miércoles, 18 de agosto de 2010

Aznar cruza el Estrecho

El padre de Pánfilo disfrazado de morito rifeño
Si Aznar quería respirar aire de colonia, mejor que en Melilla, debería de haber desembarcado en Chauen, por ejemplo. Allí las casas, las calles, son como las de la Almuñécar de los años 20 o las de algunos pueblos del Peloponeso donde los cables de la luz todavía están pegados a las paredes con grapas y los interruptores son como molinillos de pimienta. En Melilla hay demasiado cosmopolitismo y ya quedan pocas pastelerías con moscas devorando la miel de los pasteles morunos. Pocas cosas recuerdan en la ciudad al Protectorado. No todo el mundo se acostumbra a vivir sin moritos, sin negritos, sin chinitos y sin dos cojones.  Y cada cierto tiempo hay que cruzar el Estrecho y tomar alguna plaza. Que la paz es muy poco pedagógica y en ella no hay manera de meter a los jóvenes en cintura. No hay como una buena guerra para poner a la población suave. Sin soberbias ni derechos humanos.Y si es con los moros mejor, que ahí si tenemos hoja de ruta. Como decía el padre de Pánfilo, cada cinco años un palito al moro que si no, se crece.

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