viernes, 23 de abril de 2010

¿Me equivoqué de paloma?

Juanx2, durante la interpretación de "A galopar"
Pasar la tarde en la Feria del Libro no es actividad sin riesgos.  Llegas a la Fuente de las Batallas de Granada y oyes hablar de una paloma vacilante e insegura.  Piensas que te has equivocado de paloma,  porque los que cantan el poema de Alberti, el dúo Juanx2,  tienen unas voces  muy firmes  y poco temblorosas. Nada que ver con la melismática  voz de Serrat.  También piensas que se ha equivocado el librero que te ha querido vender  el libro de José Antonio Fortes, el conocido filólogo de la liberación que se esfuerza por  enterrar todos los aparatos  del  Estado burgués,  galopando a lomos del caballo cuatralbo de la Universidad, uno de los aparatos  ideológicos más poderosos de perpetuación del poder capitalista. 17 euros te han pedido por  su obra “Intelectuales de consumo”. Si hay un libro que el autor tendría que regalar sería éste.  A no ser que quiera ser prostituido por el mercado, como los intelectuales que critica. Como no quiero perjudicarlo  ni colaborar a que se agudicen sus contradicciones –y las mías- he decidido  pedírselo a mi “Seño”, la directora de la Biblioteca, que me tiene muy consentido y me lo compra casi todo,  hasta libros malos como el escandaloso “El Tutú” de una tal Princesa Safo.  De ninguna manera quiero colaborar con mi dinero a que Fortes se sienta intelectual integrado, si el mercado, arrebatado por la calidad del texto, lo recibiese con generoso júbilo. Resuelto este dilema,   y para no llevarme más sofocaciones, me paro en la caseta que el Centro de Estudios Andaluces  tiene abierta en la Feria. Convencido de que la Consejería de la Presidencia, de la que depende el Centro,  me daría la seguridad institucional que me habían negado la Música y la Universidad. Pues  no. Repasando el catálogo de publicaciones del Centro me encuentro con este título “La transformación de los hogares andaluces y sevillanos”, de Bericat Alastuey y Martín Lagos López.  Un vértigo molestísimo  me aturdió. “¿Ha dejado Sevilla de ser andaluza? “, me pregunté con los primero síntomas de un ataque de ansiedad, ”y los hogares andaluces,  ¿dónde acudirán con sus cuitas autonómicas, tras la dolorosa secesión de esta provincia sede del Gobierno de Andalucía? ¿Por ir al Sur, irán al Norte? ¿Se equivocarán?“. La educada señorita que atendía al stand remitió mis dudas a las FAQS de una página web de la Junta.  Sólo después de sumergirme en una de las tres certezas granadinas inamovibles, el helado de gianduia de "Los Italianos", comencé a tranquilizarme un poco. Después,  de vuelta a casa,toqué con mis manos  los muros sagrados de las otras dos, la Catedral y la Alhambra. Siguen ahí,  se lo aseguro a ustedes. Los sevillanos no se las han llevado como emblema y galardón de su futuro Estado independiente.  Esta comprobación me ha permitido dormir bastante relajado. 

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