jueves, 22 de abril de 2010

Cervantes, gran reserva

Vinos y licores con amor
A Cervantes no le molestaría que sus libros se abriesen un hueco entre un  "Un buka por amor" y la "Rosa escondida" , los dos melodramas ginecológicos de Reyes Monforte, en los anaqueles de una tienda de aereopuerto. Estaría encantado de que se vendiesen tan bien como estos dos bestsellers. Don Miguel aspiraba a vivir de su trabajo de escritor y quería gustarle a todo el mundo. Es el primer escritor metrotextual del que tengo noticia. Lo deduzco del Prólogo de su novela más conocida. Alli se lee que sería de provecho que con la historia del Caballero de la Triste Figura "el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla". Hoy se puede decir que lo ha conseguido. Don Quijote figura, junto con el Kempis, en la biblioteca de una maestra falangista y ultracatólica de los años cuarenta (Mari Sol, maestra rural) y en la mochila explosiva del Che Guevara. Otra cosa es Juan Goytisolo, uno de los escritores más dolidos con la reconversión de poetas y novelistas, en la época de la desacralización global. Al autor de "Señas de identidad", le horroriza que sus libros figuren junto a los manuales de autoayuda en los supermercados. Considera un sacrilegio que su "Reivindicación del Conde don Julian", se apile junto a unas botellas de vino tinto. Por ahora la denominación de origen "Vino de Rioja" no ha dicho nada de que los libros de Goytisolo le disputen espacio, en la estanterías irreverentes de los cambalaches, a las botellas de Marqués de Cáceres. Y podría hacerlo.

5 comentarios:

  1. Si Cervantes era un "metrotextual" y un obrero de la pluma....¿ Qué era Quevedo ?. Sobre este último , no entiendo porqué no se le da tanta publicidad a su magnífico El Buscón, como a Cervantes con el Quijote.

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  2. Adriana, muchas veces he pensado que sicólogos y siquiatras se quedarían sin trabajo si tuviésemos en cuenta las palabras finales del Buscón: "Y fueme peor, como V. Md. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y costumbres."

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  3. Tito, cuando acabe de leerme " La hija del sepulturero ", voy a volver a releerme el Buscón e intentaré que tenga tanta publicidad como el Quijote . En esta semana me acabo el libro y comienzo la que viene con el fantástico Buscón. Siempre lo digo, es un libro difícil de leer sólo porque utiliza mucho lenguaje de germanía, pero una vez superado ese problema....ES MUY GRACIOSOOOOOOOOO

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  4. En "Un burka por amor", María es capaz de cambiar de religión, entra a formar parte del Islam, aunque ella nunca tuviera ninguna intención de creer en nada, pero la simple idea de contentar al amor de vida, es suficiente para que María cometa locuras tras locuras. Su vida en Afganistán , es sufrida y en muchos casos desesperante, esa mujer pasa de todo, aun sabiendo que si se hubiera quedado en Londres, no le hubiera pasado nada, pero ella vive con la idea de que al estar al lado de su marido tiene todo lo que ella pudiera desear, sin darse cuenta que no lleva mas que años siendo una desgraciada. María es una mujer fuerte, en el sentido de que aguanta todo tipo de humillaciones ( ya hablare mas abajo sobre lo que nos habla el libro de la cultura musulmana ) , vejaciones, trabajos , dolores y penurias solo por estar al lado de su marido. Para algunos esto es solo un síntoma de fortaleza por el amor tan grande que sentía, quizás un acto admirable, para mi solo una manera de hacer que sus hijos crezcan en un lugar donde cualquier ínfima cosa es un lujo.

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  5. "Un burka por amor" no es una novela, es un mal reportaje y un relato fallido, nacidos de la cultura de la queja. Cocinado con los ingredientes de los betsellers para lectura femenina, da la impresión de estar más interesado en instalarse bien en el mercado que en denunciar las barbaridades de los talibanes. Aquí nadie es responsable de nada. Te casas con un afgano te vas a vivir a ese país y luego lloras porque en él hay costumbres muy diferentes a las de Mallorca. La higiene, la obstetricia, el trato que te da tu suegra... y los talibanes, claro. ¿Y por qué la protagonista se va a un país tan inhóspito? Por amor, cegada por la gran pasión que todo lo justifica. Que es la misma explicación que en las novelas del siglo XIX, escritas por hombres, dan las mujeres a sus "desvaríos" amorosos. La cultura de la queja no es especifica de ciertas mujeres, también la practican los nacionalismos periféricos. Cuando Sandokán surcaba el Índico, sabía que le podía pasar de todo y cuando le pasaba, salía de la situación como podía, pero no llamaba a Reyes Monforte para chivarse de los británicos. Los pescadores vascos se van a pescar donde hay piratas, con la ikurriña, y los pescan los bandoleros y nadie duda de que "Madrid" tiene pagar el rescate, lo que no nos librará de los remilgos infantiles de alguno de los arrantzales a la hora de reconocérselo al Estado que lo ha rescatado. Lo mejor para que no te toquen los piratas es pescar en la ría de Bilbao. Si hay algo peor que el nacionalismo prepotente del Estado español es el nacionalismo lacrimoso y aprovechado de las "nacionalidades", o de las naciones, históricas. Llanto, llanto, irresponsabilidad. ¡Qué pesados!

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