miércoles, 25 de agosto de 2010

La gallina del abuelo de oro

Ayer, después de escribir el post "El bloguero no tiene quien le escriba la vida", me puse a buscar como loco un cronista que se encargara de contar la mía. Todos los que contacté me han pedido referencias: hechos hazañosos, apariciones en "Sálvame, si tienes riles", veces que le he dado la mano al Rey, novias que se hayan suicidado por mi causa... Nada de eso consta en mi magra biografía. Recordé lo que me dijo mi nieta cuando empecé a escribir la parte de mis memorias en la que contaba mi relación con ella: "Abuelo, ¿tú no eres famoso, verdad? No te he visto nunca en La Noria". Suspendí inmediatamente la redacción de esa parte de mi vida, pese a haberle encontrado un título que hubiese vendido muy bien. Como para relacionarme con la niña, cosa que no fue fácil al principio, tuve que recurrir a una gallina que nos presentara y nos sirviera de tema de conversación, había pensado titular mis confesiones, "La gallina del abuelo de oro". A mi nieta no le gustaba nada este título, porque prefería, y con razón, el de "Carlota", que es como ella había bautizado al animal. ..
Bueno, dejemos a Carlota y volvamos a lo nuestro. Tres posibles cronistas de mi vida han contestado que no, que no hay materia. Un cuarto, posiblemente en paro, me ha aconsejado que hable con el padre agustino que le ha llevado el proceso de beatificación a fray Leopoldo de Alpandeire, a ver si se puede inventar algo, milagro incluido, que me lleve a los altares de la fama y que luego seguiremos hablando. En eso hemos quedado.

3 comentarios:

  1. ¿ Y si conviertes en figura literaria o mitológica ?. Si como persona real, parece ser que no tienes material para ser biografiado y alcanzar la corona de laurel, tal vez como personaje sí.

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  2. Podría llamarse la obra: "personaje en busca de autor "

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  3. Bueno, entonces haría lo que todos los que escriben sus memorias, me inventaría una vida, "mi vida". Es una opción.

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