El nuevo orden
Las caras del poder
Pero es que esta Pasión de hoy no es la de la Iglesia Católica que quemó a Bruno. Esta Pasión, bajo las apariencias de la vieja religión de Trento, pertenece a otra religión, tan amenazante como aquella, porque empieza a sentirse fuerte y misionera, invasora y única. Cada vez la ocupación de las ciudades y de la vida en común es más violenta y excluyente; si llega el caso, su brutalidad de pitiminí e inciensos laicos, acabará con los disidentes con la misma eficacia demostrada por el fuego que consumió a Giordano. Ni este nuevo orden es supersticioso ni es ignorante, es hedonista, disfrutón, atlético, competitivo, musculado, imparable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario