jueves, 11 de febrero de 2016

El ajuar del hombre de Ötzi


Desnudos en el Kursaal
Un cuerpo desnudo, culturalmente, es un libro cerrado. Cuando un cuerpo se recubre de ropas y complementos –de cultura- se convierte en un libro abierto, pero escrito en caracteres jeroglíficos que hay que descifrar. Los cuerpos desnudos, en masa, después del Holocausto, resultan turbadores y con eso juega el fotógrafo estadounidense Spencer Tunick  que gusta de retratar a miles de personas desnudas en escenarios urbanos o naturales para reeducar nuestra mirada y amortiguar nuestro rechazo a los desnudos colectivos, después AuschwitzPara este artista el cuerpo es algo “puro”, como página en blanco, en la que, en el mejor de los casos, sólo escriben los años. De leer en ese libro cerrado que es el cuerpo desnudo, se ocupan los fisiólogos, los amantes o los artistas. La estructura corporal del ser humano, ha cambiado muy poco en los últimos 300.000 años. En el Museo de las Ciencias de Granada, ha estado expuesta, hasta el pasado 10 de enero, una completísima muestra de momias humanas. La mejor conservadala del hombre de Ötzi , un centroeuropeo que vivió, y murió violentamente, hace 5300 años en la frontera de Italia y Austria. El hielo lo ha mantenido intacto desde entoncesTambién se han conservado sus ropas y sus armas. El chaleco de piel con que se protegía del frío, se puede encontrar hoy en cualquier peletería. Una vez desprovisto de ropas y complementos, los antropólogos han descubierto en su cuerpo 61 tatuajes. Unos dicen que se trata de cortes terapéuticos para amortiguar el dolor, como de acupuntura,  y otros piensan que algunos tienen carácter simbólico. Ahí, andan. Las ropas y útiles de caza y de supervivencia en la nieve son más fáciles de descifrar. Raquetas para andar, arco, flechas, prendas de abrigo, mochila… Un cazador, de buena posición, sorprendido por una flecha enemiga mientras perseguía a una pieza. 
Un libro abierto, aunque no fácil de leer, porque está escrito con la tinta oscura con la que se caligrafían los sueños de ambición y de poder, es el cuerpo vestido de los personajes públicos y, también, sus gestos. 5300 años después del cazador de Ötzi, ha aparecido un tipo de hombre nuevo que usa sus ropas y sus gestos para conseguir agradar al mayor número posible de votantes. No es el metrosexual que quiere ser admirado y querido por todo el mundo y para eso se viste y se cuida. Ni tampoco es el escritor metrotextual que fabrica best sellerscon ingredientes que gustan al lector de libros de éxito que los compra por cientos de miles. No, el metrogestual  es el político que multiplica sus  gestos y sus guiños, dirigidos a amplios segmentos de la población, para gustar a la mayor cantidad posible de votantes a los que se espera seducir con juegos de artificio o de Magia Borrás, antes de haber cumplido las promesas que hizo en su campaña electoralPara cazar, unas veces usa el esmoquin y otras, la camisa de mercadillo, según convenga.

6 comentarios:

  1. Decía Juan José Millás que a él le parecía que lo que hace Spencer Tunick, eso de retratar a mucha gente junta haciendo coreografías es como si cada uno de nosotros fuéramos una letra, que en sí misma no es nada, pero que al juntarnos todos hay una escritura que dice cosas.

    Yo creo que la ropa nos define. Y como decía Sartre, hay que vestirse de camarero para hacer de camarero. En la Gala los políticos se vistieron de actores...porque en definitiva el mundo es un teatro, como decía Shakespeare.

    Un beso bien grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marián, las agrupaciones numerosas, con gente vestida o en cueros, unas veces escriben y otras borran. Gracias. Un saludo cordial.

      Eliminar
  2. Muy interesante...
    Ya lo decía Onassis:
    "Para lograr el éxito, mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de moda, aunque sólo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho"...

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se le olvidó a Onassis citar aquellas feas e impresionantes gafas, de montura rectancular y pasta negra, que usaba. Un abrazo, amigo y gracias.

      Eliminar
  3. Este Pablo se queja de Pablo con sabias palabras. Pero la contemporaneidad es suya, del segundo Pablo, y eso lo convierte en ganador imposible de permanecer embalsamado para perpetuarse en el futuro.

    Gracias y saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre me gustó mi nombre. Hasta el advenimiento de Pablo Sexto, primero, y del pizpireto Juan Pablo II, después, este nombre era raro. En mi colegio, de 343 colegiales, sólo había un Pablo, que era yo, y además mi patrón no era San Pablo apostol, sino San Pablo de la Cruz, fundador de los Pasionistas. Supongo que cuando llegue Pablo Iglesias al poder este nombre se hará todavía más popular. Estoy muy ilusionado con esa posibilidad. Gracias, Trashumante. Un saludo cordial.

      Eliminar