Muñecas para las niñas
A la ministra de defensa, María Dolores de Cospedal, los
Reyes no le van a traer muñecas, sino un 30% de aumento en el presupuesto de
Defensa del 2017. Con él podrá comprar juguetes bélicos. Esto supone un avance
notable en la erradicación del sexismo en el juguete. En nuestra ciudad,
también se hace lo que se puede. La concejala delegada de igualdad del
Ayuntamiento, Ana Muñoz Arquelladas, ha marcado el paso con la misma
marcialidad que oficiales del ejército y de la policía, en los actos de la Toma.
La sociedad no está tan avanzada como estas dos notables políticas y todavía se
discute en las tertulias sobre qué tipo de juguetes hay que regalar a los niños;
también del sexismo en el juguete, de las muñecas, de las pistolas, de los drones
de las barbies y de todas esas puñetitas. No falta en esas tertulias un psicólogo de la Junta que insiste, como un autómata, en que hay que “educar en valores”. Si quieres
quedar bien, te tienes que pronunciar porque los juguetes sean los mismos para
niños y niñas. Y llevarás mucha razón: si un niño o una niña consiguen emerger
de la montaña de peluches y obsequios que les han hecho a lo largo de todo el
año y llega con la capacidad de discernimiento medianamente desatascada a la
avalancha de juguetes que les caen encima en Reyes, es mejor que no reciba más lanzamierdas, si es varón, ni más muñecas de alterne, enlicradas y de
melena rubia, si es hembra. No es que importe mucho, porque a estas alturas del
año, a los peques les da igual ocho que ochenta y a los padres, no digamos: lo
único que les preocupa es encontrar en los pisos de 50 metros dónde meter la remesa de juguetes del 2017, atiborrados los estantes por los chismes del
2016 que todavía no han podido hacer
desaparecer por completo. Al juguetero en las tertulias, le suelen preguntar si
los padres han comenzado a regalar muñecas a los varones, y el hombre no tiene
más remedio que confesar que no. Que los niños, hasta que no entran en alguna cofradía
de Semana Santa, no comienzan a jugar a las muñecas. Las muñecas se siguen
regalando a las niñas, que ya tendrán ocasión de mayores de alistarse en el ejército
e ir a algún lugar del mundo, con sus fusilitos y sus “mataflús”, a acabar con
todo lo que se mueve o a morir ellas mismas, en alguna guerripaz tope de gama.
Los juguetes, hoy en día, ni educan ni dejan de educar “en valores”. Bastante
tienen los chiquillos con quitárselos de encima, para que no los aplasten. Los
valores los aprenden los peques viendo cómo Cospedal se arma hasta los dientes
o cómo la feminista Muñoz Arquelladas lucha contra el heteropatriarcado al paso
épico de la cabra de la Legión.
Muy bueno...
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