sábado, 11 de septiembre de 2010

Fray Leopoldo y un alcalde, a los altares

Es probable que los dos últimos milagros del beato Fray Leopoldo de Alpandeire le sean tenidos en cuenta para su próximo ascenso a santo. El primero ha consistido en que la causa de beatificación ha prosperado pese a que los responsables del asunto le eligieron un vice-postulador humilde, en consonancia con el ser del frailecico, desprovisto de cualquier cualidad externa perceptible. Y pese a una dificultad tan áspera, la beatificación ha llegado a buen puerto. Y el segundo prodigio, de no menos valor y maravilla, ha consistido en salvar la programación veraniega de TG7, la televisión municipal granadina, vice-postuladora desde su creación del proceso de beatificación política del alcalde. A cubrir horas de programación han contribuido también los refritos de la Semana Santa y las tertulias deportivas en las que se habla fundamentalmente de dinero: el que los granadinos tendrían que regalar al Granada para que el club llegue a ser lo que fue. La emisora ha ido de beato a beato. Del Alcalde a Fray Leopoldo, de los sedicentes programas informativos de la emisora con un solo protagonista, Torres Hurtado, a la repetición extenuante de la entrevista que Jorge Martínez, el periodista teológico de la casa, le hizo en el programa “El diván” al vice-postulador del proceso de beatificación. Seguro que Fray Leopoldo ha ayudado al alcalde a mantener la emisora abierta para que no se queden sin trabajo los becarios y el munícipe por antonomasia sin incensario. Es el último milagro del limosnero y el primero de un alcalde de limosna al que esperan los altares.

2 comentarios:

  1. "Cuando despertó, el enorme mojón seguía allí....y volvió a dormirse, esta vez soñando amanecer en otro lugar, en otro tiempo o, al menos, no volver a despertar jamás".

    Ayer estuve en un acto de apoyo a la Huelga General del 29S. Quedóse pequeña el Aula Magna de Ciencias. Unas trescientas almas aposentaban sus cuerpos sobre la platea al tiempo que, sobre la tarima de oradores, se escenificaba por primera vez en muchos años el reencuentro de una buena parte de la izquierda política y el sindicalismo (“de clase”, que llamábamos). Los máximos responsables de IU en Andalucía y en España, Diego Valderas y Cayo Lara, junto a los secretarios generales de UGT y CCOO en Andalucía, Manuel Pastrana y Paco Carbonero. Entre el público, además, varios parlamentarios andaluces y otros altos responsables políticos de nuestro blanquiverde terruño. Nada más lejos de mi ánimo que convertirme, a mis años y con mi pátina trotsquista a cuestas, en loador de líder alguno ni tampoco tengo mayor desviación mitómana que la que sufro por Bob Marley (por quien me dejaría hasta violar, cual monaguillo belga…o español, siendo mi tendencia sexual más proclive al ataque frontal a fembra fermosa que al uso contranatura de la retaguardia…sin desmerecer ninguna de ambas posibilidades, y aún otras que dicen que existen). El caso es que, al despertar esta mañana y explorar el quiosco digital no encontré referencia alguna al evento en la prensa local, para la cual, por cierto, la inauguración de la tapa de una alcantarilla en la esquina de una calle secundaria por la sobrina de uno que una vez fue concejal en, pongamos, Bérchules, suele ser noticia merecedora de difusión e impresión en graves y grandes caracteres, a menudo acompañada de soporte gráfico y aún de vídeo del evento. Raudo, corrí al dial y esperé ahíto las “noticias más cercanas”, ya que en los boletines nacional y autonómico no encontré ni rastro del asunto y en ésas me encontraba cuando, a las y veinte como siempre, escuché el diario hablado y….oh, dios mio, retrocedí hasta tiempos que ni siquiera llegué a vivir (con la descripción del evento beatificador, su organización y autoridades esperadas, entre ellas varios obispos), mezclado con una puesta en escena kitsch sin precio en la que nuestra querida Rosa entonará el Ave María de Schubert delante de cientos de miles de fieles y toda la autoridad ya mencionada. Cerraban el boletín las declaraciones de una señora que sufría una terrible enfermedad y que, justo el día que los médicos anunciaron su muerte inminente ella…”me levanté y le dije a mi marío, ‘venga, vámonos pa la casa que ya estoy curá’. Y tó eso fue por la fe tan grande que le tengo a Fray Leopoldo y lo poderoso que es”.

    No, si yo respeto a tol mundo, de verdad, y, además, me pasa como a ti, que No tengo un plan para usted…pero la verdad es que, cuando se juntaron en mi mismidad matinal la ausencia de referencias al acto de ayer y la delirante crónica descrita…no pudo por menos de venirme a la cabeza lo de “el mojón seguía allí…”. Lo siento, no es mi intención ensuciar el blog con palabras malsonantes, ¡te lo juro por Fray Leopordo!

    Antes de irme, querido Pablo, debo decirte que si bien la constancia nunca fuera virtud que me adornara, no he dejado de leer ni una sola de las entradas, enamorándome directamente de alguna que otra, como la sublime "más, menos, igual”, la desternillante “Cerezas y Ramadán” o la existencialista a lo Cenes “Para ser intelectual de primera”, a todas ellas debo algún comentario que otro…que intentaré volcar en las siguientes entradas de tu cuaderno de bitácora, si bien con más brevedad que hoy, descuida.

    Un abrazo grande.

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  2. Gracias, amigo Corleone, por tu paciencia, por tu constancia y por tu lucidez. De Fray Leopoldo y su hueste no debemos preocuparnos demasiado, parece que los mismos católicos violentados por sus pastores, en Bélgica o en Boston, al decidirse a denunciarlos, están haciendo por el laicismo mucho más que Lucifer y su monaguillo Zapatero. Otra cosa es el capitalismo, ese es más difícil de erradicar.

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