupeta. La revolución de los papeles, de los oficios, de los saludas. Una época, por otra parte, excepcional -y así será recordada- en la que todo el mundo ha comido, ha sido atendido por el sistema público de salud, se ha lavado y hasta ha podido estudiar y hacer una carrera, si ha querido. Pero donde las masas, en lugar de ocupar el poder para abolir la propiedad privada y los privilegios burgueses, se han contentado con hacerse con la dirección de las Cofradías de Semana Santa y con llenar la catedral de "titulares", saltando por encima de las dalmáticas de los canónigos y de las mitras arzobispales. 

La emergencia se ha ocupado de instalarse en los parlamentos, las alcaldías y diputaciones para enviarles saludas a todo el mundo. En las fiestas de mi pueblo, te manda un saluda el alcalde para invitarte a que te sumerjas en el jolgorio perpetuo, la concejala de cultura para que te sumes al grito desafiante de las mujeres emancipadas y el párroco para invitarte a disfrutar, dentro del orden sagrado, de las fiestas. 

Te asaetean con todo tipo de saludas. Quizá sea la primera etapa del cambio de sociedad. Y cuando la sedicente izquierda, instalada en el poder 30 años, en el que casi todos los títulos de propiedad, todos los papeles, los ha rellenado a su nombre y al de sus amigos, ve como la derecha cuca le arrebata la palabra "cambio" en el bicentenario de la Constitución de Cádiz, lo denuncia y le afea al presidente del Gobierno el que haya aprovechado el acto para "meter la pequeña bacalá del cambio". ¿Qué cambio? Nadie lo sabe. Ni siquiera IU propone ya la revolución sino una nebulosa insurrección en su lema electoral: "Rebélate". 

¿Volvemos a la insurgencia espontánea, sin dirección ni propuestas? ¿A las rebeliones medievales de la hambruna y de la miseria extremas? Cuando la gente no puede más, se rebela y quema y mata y arrasa. Para entonces IU, el notario y sus papeles serán sólo pavesas. 

4 comentarios:

  1. Lenin y Kafka fueron casi contemporáneos (ambos murieron en 1924, aunque el primero murió de calvicie práctico-reflexiva y el segundo de juventud desgastada). El paso del tiempo convirtió al primero en reliquia y al segundo en profeta, salvo en España, que no solo no llegó a ser leninista sino ni siquiera kafkiana.
    Gracias y saludos.

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  2. trasindependiente, quizá nos hemos quedado, como adivinó Valle, simplemente en esperpénticos. Un saludo cordial y muchas gracias.

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  3. Tiempo al tiempo, cuando la gente ya no tenga nada que perder será cuando se rebele. Como decían los del 15 M "Sin casa, sin curro, sin pensión... sin miedo"

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  4. Sin Comité Central...Izquierda Unida piensa que por defender una buena idea se es bueno. Se es bueno, entrando al trapo de la ideología dualista de lo bueno y lo malo, si se defiende una buena idea y si se hace con las armas adecuadas para que la defensa sea eficaz. No bastan las palabras, aunque las lleves al notario. Gracias, Anónimo y saludos.

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