jueves, 21 de octubre de 2010

La vocación de servicio de Bibiana Aído

¿Qué menos?
Lo vengo oyendo desde chico. Creo que era una frase muy usada por en el régimen anterior: “Yo estoy en política porque tengo vocación de servicio”. También se la oí una tarde en una conferencia a Cristina Almeida que entró en la sala  con el empuje con que Cecilia Bartoli ataca el “Exsultate y jubilate” de Mozart. Ella - nos dijo- estaba en la política porque tenía vocación de servicio.  Ese ímpetu de darse a los demás sin esperar nada a cambio es el mismo que impulsa a la tránsfuga,  Rosa Aguilar, nueva ministra de Medio Ambiente,  política tan empapada de vocación de servirse (¿o de servicio?) que abandonó IU cuando pensó que había que servirse (¿o servir?) a capas más amplias de la población.  Lo normal es que a Bibiana Aído se le quitara la vocación de servicio ayer, al conocer por el buzón de su móvil que el GRAN PATRIARCA de la igualdad la había rebajado a Subsecretaria, esto sí, con gran delicadeza y mimo. El mismo que usan los grandes machos condescendientes con las hembras sumisas. El padre de todas nosotras no la había sometido a la última humillación: colocarla a las órdenes de un ministro.  La ha confiado a la UCI  política de Pajín, ministra de Sanidad, hasta que salga del trance.  La maltratada, en lugar de escribir lo de la pintada de la foto de arriba por todas las paredes y calzadas de su ciudad, y renunciar a su  interesada vocación de servicio, mansamente ha aceptado que el GRAN MACHO SUCCIONADOR DE TODAS Y TODOS los que le rodean, se siga aprovechando de ella, representando una de las escenas más claras de desigualdad de las que se tenga noticia.  

3 comentarios:

  1. Yo creo, querido Pánfilo, que se refieren al servicio de miccionar y deponer, por el hedor, me refiero. Supongo que ahora, Rosa (guiño a la izquierda dicen los tan sesudos como alejados de la realidad, tertulianos ¿guiño? más bien es un escupitajo, o galipo en granaíno). Pero, sigamos, esta historia de "voluntad de servicio y entrega" me recuerda a cuando llegué a Nicaragua por primera vez y me empezaron a contar la realidad de la Cooperación Internacional en aquel momento (8 años después de la pérdida de la Revolución). Me decían, antes, durante los tiempos duros, venían un montón de europeos y españoles sobre todo, que ahorraban durante un año, se pagaban el billete y trabajaban de voluntarios cortando café mientras caían las bombas de la Contra. Luego, al detenerse la primavera sandinista, surgieron como setas miles de ONGs (3.000 en un país del tamaño de Andalucía), algunos de aquéllos cooperantes doy fe que seguían siendo de la vieja escuela y se entregaban, pero la mayoría tenía la misma vocación "de servicio" que Aído, Pajín, Aguilar, etc. uséase, cobran una pasta, tienen privilegios de vivienda y coche y, en fin...que estamos de acuerdo, Pablo, en tu enfoque. Voluntad de servicio la de los sindicalistas muertos en el 70 y tantos otros, como tú mismo. Voluntad de servicio, dicen, nos ha jodido mayo con las flores! Salud y República!

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  2. Servir o servirse ? That is the question ! Muchos ejemplos tenemos en Francia, sobre todo del servirse...

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  3. Raúl,tu reflexión sobre las ONGs aleccionadora. No puedo con los trásfugas. Por aprovechados y por creerse imprescindibles.
    Alain, por lo que me cuentas veo que en todas partes "se sirven" habas, como dice el refrán.
    Un saludo afectuoso para ambos.

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