lunes, 15 de marzo de 2010

En casa de Luis García Montero, cuchillo de amor




Saramago lloró compulsivamente viendo la película "Pájaros de Papel" de Emilio Aragón. ¿Cómo sabemos esto? Su sacerdotisa, la mediadora entre el genio y la humanidad, Pilar del Río nos ha hecho llegar esta joyita de intimidad en RNE. Ahora es notorio que Saramago tiene sentimientos y además buenos. Y que está bien casado. Almudena Grandes, en la edición de 2004 para Círculo de Lectores de "Las edades de Lulú" , proclama que “por fortuna para mí ahora sé que estaba equivocada cuando en 1989 (fecha de la primera edición de esta novela erótica), escribí que una historia de amor no podía durar tanto tiempo”. Escritora de melodramas, en los que el amor se enseñorea de todo, no quiere aparecer ante sus lectores como una excepción. Ella escribió "marranaditas" cuando joven, extravagancias y descreimientos sobre el amor eterno, pero se casó con el poeta Luis García Montero, y es una mujer nueva. Y Reyes Monforte, maltratadora habitual del castellano en sus infames bestsellers, en los que el amor lo puede todo, no quiere que creamos que tiene en su casa cuchillo de palo. Y en la dedicatoria de "La Rosa escondida", planta esta flor: “Para Pepe (Sancho), el mejor regalo que la vida me ha brindado. Gracias por ser en el buen sentido de la palabra, un hombre bueno”. Es lo correcto: en casa de de las mujeres ricas y famosas, cuchillo de amor.

2 comentarios:

  1. Noah Gordon:
    "Reconozco que poseo un método para escribir mis libros. Está inspirado en un hechizo mágico, que recibí de un mago cuyo nombre no es Harry. Es el siguiente: coge una pizca de un fuego extinguido hace mucho tiempo. Se vierte en una taza de agua cogida de un charco de la calle tras una lluvia intensa. Se añaden tres pelos arrancados por una soltera de la cola de un caballo gris. Se deja madurar la mezcla tres días con sus tres noches y se añade cera de una vela vieja. Se escupe tres veces en la taza. Se agita bien la mezcla. Se arroja a un inodoro y se tira dos veces de la cadena. Luego se sienta uno frente al ordenador y trabaja muy, muy duro".

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  2. Magnífico método el de Noah Gordon para escribir. Lo de trabajar duro, siempre nos ha de llevar a buen puerto. Sin embargo, corremos el riesgo de convertir la literatura en territorio de oficina. Hay escritores que aseguran que el secreto de su literatura reside en sus estrictos horarios para sentarse a escribir: de 9.00 am a 18.00 pm, con una pausa para comer. Aunque, se corre el riesgo de que las musas tenga en su agenda otros compromisos durante esas horas y no se presenten a tiempo. Esas páginas estarán perfectamente documentadas y estructuradas, pero quizás carezcan de la chispa que convierte a un escritor en célebre…

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