jueves, 16 de enero de 2014

Ensoniñada y los cinco

Teatro en Albolote
Me cuenta mi hermano José Emilio que en Galicia, cuando querían acabar con un anciano, no por inquina, ni nada de eso, sino porque hacía falta su jergón y su tazón diario de caldo gallego para otro miembro de la familia, le administraban a diario varias  jícaras de chocolate caliente y bizcochos, hasta que el anciano se extinguía dulcemente  abatido por una indigestión. Otras culturas son más severas y abandonan al anciano en la ladera de un monte o lo expulsan fuera del iglú para que muera de frío o destrozado por los osos.   En la pieza de Alejandro V. García, “Ensoniñada y los cinco” que se representa en el Centro “Fernando de los Ríos” de Albolote el próximo sábado,  a las 20:00 horas, la eliminación de los ancianos se ha diversificado y estatalizado. Es decir, se acaba con ellos dulcemente, también, pero aplicándoles  una batería de placeres y entretenimientos más amplia: viajes a las Baleares o a Torremolinos o a la ruta románica o a la del jamón y los castillos. Hasta que se extinguen. Nada de ajusticiamientos en masa, con dolor y tumulto; desplazamientos interminables, paradas en las playas de la infancia para que la nostalgia los ahogue y los resigne, abundantes comidas y buenos profesionales, como el personaje de la Monitora, facilitándoles el tránsito. Y recordándoles a los rebeldes, a los que no quieren dejar su sitio libre, que han firmado un contrato con el Estado donde aceptan la desaparición.  Desde que esta obra obtuvo el XIII Premio de Teatro “Enrique Llovet”, han pasado sólo 10 años y ya esas formas del exterminio resultan obsoletas. Era la época del Imserso, del dinero –ajeno- abundante. Ahora a los ancianos no se les facilita una dulce extinción, se les abandona a su suerte, si no tienen dinero para pagarse la morfina o el medicamento que frene el triunfo de bultos y dolores. La obra de Alejandro V. García va a ser leída  –pues de lectura dramática se trata-, por actores jóvenes y experimentados que vienen a Albolote, convocados por Juan Vinuesa, el protagonista del video viral “Granaíno Style”, por el placer de actuar juntos y de verse y para ayudar  con el dinero de la recaudación (a 2 euros la entrada y un paquete de galletas) a la Asociación Solidaria “Te doy una galleta” y a Ángela, una mujer afectada por una enfermedad degenerativa.  El Estado, incapaz ahora de atender a los ciudadanos,  los abandona a su suerte y a la solidaridad  ciudadana, pero  los impuestos los sigue recaudando  él. 

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